lunes, 7 de diciembre de 2009

¡TÚ NO ERES UNA PORQUERÍA!


¡Tú No Eres Una Porquería!

“Y él inclinándose, dijo: ¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo?” (2 Samuel 9:8)

Si tú comprendieras cuán especial eres, si no permitieras que el complejo gobernara tu vida. Seguro tendrías una existencia más plena. Porque cuando reconoces quien eres y las cosas que te hacen ser valioso, no se hace fácil que cualquier persona cercana o ajena a tu vida, te haga dudar y desconfiar de la grandiosa obra que eres.

La Biblia relata la historia de Mefi-boset, quien quedó cojo a causa de un accidente en su niñez. Él era un hijo de un príncipe (su padre era Jonatán el mejor amigo de David e hijo de Saúl) y no logro imaginar cuán grave estaba su autoestima. Tampoco sé los pensamientos que pasaban por su mente. Desconozco si pasaba noches en vela analizando que si no hubiera tenido ese accidente, todo hubiera sido diferente para él. A mi me parece que Mefi-boset no esperaba que nadie lo mirara, que nadie tuviera alguna consideración con él. Él se sentía insignificante. Pero independientemente de esos factores que acontecían en su vida, él pese a todo seguía siendo hijo de un príncipe, su linaje era real. Nadie podía borrar su genealogía.

No sé si la gente de aquellos tiempos son como las de hoy día (aunque me parece que sí) que se concentraban tanto en los defectos, imperfecciones y debilidades de la gente que no podían apreciar ni mirar más allá. No podían identificar el potencial que poseía Mefi-boset, porque para ellos su limitación era más grande. Pero aunque el mundo te limite, Dios te invita a luchar por alcanzar tus sueños. Independientemente de lo que dijeran, opinaran o pensaran los que estaban alrededor de él, había alguien allá en los cielos que todos los días lo acompañaba. Que lo amaba de manera única e inimaginable y que lo sostenía aún cuando la noche era larga y difícil. Y ese mismo Dios que estuvo con Mefi-boset es el que está contigo siempre. Al alcance de tu necesidad y al tanto de lo que verdaderamente necesitas.

Lo que la Biblia registra es que llegó un día importante en la vida de Mefi-boset. Fue invitado a comer a la mesa del rey. David quería tener misericordia y concederle favores ya que él era el hijo de su fallecido y más querido amigo Jonatán. Y ante ese favor que David quería concederle, quiero que analices la respuesta que le da Mefi-boset diciéndole lo siguiente: “¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo?”. Si esto no es tener la autoestima baja, entonces díganme qué es. Aquel hombre se sentía como un perro y no tan solo como cualquier perro de la calle, sino como un perro muerto. Y pudiera ser que en el día de hoy tú te sientes como un perro, como una cucaracha, como algo feo, obsoleto o sin valor. Y él enemigo (Satanás) ha de estarse riendo de ti, porque precisamente eso es lo que él quiere que tú sientas y pienses. Porque cuando te sientes de esa manera, te sientes incapaz de alcanzar las metas y objetivos que en algún momento te propusiste. Porque cuando piensas de ti de manera despectiva, él sabe que te estás concentrando en cosas que te debilitan y te hacen perder el enfoque real que Dios tiene para ti. Porque cuando te sientes así comienzas a ver las cosas imposibles y dejas de soñar.

Hermano y amigo que me lees, Dios nunca se ha prestado para hacer porquerías. Todo lo ha hecho hermoso en su tiempo y aunque tú te sientas como una oruguita, realmente tú eres una bella mariposa que está pasando por un proceso de metamorfosis no solo en tu mundo físico sino que también en tu mundo espiritual. Por tanto yo te invito a amarte más. Con esto no quiero decirte que tengas más alto concepto de que debes acerca de ti mismo (lo peor del mundo es hablar con una persona creída, soberbia, pedante y que se cree que todo lo merece o que es mejor que los demás). Yo te invito a mirarte con esos ojos que Dios te ve, con esa mirada que dice sin emitir palabra que tú eres la cosa más bella que él ha creado en este mundo. Porque tú eres su milagro de amor más grande. Hay algo en lo que puedes compararte con Mefi-boset, porque así como él, tú también tienes un linaje real. Dios quiere que comas en su mesa todos los días sin importar eso que tú ves como una limitación, impedimento o algo feo de ti. ¡Valórate, amate, cuídate, respétate!


Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: http://escritosdelsilencio.blogspot.com/,
www.devocionaldiario.com y www.destellodesugloria.org

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