viernes, 15 de enero de 2010

Por Amor


POR AMOR

“Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora”. (2 Pedro 3:18)

Creo que nuestra mayor motivación proviene del amor. Dios nos creó por amor y con amor. Desde el principio de la creación todo se mueve debido al amor y la comunión que existen entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Esa misma comunión y amor que tienen estás tres personas en uno, es la misma relación que ellos desean que el ser humano tenga con ellos. Todo en nuestra vida gira en torno al amor que sentimos. Nuestro mayor apasionamiento y servicio a Dios debe ser por amor. No por miedo, ni obligación, ni imposición, porque el amor mismo tiene la propiedad de la libertad. El amor es una expresión, una manifestación de lo que sentimos dentro de nosotros que se va reflejando hacia el exterior.

Por amor una esposa se levanta y hace el desayuno a su esposo antes de que salga a trabajar. Por amor ese esposo se levanta diariamente y sale a buscar un sustento que pueda mantener a su familia. Con amor se conciben a la mayoría de los hijos y por ese mismo amor, una madre lleva ese fruto durante nueve meses. Luego de esos nueve meses esa criatura que ha nacido plenamente amada y deseada es cuidada, educada e instruida por sus padres. Como el amor trae obediencia y sujeción, los hijos obedecen y tratan de imitar lo que aprenden de sus padres.

Defendemos a nuestra patria por el amor que sentimos hacia nuestro terruño, vecinos y país. Cuando las cosas se hacen por la fuerza o por obligación, no hay gusto en hacerlas o sentirlas. Pero cuando nos mueve el amor, aunque pasemos trabajo y sacrificio, el resultado es mejor. Por amor uno no pierde la fe en esa gente que ama y les da la oportunidad de corregir y rectificar. Predicamos el evangelio porque queremos que las personas puedan recibir y reciprocar todo ese amor que Dios tiene para darles. Porque queremos que tengan una calidad de vida mayor en Jesús y más felicidad aún en medio de las situaciones difíciles.

En una relación donde hay amor se supone que haya conocimiento. No se puede amar lo que no se conoce. Ese conocimiento te lleva a tener una intimidad y una comunicación que crece con cada día que pasa. El amor te lleva a explorar, a querer tener una compresión total de eso que amas. Dios desea que nuestra relación con él crezca todos los días más y más. A medida que nuestra relación aumenta con él, también crecerá con las demás personas. Es decir con nuestra familia, amigos, conocidos y entorno. Por amor él nos cuida, nos protege y brinda seguridad. Por amor nos defiende, nos perdona y renueva. Y eso que aprendemos de nuestro Dios es lo que se supone que practiquemos en nuestra vida diariamente. Es magnífico cuando conocemos nuevas cualidades y características de lo que amamos. Dios nos conoce profundamente, pero él desea ser amado intensamente por ti, desea que lo conozcas, que estreches los vínculos, que conozcas su esencia. Una relación distante, se enfría, pero una relación cercana se intensifica, crece, aumenta.

Todos los días debemos analizar cómo está nuestra relación con Dios porque de eso dependerán muchas cosas, muchas decisiones correctas o incorrectas. Debemos crecer en la gracia, el conocimiento y el amor de nuestro Dios, porque somos la novia que él un día vendrá a buscar.

Autora: Brendaliz Avilés

Escrito Para:
http://escritosdelsilencio.blogspot.com/
www.devocionaldiario.com y www.destellodesugloria.org

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