lunes, 20 de mayo de 2013

Esa carga

Esa carga que tanto te pesa tienes que dejarla ir. A veces la sueltas, pero a las horas o al otro día la vuelves a cargar. Ese dolor que hoy te parece tan grande que nadie puede anestesiarlo, sanará con el tiempo. Esa herida cicatrizará si permites que Dios te ayude con ese dolor. Pero debes recordar que el proceso de desinfectar y curar esa herida es doloroso y muchas veces tarda algún tiempo. Pero cuando esa herida logra cicatrizar, aunque no eres él mismo o la misma, podrás convertirte en una persona más fuerte y madura. Sus brazos amorosos quieren cobijarte y sus hombros y pechos están accesibles para que puedas recostarte sobre él. Hoy Dios te dice: ¡Ven hijo mío, entrégame tu carga! Quiero ayudarte a ser mejor y darte la paz, el amor y la fuerza que tango necesitas. 
(Autora: Brendaliz Avilés)

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