martes, 20 de diciembre de 2011

¡NO TEMAS! DIOS TE LIBRARÁ DE LOS LEONES



¡NO TEMAS! DIOS TE LIBRARÁ DE LOS LEONES

“Entonces el rey mandó, y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de los leones. Y el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente  sirves, él te libre”.  (Daniel 6:16)

Una de las historias más impresionantes que relata la Biblia es la de Daniel en el foso de los leones.  Debido a la envidia que sentían unos sátrapas y gobernadores se unieron para conspirar contra Daniel.  ¿Por qué razón?  Dice la biblia que Daniel era superior a ellos porque había en él un espíritu superior. 

El rey Darío al observar esto pensó en poner a Daniel sobre todo el reino.  Y como estas personas no soportaban esta idea buscaban ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado al reino.  Pero que maravilloso es leer que ellos no podían hallar ocasión alguna o falta, porque Daniel era fiel y ningún vicio ni falta fue hallado en él.

Estos hombres tramaron un plan muy ruin sigilosamente.  Pensaron por fin que podrían sacar de carrera a Daniel, así que hablaron con Darío para que promulgara un edicto real y lo confirmara.  Este edicto consistía en que por espacio de 30 días cualquiera que demandara petición a cualquier dios u hombre fuera del rey, sería arrojado al foso de los leones.  No conociendo el rey Darío las intenciones reales y escondidas detrás de este edicto, firmó el edicto y la prohibición.

Pensaron ellos que finalmente lograrían sus planes perversos.  La envidia los carcomía a tal extremo que planificaron la muerte de Daniel porque ellos sabían perfectamente que Daniel no obedecería.  Ellos conocían de un Daniel que era temeroso y fiel a Dios.  Lo sabían tan bien que cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró a su casa y sin cerrar las ventanas de su cámara que daban a Jerusalén, se arrodillaba no una, ni dos veces, sino que tres.  Él oraba y daba gracias delante de su Dios como lo solía hacer antes de que promulgaran el edicto.

¡Qué calidad de cristiano, que hombre íntegro y recto!  Tal era su confianza y amor por Dios que ni aunque su vida estuviera en  peligro dejó de buscar el rostro de Dios.  Cuando la prueba era más fuerte, él no tambaleó ni se dejó llevar por el temor.  Cuando los demás tramaron un plan en contra de él, él se escudó en el que podía salvarlo y pelear su batalla.

Relata la historia que aquellos hombres lo encontraron orando y clamando a Dios como supusieron que iba a pasar.  Ni cortos ni perezosos, fueron ante el rey Darío y tergiversaron la verdad para que todo saliera a su favor.  Y aunque el rey quiso salvar a Daniel, por haber sido firmada esta orden no pudo hacer nada.  Entristecido el rey le dice a Daniel: “El Dios tuyo, a quien  tú continuamente sirves, él te libre”.  Y arrojaron a Daniel al foso de los leones.

Humanamente no había ninguna posibilidad de que Daniel sobreviviera.  Habían puesto incluso una piedra para que no pudiera escapar.  Pero ellos con lo que no contaban era con el poder sobrenatural de Dios.  Que ante él toda piedra es removida y toda tormenta calmada.  Ciertamente Dios no dejaría quedar en vergüenza a su hijo que constantemente hablaba con él en oración.  Ahora ellos verían el poder del Dios viviente en acción.  Ahora presenciarían que el Dios de Daniel no estaba muerto, ni sordo, ni era injusto.  El Dios a quien Daniel le servía conocía del plan maléfico que habían tramado y no permitiría que sus enemigos salieran airosos.

Ahora todas estas personas serían testigos de que lo que el enemigo quiso utilizar para destruir a Daniel, Dios lo utilizaría para mostrar su gran gloria y poderío.  Cuál sería la sorpresa de aquel rey que realmente apreciaba a Daniel y había estado preocupado y entristecido pensando que él había muerto.  Darío se levantó muy de mañana y fue apresuradamente al foso de los leones.  Y meditemos en lo que allí pasó.  Y acercándose al foso llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones? Entonces Daniel respondió al rey: Oh rey, vive para siempre. Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo. Entonces se alegró el rey en gran manera a causa de él, y mandó sacar a Daniel del foso; y fue Daniel sacado del foso, y ninguna lesión se halló en él, porque había confiado en su Dios”. (Daniel 6:20-23 RV)

¡Gloria a Dios!  Ni siquiera ninguna lesión se halló en él porque había confiado en su Dios.  La Biblia es clara cuando explica que Daniel había confiado en su Dios.  Porque es vital y muy importante en quién tienes puesta tu fe y a quién clamas en el momento difícil.  ¿Tu fe está centrada en Dios o son más grandes las circunstancias que te hacen perder de vista el objetivo?   Cuando la duda te amenaza o visita, ¿puedes hablarle y decirle?: “¡yo sé que mi Redentor vive!”  Pero el mensaje para ti el día de hoy es bien claro y sencillo, Dios te librará del foso de los leones.  Él te defenderá de los que intentan hacerte mal y estorbar tu camino.  Pero tienes que confiar ciegamente en él, tienes que acudir a la fuente de la verdad que es Dios. 

El final para aquellos que intentaron destruir a Daniel fue trágico.  Como decimos en Puerto Rico, “les salió el tiro por la culata”.  Pero Daniel prosperó, fue puesto en honra y a causa del milagro que Dios hizo con él en el foso de los leones, el nombre de Dios fue exaltado y reverenciado.  Porque aún de tu circunstancia adversa, cuando Dios te de la victoria, muchos verán y tendrán que decir que verdaderamente eres un hijo o una hija de Dios.  Y le alabaran con asombro porque grandes y maravillosas son las obras que hace nuestro Dios.  ¡Aleluya! 

Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: www.brendalizaviles.com

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