jueves, 9 de febrero de 2012

Joya Preciada en el Tesoro de mi Dios

Ayer recibí una tarjeta muy bonita de parte de mi tía y tío. Quiero compartir con ustedes parte del mensaje que decia porque sé que bendecirá la vida de muchos...
 

"Hay veces que la neblina opaca los valles, pero luego se dispersa y la belleza permanece intacta. Cuando el Señor te hizo te otorgó muchos detalles para que aún en medio de la neblina, tú belleza permaneciera intacta. Porque la carne se va marchitando, pero esa vida espiritual no puede menguar. Eres lo que quieres ser, NO lo que la gente dice que eres. Para mí... una joya muy preciosa en el tesoro de mi Dios. CONFÍA SOLO EN ÉL". 

(Autor: Adalberto Alvarez)
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ESAS AGUAS BAJARÁN


Esas Aguas Bajarán

Y se acordó Dios de Noé y de todas las bestias y de todo el ganado que estaban con él en el arca; y Dios hizo pasar un viento sobre la tierra y decrecieron las aguas. Y se cerraron las fuentes del abismo y las compuertas del cielo, y se detuvo la lluvia del cielo. Las aguas bajaron gradualmente de sobre la tierra, y al cabo de ciento cincuenta días, las aguas habían decrecido”. (Génesis 8:1-3)

No importa cuál sea tu prueba o situación debes saber y nunca olvidar que Dios está contigo.  Él jamás se olvida de sus hijos, pues aún mientras tú duermes, él es quien vigila tus sueños.  Puede que sobre tu vida esté cayendo un diluvio que amenaza con ahogarte y socavar los cimientos de tu fe.  Puede que haya llovido tanto sobre tu vida que sientas que estás nadando contra la corriente que amenaza con arrastrarte a un lugar donde no quieres llegar.

Puede que sientas este proceso demasiado lento y doloroso y clamas continuamente a Dios pidiendo misericordia y que esto pase ya.  Pero permíteme recordarte que hay pruebas que todos tenemos que pasar y que aunque son duras, serán ellas las que nos permitirán conquistar más bendiciones en el Señor.  Aún cuando para nosotros parezca que no tienen ningún sentido ni valor.  Aún cuando creamos que nada bueno ni positivo pueden salir de ellas, debemos recordar como hijos de Dios, que de alguna manera, “todas las cosas ayudan a bien a los que aman al Señor”.
Sé que no es fácil decirlo, te lo dice una persona que está pasando por una serie de pruebas que parecen no tener sentido.  Que cuando piensa que una puerta se ha abierto, vuelve y se cierra.  Y sé que cuando esto sucede es bien frustrante y hasta decepcionante.  Momentos así son los que nos hacen sentir que estamos totalmente en una profunda inundación de aguas.  Que nuestras oraciones no son contestadas a pesar de nuestra fe y constancia.  Más debemos recordar que nuestra fe no es negociable, creemos en Dios porque él sigue siendo Dios más allá de todo.
Pero así como cuando aquel diluvio cayó sobre la tierra;  Noé y su familia estaban en la barca esperando a que las aguas bajaran.  Dios va a permitir que pronto esas aguas desciendan para que puedas caminar y entender que su gloria y su poder están sobre tu vida.  Que él nunca te ha dejado solo y que mucho menos te ha abandonado.  Que a él si le importas mucho, pero que parte del proceso de maduración involucra tener que tomar la cruz, negarnos a nosotros mismos y caminar creyendo que él hará cosas grandes y que su poder se perfeccionará en medio de nuestras debilidades.  En algún momento las aguas de tu problema, decrecerán.  Dios se acuerda del pacto que hizo contigo, de las promesas que ha hecho a tu vida y ninguna de sus palabras ni de sus promesas caerá sobre el suelo, porque él no miente, ni engaña y mucho menos juega con nuestros sentimientos.

Soplará el viento de Dios y se llevará los temores, el dolor, la enfermedad, la depresión, la confusión y la ansiedad.  Soplará muy fuerte y sentirás esa brisa refrescando tu interior y tu vida.  ¡No amado amigo, en tu caminar no vas solo!  Te acompaña el dulce Maestro, el que hizo caminar a Pedro sobre las aguas.  El que se encontró con Pablo camino a Damasco, él que se detuvo para entrar a casa de Zaqueo.  Confías en Jesús quien se sentó junto al pozo y dialogó con la mujer samaritana.  Jehová el que hizo milagros antes y los sigue haciendo ahora.  ¡No te desanimes, algo bueno está por llegar para ti!  Sé que ahora no lo ves, pero el Sol de Justicia posará sus rayos sobre ti nuevamente y sabrás que él es quien siempre hace cosas grandes y maravillosas.

Autora: Brendaliz Avilés

Escrito Especialmente Para: www.devocionaldiario.com

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