lunes, 31 de enero de 2011

YO CONTARÉ SUS MARAVILLAS

YO CONTARÉ SUS MARAVILLAS

“No moriré, sino que viviré, y contaré las obras del SEÑOR”. (Salmo118:17)

No me canso de repetir que Dios ha sido lo mejor que ha pasado en mi vida. Cada día me siento más enamorada de él, pues no deja de cautivarme su esencia que es puro amor. Mi fuerza, inspiración, capacidades y sueños provienen de lo que él es en mí.

El día de hoy he escogido este versículo, porque lo percibo y siento como una declaración maravillosa para comenzar un día lleno de retos en el que esperas que sucedan las mejores cosas.

Pero también es un versículo en el que también puedes declarar que no importa cuánta tristeza, frustración, dolor, enfermedad o lo que sea que estés pasando, eso no te matará. Que serás más fuerte, porque tu fortaleza proviene de un Dios que te ama como nadie y desea las mejores cosas para tu vida.

Las condiciones negativas que a veces vienen a nuestras vidas, desarrollan en nosotros facultades que no imaginábamos poseer. Creo que cuando vienen los tiempos a los que llamamos malos o difíciles, es donde se prueba nuestro carácter y donde de alguna manera demostramos quiénes somos.

Pero el salmista dice: “No moriré, sino que viviré y contaré las obras del Señor”. ¿Cuántas cosas maravillosas a diario el Señor hace con nosotros. Él hace milagros cotidianos y también muy grandes. Y nosotros no deberíamos callar las obras que él hace en nuestras vidas, sino que deberíamos contarlas cada vez que tengamos una oportunidad. Eso ayudará a que la fe de otros vaya en aumento.

En vez de hablar o relatar de cosas negativas, podemos comenzar a hablar las grandezas y las maneras en que hemos visto a Dios obrar en nuestras vidas o en la de otras personas. Nuestra boca siempre debe proclamar las maravillas del Señor, porque el Dios que hizo que agua brotara de una peña, sigue estando presente. Jehová el que cuido del pueblo de Israel en medio del desierto, sigue cuidando a todos sus hijos. Sigue sanando leprosos, proveyendo alimento, sustentando al huérfano y la viuda, y levantando bandera cuando el enemigo intenta detenernos.

Hoy te invito a que comiences a recordar y a declarar las grandes cosas que Él ha hecho por ti y los tuyos. Te deleitarás al ver que nunca se ha olvidado de ti, que siempre ha estado presente en cada etapa de tu vida.

Autora: Brendaliz Avilés

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domingo, 30 de enero de 2011

TU ACCIÓN PROVOCARÁ UNA RESPUESTA

TU ACCIÓN PROVOCARÁ UNA RESPUESTA

“Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios”. (2 Crónicas 20:15)

La acción produce una respuesta. Cuando haces o ejecutas una acción algo tiene que pasar. Hay momentos específicos donde la intervención de Dios es más que necesaria para lograr el triunfo en nuestras vidas.

El capítulo 20 de 2 Crónicas, relata cómo los hijos de Moab y los de Amón vinieron contra Josafat y el pueblo de Judá a la guerra. Ellos tuvieron temor ante este anuncio que les fue dado, pero no se quedaron de brazos cruzados. Josafat hizo algunas cosas que iré enumerándoles para que comprendan: 1. Humilló su rostro para consultar a Jehová (La dirección de Jehová es imprescindible para alcanzar el éxito no solo en nuestras vidas espirituales, sino en todas las áreas de nuestras vidas). 2. Hizo pregonar ayuno a toda Judá (la oración y el ayuno son vitales e importantes en el mundo espiritual desatamos cosas que se concretan en el terrenal). 3. Los de la ciudad de Jehová se unieron todos a pedir ayuda a Jehová (cuando dos o más se reúnen con un mismo propósito hacen la diferencia). 4. En medio de la asamblea de Judá y Jerusalén, en la casa de Jehová, delante del atrio nuevo Josafat que era el rey y líder en aquel momento, comenzó a orar a Dios, a recordar y proclamar lo que Dios había hecho por su pueblo y por sus antepasados antes. (Los buenos líderes propician y llevan al pueblo a la búsqueda y dependencia de Dios). 5. Observemos con atención lo que Josafat dice a Jehová en el versículo 12: “¡Oh Dios, nuestro! ¿no los juzgarás tú? Porque en nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros; no sabemos qué hacer, y a ti volvemos nuestros ojos”. (No hay cosa más bonita que venir en humillación ante Dios, reconocer nuestra dependencia de él y pedir su ayuda).

¿Cuántas veces nos hemos sentido como Josafat y el pueblo de Judá? Deseamos paz y quieren venir a hacernos la guerra. Cuando pensamos que estamos tranquilos sobrevienen algunos problemas e inquietudes que nos tratan de robar la paz y el gozo. Personalmente, me conmueve profundamente, el hecho de que ellos reconocieron ante Dios que no tenían la fuerza suficiente para enfrentar a aquella multitud que quería atacarlos. Confiesan que ellos no saben qué hacer ante tal situación y más aún vuelven los ojos a Jehová. Porque la clave de tu victoria será que te acerques a Dios con sinceridad y que permanezcas con tu mirada puesta NO en las adversidades, No en lo que se te presenta al frente, NO en lo que escuchas o te parece ver. Sino que tu mirada y la mía tienen que estar puestas únicamente en Dios. Para obtener la victoria, no importan las cantidades, pero si importa a quién tienes guerreando contigo, y en este caso, el que va al frente para darnos la victoria es el Rey de reyes y Señor de señores.

En medio del clamor que aquel pueblo se encontraba haciendo, pasa algo hermoso. Dios envía su respuesta a través de Jahaziel, levita de los hijos de Asaf, en quien viene el Espíritu de Jehová en medio de la reunión y les da las palabras que utilicé en el versículo que coloqué al principio: “Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios”. Les de las instrucciones de que desciendan al siguiente día y les dice: “No habrá para qué peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Jehová en vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros”.

Ellos escucharon el mensaje de Jehová, se postraron y adoraron a Jehová. Los levitas se levantaron y alabaron a Jehová con fuerte y alta voz. El pueblo escuchó aquellas instrucciones y las obedeció al pie de la letra. Al día siguiente “cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat, estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados. Y habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen y alabasen a Jehová, vestidos de ornamentos sagrados, mientras salía la gente armada, y que dijesen: Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre. Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab y del Monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros”. (2 Crónicas 20:20-22).

Aquel pueblo obtuvo la victoria, obtuvo paz por todas partes. Jehová les mostró que él era quien peleaba sus batallas. Aquel pueblo le adoró con salterios, arpas y trompetas, a la casa de Jehová. Ellos obtuvieron el triunfo, pero llevaron a cabo una acción. La primera buscar el rostro de Dios, reconocerlo, pedir su ayuda. Luego escucharon las instrucciones que les fueron dadas y las llevaron a cabo, fueron obedientes.

¿Quieres ver la mano de Dios obrar en tu vida? Búscalo y obedécelo, entonces verás su mano obrando de forma tan sorprendente que te quedarás sin palabras. Hoy Dios te recuerda que no debes temer porque está contigo. Pero también pide que hagas tu parte, tu parte es creer, permanecer fiel y seguir sus instrucciones.

Autora: Brendaliz Avilés

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jueves, 27 de enero de 2011

Te Regalo Mi Corazón

TE REGALO MI CORAZÓN

“…volverás a darme vida, y de nuevo me levantarás de los abismos de la tierra. Aumentarás mi grandeza, y volverás a consolarme”.
(Salmos 71:20-21)

Quisiera regalarte algo muy especial y siento que no tengo nada para ofrecerte. Soy tan pequeña ante tu majestuosidad y grandeza. Y pienso que lo único que tengo para darte es lo que siempre te he brindado, mi vida y mi corazón sin reservas. Mi llanto y alegría; mis sueños y mi realidad.
Te ofrendo mi ser entero, mi alma que solo vive bajo la plenitud que le da tu presencia. Eres el fuego eterno, la llama que me aviva.
He bebido de las aguas de tu fuente, me he deleitado y refrescado en el manantial que has puesto para mí en medio del desierto.
He sentido la calma que das aún cuando la tempestad ha azotado y el mar embravecido ha intentado ahogarme en sus profundidades. Sigo navegando porque tú eres mi Capitán y aún en la más honda profundidad tú me haces bucear y descubrir tesoros escondidos.
Mi adoración es solo tuya, mi canción te pertenece solo a ti. El soplo de aliento que infundes en mí es para darte la gloria. Los versos que a mi pensamiento llegan son inspirados para loarte y engrandecerte. ¡Tuya es mi vida, la puedes usar!

Autora: Brendaliz Avilés

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miércoles, 26 de enero de 2011

MI AMISTAD TE ACOMPAÑA DONDEQUIERA QUE ESTÉS


La Amistad es una perla de valor incalculable.
Es un tesoro especial que se guarda en el cofre de nuestro corazón.
No conoce de distancias, nacionalidades, ni barreras geográficas,
porque va conectada a nuestras almas.
Por eso mi alma se remonta hacia donde tú te encuentras y
puedo comprenderte, compartir, sonreír y llorar contigo.
Por eso sentimos esa conexión tan especial que hace que nuestros
corazones se conmuevan y salten de alegría.
Estoy segura de que fue Dios quien nos situó en el mismo escenario,

a la misma hora y el mismo día.
No fue coincidencia ni juego del destino el que nuestros espíritus
se ligaran en camaradería y fraternidad.
Sin importar cuánto tiempo ha pasado, si mucho o poco, l
o que doy por cierto es que ha resurgido un precioso milagro
y que a ese milagro le llamamos AMISTAD.
Por eso doquiera que vayas, yo estaré en tu corazón.

Riendo y celebrando tus victorias y llorando
y consolándote en tus tristezas o derrotas.
Por eso en ocasiones aunque mi cuerpo no esté allí,
sentirás e imaginarás mi voz hablándote, pues nos conocemos muy bien.
Tú también vas conmigo a todas partes,
tus recuerdos me acompañan aún cuando la noche es solitaria.
En mis memorias hay alegría y sonrío al pensar en lo que dirías y como me confortarías.
Nuestra amistad es de Dios, tiene principio, pero no tiene final.

¡Gracias por traer a mi vida una nueva alegría!

Autora: Brendaliz Avilés

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martes, 25 de enero de 2011

EDUCA A TUS HIJOS EN EL TEMOR DE DIOS




EDUCA A TUS HIJOS EN EL TEMOR DE DIOS

“Entonces Manoa dijo: cuando tus palabras se cumplan, ¿cómo debe ser la manera de vivir del niño, y qué debemos hacer con él?” Jueces 13:12

Ciertamente ningún padre nace con un manual de instrucciones, ni con soluciones precisas para educar y criar a sus hijos. Pero la gran mayoría, desean ser buenos padres para sus hijos, amarlos y darles un buen ejemplo. Este versículo que utilizo hoy me llamó mucho la atención. Porque primeramente muestra la fe que tiene un matrimonio ante el anuncio de que serían padres. Fe porque la esposa de Manoa era estéril, sin embargo, ellos creyeron la palabra que les fue dada por Dios. Segundo, porque tras su pregunta es revelada la preocupación de educar bien a ese niño que nacería.

Dos preguntas interesantes pero muy importantes hace este padre al ángel que le anuncia y confirma del nacimiento de este niño. 1. ¿cómo debe ser la manera de vivir del niño? 2. ¿Qué debemos hacer con él? Y vemos a través del pasaje cómo Dios les da unas instrucciones claras y específicas sobre lo qué deberían hacer con ese niño porque en el futuro sería utilizado en gran manera por Dios.

Me parece ver a aquellos padres temerosos de Dios poniendo todo su empeño y dedicación a ese niño. Inculcándole desde niño el amor a Jehová y haciéndole entender que sería usado con propósitos especiales por Dios. Enseñándole a guardar Sus mandamientos y viviendo un estilo de vida totalmente diferente.

Medito en lo importante que es que desde pequeños los niños reciban una instrucción sana. La Biblia dice claramente en Proverbios 22:6: “instruye al niño en su camino, y aún cuando fuere viejo no se apartará de él”. En Deuteronomio 6:5-9, observamos las instrucciones que les da el Señor al pueblo de Israel diciendo: “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas”.

Hoy día muchos padres enseñan a sus hijos y les dicen: “tienes que ser alguien grande, sé abogado, doctor, maestro, ingeniero, arquitecto, gana mucho dinero”. Y eso está muy bien, es bueno enseñarles a los hijos a aspirar las mejores cosas y a trabajar para alcanzar logros y éxitos. Pero recuerdo muy claramente que mis padres también me decían: “sé una sierva de Dios, busca primeramente el reino de él porque las demás cosas serán añadidas, deléitate en Jehová y el concederá las peticiones de tu corazón”. Y aprendí que Dios era el primero en mi vida y que si le honraba, él se encargaría de mis asuntos.
Desde pequeña sentí ese llamado de Dios arder en mi corazón, porque sabía que él me había creado para marcar mis tiempos. Que tal vez no llegaría a ser famosa, pero si que lograría cumplir con su propósito en mi vida y de algún modo marcar las vidas por el poder transformador de Dios.

Pero veamos lo que dice la Biblia que sucedió: “Y la mujer dio a un luz un hijo, y le puso por nombre Sansón. Y el niño creció, y Jehová lo bendijo. Y el Espíritu de Jehová comenzó a manifestarse en él en los campamentos de Dan, entre Zora y Estaol” (Jueces 13:24-25). ¡Qué maravilloso ver que conforme los hijos van creciendo, el Señor los va bendiciendo y comienza a manifestarse en ellos! Si tu deseas que tus hijos sean ministros de Dios, si deseas que sean personas de bien, de ejemplo e influencia, comienza enseñándoles lo principal que es amar a Dios, temerle y servirle.

No importa que el enemigo te haga pensar que ellos no van a lograr ser de bendición, créele a Dios, decláralo y úngelos, porque Jehová cumplirá su propósito en ellos. Habla sobre tus hijos palabras de fe, de bendición y de bien, corrígelos con amor cuando lo necesiten y preséntalos al Señor en oración.

Autora: Brendaliz Avilés

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miércoles, 19 de enero de 2011

La Esencia de Mi Adoración es la Gratitud Por Ti


La Esencia de Mi Adoración es la Gratitud Por Ti

Mil voces no alcanzarían para expresar mi gratitud a TI. Un ejército de principados contra mi se revelaría al escucharme porque sabrían que es pura adoración. Porque te estoy ofrendando la esencia de mi corazón y la fragancia de mi esperanza que solo dice tu nombre y solo en ti cree.

Me parece estar en el cielo, porque el gozo que me inunda es tan inexplicable. Porque aunque mis ojos aún no te ven, siento que estás aquí tan cerca de mí. En este momento me parece que solo somos tú y yo, has mandado a tus ángeles a silenciar sus voces porque deseas oírme a mí.

No puedo evitar que las lágrimas bajen de mis ojos, estoy humillada ante ti. Siento que estoy alojada en tu corazón tan bello y acogedor. No quiero salirme de ahí porque quiero abrigarte y acariciarte.

Tu fuego arde en mí, la llama se intensifica porque me has coronado de favores, porque tus misericordias hacen que yo cante y caigo rendida exaltándote y venerándote.

¡Oh mi Cristo cuán bella es tu majestad! Ante ti cualquier sombra se disipa porque eres luz, la tormenta cesa porque eres paz, se calla la naturaleza porque eres Soberano.

Me mueves en tal manera que siento mis latidos acelerados.
Quiero pregonarte a voz en cuello, decir que tuyo es todo mi amor. Pertenezco a ti sin ninguna reserva, permite que tu gloria descienda en esta Tierra. Serás por siempre enaltecido y reverenciado, ¡ven por tu pueblo que te espera!


martes, 18 de enero de 2011

COSAS GRANDES HARÉ CONTIGO

COSAS GRANDES HARÉ CONTIGO

“Y él contestó: He aquí, yo hago pacto delante de todo tu pueblo; haré maravillas que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación alguna, y verá todo el pueblo en medio del cual estás tú, la obra de Jehová; porque será cosa tremenda la que yo haré contigo”. Éxodo 34:10

Este versículo para mí es muy especial, pues hace algunos años una hermana y amiga de la Iglesia me lo dedicó. Desde entonces quedó en mi corazón, lo atesoro y en momentos difíciles sus palabras me sostienen.

Es importante que recuerdes el día de hoy que cuando Dios hace un pacto, él es fiel y lo cumple. Y para hacer un pacto se requieren dos personas o más. En este caso cuando Dios hace un pacto contigo, es de ambos y debes permanecer fiel aunque tengas que pasar por diversos momentos. Aún cuando la duda quiera confundirte o atormentarte, tienes que seguirle creyendo. No puedes abandonar, ni permitir que el enemigo tome ventaja.

Dios dice que cuando le somos fiel y nos dejamos utilizar por él, hará maravillas, cosas fuera de lo común para mostrarnos su gloria. Pero lo más lindo es que la gente que nos rodean serán testigos, presenciaran las obras hermosas que Dios hará con nosotros. Y no es cualquier cosa la que Dios hará, sino algo tremendo.

Y cuando yo leo este texto mi alma se regocija en sobremanera. Porque es promesa de Dios, porque la palabra de Dios es viva y da luz a nuestras vidas y certeza a nuestros corazones. Por tal razón si tú estás esperando un milagro, puede que tu pienses que él se ha olvidado de ti o que se está tardando mucho. Pero, ojo, que Dios ni se adelanta ni se retrasa, ¡él llega en el momento preciso! No en tu tiempo ni en el mío, sino en el de él.

Aunque por dentro estés llorando y te sientas a punto de reventar. Aunque estés en una situación donde quisieras volar lejos o desaparecer… CREEME QUE TU BENDICIÓN DEBE ESTAR MUY CERCANA. Por eso es que el enemigo se ha levantado con más intensidad queriéndote derrumbar, porque él sabe que le queda poco tiempo, porque lo que tanto has esperado está a punto de llegar y no habrá reversa. Hoy puedes repetir las palabras de David cuando se enfrentaba ante aquel gigante: “Tu vienes contra mí con espada y jabalina, más yo vengo contra ti en el nombre de Jehová”. ¡No te quites, el tiempo se está acercando, ya estás llegando a la meta!

Autora: Brendaliz Avilés

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AÚN EN MEDIO DEL FUEGO ME RESCATARÁS

AÚN EN MEDIO DEL FUEGO ME RESCATARÁS

Aunque yo me encuentre en medio de un incendio y sienta que el fuego me está alcanzando y que el humo me está asfixiando, no me quemaré. Y si en medio de la mar mi barca se perdiere y las olas con su fuerte impetú quisieran arrastrarme y ahogarme no naufragaré.

Dios es mi fortaleza y ayuda aún pasando la más fuerte tristeza o la más cruel enfermedad. Y aún si pareciera que estoy perdiendo todo y que no habrá salvación, ni respuesta a mi problema… Sé en quién he creído, Dios sigue siendo Dios y eso no depende de mis circunstancias.

Es cierto que muchas veces en mi humanidad me desespero y olvido que Él sigue siendo mi guía y mi todo. Pero luego, ne detengo y reflexiono que si estoy de pie aún después de pasar por tantas cosas, es porque Él ha estado siempre ahí conmigo. Es profundo esto que siento, esta fe que me sostiene y que me impulsa a seguir caminando.

Mi decisión hace tiempo la he tomado y es no apartarme nunca de su lado. Aunque tropiece me levantaré y afirmaré mis pasos. Aunque haya fuerzas que traten de desviarme, no apartaré mi mirada de Jesús. Porque nada fuera de él vale la pena.
Y como eso lo sé muy bien, no me dejaré vencer.

Seguiré firme y esperanzada que cualquiera fuera mi situación y doquiera que yo esté, su presencia me acompañará. Que junto con la prueba, vendrá la salida. Que le alabaré mientras haya aliento en mi vida y aún con mi último suspiro le bendeciré.

Autora: Brendaliz Avilés

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jueves, 13 de enero de 2011

UN VIOLINISTA EN ADORACIÓN



Suena el violín en sus manos, mientras con una bella sonrisa y con sus ojos cerrados, imagina que la melodía que interpreta es un concierto solo para su Maestro.
De sus ojos corren lágrimas y de su voz emerge una hermosa canción: “Te adoro Dios, te ofrendo mi corazón, mi vida es toda tuya. Tú eres mi director, en ti se regocija mi alma. Enamorado de ti estoy, eres mi centro y mi universo. Recibe mi ofrenda, es mi regalo, no hay otro como tú Señor, eres mi fuerza y mi aliento”.

Siguen sonando melodías que Dios desde su silla de invitado especial contempla. Los ojos de Dios lo contemplan atentamente, lo mira como padre orgulloso, mientras que con sus palmas aplaude el concierto magistral ofrecido en su honor.

Él no se ha dado cuenta, se encuentra demasiado extasiado y concentrado en ofrecer al Padre su adoración. Dios sonríe y sus ángeles danzan alrededor. Es la pasión, es el amor, es la armonía que se transmite de un corazón agradecido que solo quiere agradarle con entrega y devoción.

Cuando él abre sus ojos es porque siente que Dios se acercó y lo abrazó. Cae arrodillado y rendido ante el toque de Su gloria, reverenciando a su Creador. El trono se ha perfumado por la gracia del Señor, del aroma sutil e intenso de un adorador que sin reservas ofreció su corazón.

Dios lo llena de besos, lo inunda de su paz y a cambio le infunde nuevas fuerzas y aliento para continuar. Porque si hay algo que a Dios le conmueve es cuando sus hijos se acercan a él para ofrecerle con sinceridad y humildad la ofrenda que hay en sus corazones.

Dios le susurra al oído con voz dulce y amorosa: “sigue tocando, sigue cantando, sonriendo y viviendo para mí. Que cada cosa que haces desde lo profundo de tu interior yo la recibo con agrado y emoción porque sale de tu corazón”.

Autora: Brendaliz Avilés


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GUARDIANES Y HACEDORES DE SU PALABRA

Guardianes y Hacedores de Su Palabra

Jesús respondió, y le dijo: Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada. (La Biblia de las Américas (© 1997 Lockman)

Dios dejó su Palabra para que nos guiara, para que a través de ella supiéramos cómo conducirnos, además de encontrar consuelo y sabiduría. A veces nos relata historias grandiosas de éxito, pero también nos habla de personas que fracasaron por su desobediencia.

Pero si hay algo que a Dios le conmueve, son los corazones que buscan y aman hacer su voluntad. Aquellos que obedecen y buscan su palabra para dirección. Un guardián es alguien que cuida, vigila, protege o que custodia algo. Alguien que cuida celosamente y con responsabilidad eso que se le ha encargado.

Jesús dejó establecido que compartiéramos su Palabra por todo el mundo. Pero para predicar este precioso evangelio de salvación, no basta solo con ser guardianes y emisores de lo que dice la Biblia. Hay también que ser hacedores, hay que vivir esa palabra que leemos y debemos ponerla en acción. Solo practicándola es como esa Palabra cobrará vida y un poder impresionante que desatará una unción poderosa y fresca.

Demostramos amor, fidelidad, lealtad y obediencia a Dios cuando nos confrontamos a la luz de las Escrituras y cuando nos reflejamos en ella. Leer libros, reflexiones, poemas, devocionarios, revistas, etc., es muy bueno. Pero no podemos olvidarnos de leer esa Palabra bendita, porque a través de ella, Dios ministra nuestros corazones y se revela a nuestras vidas haciéndonos conocer su voluntad y propósito para con nosotros.

Nuestro deseo continuo debe ser el de escudriñar Su Palabra y ponerla en práctica de tal modo que otros puedan ver en nosotros la imagen de Cristo.

Autora: Brendaliz Avilés

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ESPERANDO CON ESPERANZA

ESPERANDO CON ESPERANZA

“Porque fuimos salvos con esperanza; pero una esperanza que se ve no es esperanza, pues ¿quién sigue esperando lo que ya ve?
(Romanos 8:24)

Esperanza: Confianza de lograr una cosa. Virtud teologal por la cual aguardamos de Dios su gracia y nuestra eterna salvación.

La palabra esperanza tiene mucho que ver con la acción de esperar algo que anhelas o deseas. La esperanza es una ilusión que mantiene al corazón vivo. Pero sabemos que esperar es una de las cosas más difíciles para nosotros los seres humanos. Quien sabe esperar, verdaderamente tiene una de las virtudes más hermosas.

Cuando esperamos se desarrolla en nosotros la constancia. Y la constancia a su vez requiere firmeza. Para tener firmeza nuestro carácter debe ser moldeado por Dios. Nuestro carácter es moldeado a través de las experiencias que vivimos en la vida y que nos sirven de aprendizaje.

La constancia es perseverancia y casi siempre quien persevera, alcanza sus objetivos, sueños y metas. Cuesta ser decididos y perseverantes, sin embargo, ese camino es seguro. En nuestras debilidades, el Espíritu Santo acude a ayudarnos, nos sostiene. A través de él recibimos fuerzas y aliento para continuar.

Pero, es linda la palabra que Salomón deja en Proverbios 23:18: “Porque ciertamente hay un porvenir, y tu esperanza no será frustrada”. El porvenir no es otra cosa que “suceso o tiempo futuro”. Es lo que está por llegarles a aquellos que aunque no se les hace fácil saben esperar y confiar en Dios.

Dios dice: “Hijo(a) mío(a), tu esperanza no será frustrada. No serás privado de ver lo que esperas. El enemigo no malogrará los planes de bien que tengo para contigo”

Así que recuerda que a Abraham y Sara no se les hizo fácil esperar por años la llegada de Isaac. Pero cuando Isaac llegó al hogar trajo la risa y la felicidad. Así como ellos tú también sonreirás al ver que llega a tu vida lo prometido por Dios. ¡No pierdas la esperanza, aferrate a ella más fuerte que nunca!

Autora: Brendaliz Avilés

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jueves, 6 de enero de 2011

¡ECHALE GANAS!

¡ECHALE GANAS A LA VIDA!
NO TE RINDAS AÚN CUANDO TE PAREZCA
QUE LAS COSAS VAN MARCHANDO SIN SENTIDO.
NO DESISTAS NI ABANDONES,
AFERRATE CON FUERZAS
Y DILE A DIOS QUE TE TOME DE LA MANO MAS FUERTE QUE NUNCA
PARA QUE NO TE PUEDAS SOLTAR.
¡CAMINA, CORRE, BRINCA, GRITA, HABLA, CALLA,
HAZ LO QUE TENGAS QUE HACER, PERO APROVECHA TU VIDA Y VIVE!
Y COMO DECÍA EL POETA,
RECUERDA QUE EL TIEMPO ES CORTO PARA QUIENES AMAN.
Autora: BRENDALIZ AVILÉS

miércoles, 5 de enero de 2011

LO QUE PROVOCA TU ALABANZA


LO QUE PROVOCA TU ALABANZA

“Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían”. (HECHOS 16:25)

Ellos estaban encarcelados, pero no se sentían presos.
Sus almas se encontraban en plena libertad.
Sus corazones le adoraban con más devoción que nunca.
Sus mentes meditaban solo en las grandezas de Dios.
Ellos sabían que estaban allí con un propósito específico.
Por eso mientras las cadenas trataban de atarlos, ellos podían cantar hermosas melodías para Dios y los demás prisioneros los escuchaban.
Ellos no estaban solos, Dios los acompañaba en medio de aquella celda.
Cuando la tierra temblaba y se estremeció todo cuanto había en aquella cárcel, no huyeron, ni se intimidaron.
Testificaron de las grandezas de Dios con sus actos, permanecieron en total paz, control y seguridad, pues sabían en quién creían.
Sus alabanzas provocaron algo no solo en el mundo espiritual, sino que también físico, pues aquel carcelero que se quería matar con su espada, recibió a Jesús en su corazón. Tal era la presencia de Dios en medio de aquella prisión que se desató de forma maravillosa el poder sobrenatural de Dios.

Y si tú le alabas, ¿has pensado en lo que podría producir tu alabanza?
No importa la enfermedad, el problema o circunstancia, tu alabanza tiene poder. Cuando le alabas desde lo profundo de tu corazón, con sinceridad, hay liberación, pueden ocurrir milagros a tu alrededor. Puedes sin darte cuenta provocar un terremoto espiritual donde las cadenas de los oprimidos sean rotas, donde la sanidad del alma, el cuerpo y el espíritu puede ser lanzada para las vidas.

Si te encuentras pasando un momento difícil, yo te invito a alabarlo.
Adora a Dios por lo que es él, el dueño de tu vida y de tu corazón. Aunque no veas nada a tu alrededor, aunque la respuesta que estás esperando parezca no llegar, alábalo, espera pacientemente en él, porque aunque parezca demorar, llegará. Porque adorándole estás demostrando que lo amas, que tienes fe en él y que confías en que él sabe lo que es mejor para ti. ¡No desmayes, tu alabanza provocará algo hermoso!

Autora: Brendaliz Avilés

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