LA VERDAD
FRENTE A TUS OJOS
Rocky nació de una gata del vecindario. Mi hermana le puso ese nombre porque tenía sus pelitos parados y una carita muy bonita. Aunque no era nuestro, finalmente le tomamos afecto. Era intrépido, dormilón y holgazán. Nos parecía un gato muy peculiar, por tal razón, aunque no era nuestro, lo alimentábamos. Ha pasado el tiempo y Rocky ha ido creciendo. Con el pasar de los meses sospechamos que estaba enamorado porque salía por las noches y regresaba en las mañanas. Mi hermana bromeando le decía: “¡Rocky, esa gata no te conviene, déjala!” Y todos comenzábamos a reír.
Lo interesante del caso es que en una ocasión, Rocky desapareció por varios días. No nos habíamos percatado que había subido de peso últimamente y que de la noche a la mañana se veía más delgadito. Tampoco habíamos caído en cuenta de que cuidaba a unos nuevos gatitos, pero asumimos que él era el padre de esos gatitos y que estaba tomando su rol. Yo pensaba que se veía tan maternal porque…
Rocky nació de una gata del vecindario. Mi hermana le puso ese nombre porque tenía sus pelitos parados y una carita muy bonita. Aunque no era nuestro, finalmente le tomamos afecto. Era intrépido, dormilón y holgazán. Nos parecía un gato muy peculiar, por tal razón, aunque no era nuestro, lo alimentábamos. Ha pasado el tiempo y Rocky ha ido creciendo. Con el pasar de los meses sospechamos que estaba enamorado porque salía por las noches y regresaba en las mañanas. Mi hermana bromeando le decía: “¡Rocky, esa gata no te conviene, déjala!” Y todos comenzábamos a reír.
Lo interesante del caso es que en una ocasión, Rocky desapareció por varios días. No nos habíamos percatado que había subido de peso últimamente y que de la noche a la mañana se veía más delgadito. Tampoco habíamos caído en cuenta de que cuidaba a unos nuevos gatitos, pero asumimos que él era el padre de esos gatitos y que estaba tomando su rol. Yo pensaba que se veía tan maternal porque…