martes, 6 de noviembre de 2012

CUENTAS CON ALGUIEN QUE TE AMA


CUENTAS CON ALGUIEN QUE TE AMA...

¿Has pensado alguna vez por qué tienes tanto valor para Dios?  ¿Te has sentido amado por tu Padre celestial?  ¿Has meditado en que tú eres una extensión del amor de Dios?  Eres el fruto de su deseo, la cereza en el pastel, el toque ultra maravilloso del gran Artista.  Él no te ve de la forma en que te miran los demás y te ve mucho mejor que como tú o yo nos miramos.  Eso es porque él sabe lo que hay más adelante u oculto detrás de la pared.  Es porque te observa con una dulzura  tremenda y siempre tiene el corazón latiendo de amor hacia ti.

Quizás estás batallando con tu interior, preguntándole a tu alma el por qué de muchas situaciones que te encuentras confrontando y que te hacen dudar de la cercanía de Dios para contigo.  Tal vez estés experimentando tal tristeza que cansado ya no sientes tener fuerzas para caminar.  Es posible, que hoy con un clamor y gemido fuerte de tu corazón estés diciendo: “¡Dios, auxilio, sálvame, ayúdame que siento que me muero!”  Quizás, tu fe hoy la crees más pequeña que un grano de mostaza, pero aún de ese tamaño, es posible para que Dios pueda obrar en tu vida y comenzar a construir y renovar cada asunto de tu vida que sientas inconcluso. 

Hoy, claramente Dios quiere recordarte cuánto te ama y lo inmenso de su gracia sobre ti.  Hoy Dios desea penetrar en el rincón más íntimo de tu ser y acariciar con ternura tu corazón, para luego sanarlo, aunque de momento te duela la herida.  Él quiere remover el pus de la amargura, del resentimiento, odio, enojo o lo que sea que sientas, para exterminar de una vez tu dolor.  Posiblemente, hoy te sientas ser una flor marchita que está esperando a terminar de secarse para morir.  Pero Dios en cambio, quiere rociarte con su agua bendita de gozo para que vivas y reproduzcas un jardín lleno de hermosas flores.

Me parece verlo acariciando tus cabellos dulcemente y diciéndote: “hijo(a) mío(a) yo te amo, no estás solo(a), tengo propósitos para tu vida, déjame amarte y sentirás a plenitud, entusiasmo y ganas de vivir”.  ¡No, definitivamente no eres un accidente para Dios!  Él no ha finalizado en ti aún la obra que ha comenzado.  Permítele trabajar en ti y verás cambios positivos y de bien para tu vida.  Apártate de lo que te hace mal, sigue la senda del bien y como buen árbol plantado te extenderás y darás buen fruto.  El amor de Dios está disponible para cada uno de nosotros, tú decides si dejarlo entrar en tu interior o negarle el acceso, pero te aseguro la transformación será increíble, ¡vale la pena intentarlo!

Autora: Brendaliz Avilés

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe tu comentario

 A veces las personas solo necesitan ser amadas. Que las abraces sinceramente y las escuches con atención. Que le brindes una mirada o una s...