lunes, 29 de diciembre de 2014

¡Yo Volaré!




Escrito dedicado a mi amiga Liriana.
Deseándole un feliz viaje y muchas bendiciones en esta nueva etapa de su vida que está por comenzar.

¡Yo Volaré!

¡Por fin usaré mis alas!
Esas que Dios me regaló para volar
y remontarme muy alto.
Ahora voy a explorar, a desafíar y aventurar.
Y aunque mi corazón muchas veces tiemble,
no dejaré que mi sueño muera.
Yo intentaré luchar por obtener
cada cosa que deseo.
No me quedaré con la duda,
comprobaré todo y aún si fallare...
Al menos sabré, que yo lo luché,
que yo lo intenté.
Más algo por cierto tengo, 
que Dios está conmigo, 
por tanto, no temeré.

By: Brendaliz Avilés
Escrito Para: www.brendalizaviles.com

miércoles, 24 de diciembre de 2014

¡Quiero ofrendarte mi vida!



¡Quiero ofrendarte mi Vida!

Ha llegado una vez la hermosa época de Navidad.  Temporada especial donde las personas hacen sus muestras de amor a través de regalos y festividades.  Hace algunas semanas escuchaba predicar a un misionero que ha tenido la oportunidad de viajar a más de sesenta países.  Entre algunos de los testimonios y relatos que nos contó, hubo uno que sin duda marcó mi vida y mi corazón y quiero compartir con ustedes.

Este misionero nos relataba que en uno de estos países en que se encontraba evangelizando a tribus indígenas, observó que mientras se recogía la ofrenda en el servicio, uno de esos hombres indígenas quería que le dieran el plato de la ofrenda.  La señora que recogía el plato de la ofrenda, no se lo daba, por lo cual hubo un pequeño forcejeo.  Cuando el misionero observó esto, se acercó y le preguntó al indígena que para qué quería el dinero.  El indígena de inmediato contestó, que él no quería el dinero, que él lo que quería era el plato de la ofrenda.  Entonces el misionero le dijo a la mujer que le diera el plato de la ofrenda. 

Lo que sucedió a continuación estremeció los rincones más íntimos de mi alma, pues con ojos llenos de lágrimas, aquel indígena tomó el plato de la ofrenda, lo colocó en el pisó, se paró sobre él y le dijo a Dios: ¡Dios yo no tengo nada, pero quiero ofrendar toda mi vida a tu servicio, toma mi vida!  Tal de sincera fue aquella oración a Dios que nos relataba el misionero que este joven, hoy día ha evangelizado más de 40 tribus indígenas.  Todo porque un día le ofrendó al Señor su vida a su servicio.

La Navidad se trata de recordar a Jesús, ese rey que se despojó de su majestad para venir un día a la tierra a redimirnos, a reconciliarnos con el Padre.  Vertió su sangre por cada uno de nosotros y nos volvió a conectar con Dios.  Pensamos en fiestas, algarabía, regalos de todas clases, vestidos y cosas nuevas.  Pero, ¿hemos pensado en qué regalo le daremos a Jesús?  ¿Podremos ofrendarle nuestras vidas?  ¿Dejaremos que él cumpla su voluntad y los sueños que ha entretejido para nuestras vidas?  ¿Le daremos más de nuestro tiempo aunque esto implique dejar algunas cosas a otro nivel?  ¿Estaremos dispuestos a ayudar y compartir su amor con aquellos que verdaderamente lo necesitan?

Personalmente, quiero en esta Navidad y cada día de mi vida, con mi corazón sincero presentarme ante el Señor y decirle con mi corazón sincero, devoto y agradecido, ¡Dios yo te regalo mi vida!  Soy imperfecta, a veces me siento desmayar y pienso que no podré, pero luego me doy cuenta que tu gracia y amor me infunden aliento y nuevas fuerzas.  Papito Dios, rey de mi vida, yo te regalo mi corazón para que deposites en él tu voluntad y mi vida para que la utilices como tú quieras.

Autora: Brendaliz Avilés

24 de diciembre de 2014.

sábado, 20 de diciembre de 2014

Yo te esperaba

DEDICADO A BEATRIZ Y OSVALDO EN SU BODA

Yo esperaba por ti como la noche a la aurora.
Mi corazón anhelante palpitaba
y el suspiro se convertía en una plegaria.
Trataba de imaginarte, pero no veía tu rostro.
Solo sé que mi alma necesitaba a alguien
exactamente como lo eres tú.
La pieza faltante de mi rompecabezas,
la llave maestra, capaz de abrir ésta única puerta.
La singular y especial persona capaz de tener
esa exclusividad en el puerto de mi corazón.
Yo te esperaba sin saber que tú eras mucho más de lo que imaginaba.
No un cuento, sino que una realidad.
No una utopía, sino que alguien capaz de complementar mi vida
y hacer mucho mejores cada uno de mis días.
Doy gracias a Dios por este día, porque más que sentirte y percibirte,
puedo mirarte a los ojos con la certeza de saber que tú eres
mi principal elección y después de Dios mi mejor decisión.
Y frente a estas personas, amor yo te confieso, que sí te elegí
para casarme, es porque esto es mucho más que un sentimentalismo
o formalismo.  Porque he comprendido y reflexionado, que eres la clave,
mi única pieza.  Que tus latidos tienen sintonía con los míos.
Que de mi canción eres la melodía, de mi poema el verso y que en mi corazón,
tienes derecho legal, porque después de Dios, tú y solo tú, eres mi centro.

Autora: Brendaliz Avilés
20 de diciembre de 2014.


jueves, 27 de noviembre de 2014

Tengo que darte tantas gracias Dios

Querido Dios: 

Es tanto lo que tengo que agradecerte que en mi vocabulario no existen las palabras suficientes.  En mis versos no existe la poesía suficiente para expresar, describir y comparar lo bendecida que me siento al recibir continuamente tu amor y tu gracia.  Aferrarme a ti ha sido la decisión más importante y significativa de mi vida.  
Te doy las gracias por todas las posibilidades que me ofreces día tras día, mañana tras mañana.  De no haber sido por ti, ¿qué hubiera sido de mí?  Cuando la desesperación llegó a mi vida, solo tú pudiste darme la calma, la serenidad, la compostura para seguir adelante. Cuando muchos nos creyeron en mí, siempre confiaste en mí.  Tus manos me sostuvieron y con un fuerte abrazo me recordaste que no era entre ellos, sino que era entre tú y yo.  
Ni la canción más preciosa podría decir la gratitud tan inmensa que siente mi corazón al sentirse correspondido por ti.  Gracias por todo lo bueno, por las lecciones y también por los grandes retos.  En abundancia y escasez, salud y enfermedad, buenas y malas,  el único que siempre está y estará conmigo eres tú mi gran y divino amor.  ¡Te amo!  ¡Gracias Señor! Fuera de ti no quiero nada.  

By: Brendaliz Avilés
Escrito Para: www.brendalizaviles.com

martes, 25 de noviembre de 2014

Nuevo día

Un nuevo día comenzó. 
Una nueva oportunidad Dios me regala.
Una vez más su amor me sustenta y su gracia me levanta.
Puedo mirar al cielo y sentir esperanza.
Hoy puedo agradecer infinitamente que aunque tengo grandes retos que enfrentar, vientos fuertes con los que luchar...
Tú aumentaras mis fuerzas como las del búfalo, me elevarás a un lugar tan alto como las águilas. En tu presencia recibiré refrigerio.
¡Gracias Dios por tu fidelidad!
By: Brendaliz Avilés

lunes, 24 de noviembre de 2014

Mi fe sigue estando en ti

Y si alzo mis ojos a los montes y a los cielos,
sigues siendo mi mayor esperanza y refugio Dios.
No existe otro norte, 
tú eres mi única dirección y camino seguro.
Tu amor es más profundo y extenso que el océano.
Infinita es tu bondad y tu misericordia.
En mis momentos de dolor a ti elevo mi mirada,
porque sé que tus ojos me observan.
Estoy segura que tu gracia me sostiene.
By: Brendaliz Avilés 

martes, 18 de noviembre de 2014

...PERO LOS QUE ESPERAN




Pero los que esperan

“pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”.   (Isaías 40:31)

Palabras de ánimo, consuelo y fortaleza fueron las que trajo Dios a través del profeta Isaías al pueblo de Israel.  Palabras que aunque pasen los años siguen teniendo importancia y vigencia para todos aquellos que creemos, confiamos y esperamos en él.  Palabras que contienen promesas que alimentan nuestros espíritus y nos invitan a seguir adelante sin importar lo que estemos enfrentando.

A menudo nos cansamos, preocupamos y debilitamos.  Muchas circunstancias hacen que perdamos la paciencia.  Esa virtud, ese fruto que como árbol toma su tiempo en echar raíces y brotar, cerca de expandirse, muchas veces parece casi marchitarse.  Sin embargo, Dios da una promesa maravillosa, él nos dice que a pesar del cansancio, la fatiga por las carreras de la vida y todo lo que pueda acontecernos, los que esperan en él tendrán nuevas fuerzas.  La paciencia te incita a ser perseverante, te lleva a insistir aun cuando puertas parecen cerrarse ante tus ojos.  Hace que te mantengas enfocado, no en lo que tus ojos ven, sino en lo que tu corazón espera.  La paciencia desarrolla en tu interior unas capacidades que te hacen resistente ante tiempos difíciles.  Y Dios dice en su palabra que los que esperan en él son no solo renovados, sino que también fortalecidos. 

La fortaleza que proviene de Dios te invita a continuar y seguir adelante aunque haya abrojos en el camino.  Te invita a extender tus alas a pesar de los miedos para que puedas remontarte a un lugar más alto que los problemas que puedan estar rodeándote.  Esa fortaleza te lleva a elevarte aun cuando muchas veces sientes que vas a caer en el suelo.  Entonces sorprendido, puedes correr y sentir que puedes hacer la carrera porque Dios va contigo.
Hoy Dios quiere quitar de tu vida esa fatiga que por tiempo te ha mantenido estático y sin saber qué hacer.  Desea bendecirte para que completes los sueños y planes que él tiene contigo.  Desea refrescarte en las aguas y el río de su presencia.  ¡Tienes que ser paciente!  Debes aprender a esperar, debes reconocer que si estás en sus manos, al final todo terminará obrando para tu bienestar. 

Permite hoy que Dios trabaje en tu interior.  Deja que penetre en tu corazón porque ahí es donde surgen los grandes cambios.  Exprésale cómo te sientes, dile que necesitas que te él te ayude con esas cargas y luego deposítalas en sus manos.  Con sinceridad dile: “¡Señor siento que mi paciencia llegó al límite, no entiendo nada de lo que está pasando, pero a pesar de eso sigo confiando en ti!  Sigo creyendo en los planes que tienes para mi vida a pesar de que mi paciencia se está agotando.  Entiendo pese a todo que no es a mí manera, sino a la tuya.  Por favor, Dios mío, ayúdame a ser paciente aun cuando a veces siento que voy a desfallecer y que el alma se me quiebra en pedazos.  Ayúdame a esperar y confiar en tu respuesta acertada.  Reconozco que si tú no estás conmigo, no podré, pero sé también que como estás conmigo podré esperar y mis fuerzas serán renovadas.  Entonces yo podré correr sin cansarme y caminar sin fatigarme.  En el nombre de Jesús, amén”.

Autora: Brendaliz Avilés

Escrito el 17 de noviembre de 2014 para: www.brendalizaviles.com y www.devocionaldiario.com

viernes, 7 de noviembre de 2014

SOLTANDO MANOS



SOLTANDO MANOS

Pero aunque yo intenté sujetar esas manos con fuerza, ellas se soltaron de mí de forma natural.  No se aferraron a las mías, porque pertenecían a  las de alguien más.  Y qué podía hacer yo, si ese corazón y esas manos no querían aferrarse a mí.  Yo no podía anteponer mis deseos egoístamente, tan solo porque yo era quien más le amaba.  El amor no puede ser un mendigo que recorre las calles suplicando pan y misericordia.  Y el hecho de yo amarle no me daba el derecho de ser correspondida.  Porque para amar se requiere de dos personas, dos almas, dos corazones, dos vidas.  Ejercer presión, intentar obligar, de nada sirve.  No se puede intentar ajustar una pieza a algo que no le pertenece.  Tampoco podía intentar actuar de esa forma en que crees por momentos que si te aferras a ese amor, eres persistente y sigues intentando estar para esa persona, entonces como respuesta, esa persona abrirá su corazón para ti.  ¡No es tan fácil a veces el amor!  Tiene sus curvas, sus pliegues, sus detalles, sus barrancos, sus finales tristes.  El amor tiene su fragilidad, sus puntos vulnerables, sus días de querer huir, aislarse, desaparecer  y marchitarse.  No existe píldora ni fórmula mágica para curar el desamor.  Por eso, ese momento en que soltaste mi mano para tomar la de la persona que realmente amabas, lo guardé en mi corazón como una triste pero valiosa memoria.  Esa noche, me permití dolorosa pero calmadamente decirte adiós para siempre y esperar a que llegaran unas manos que sí quisieran sujetar las mías.

Autora: Brendaliz Avilés                            

Escrito el 7 de noviembre de 2014.

jueves, 23 de octubre de 2014

El paraíso aterrizando en tu puerto


El paraíso aterrizando en tu puerto

 De repente uno tiene muchas ideas en la mente de las cosas que parecen “ideales” y “perfectas” para su vida. Uno construye castillos fantasiosos en los que cree que esto, aquello o lo otro “encajarían perfectamente” muy bien con el mundo que mentalmente construye en su cabeza.

Pero la vida siempre se encarga de sorprendernos y de darnos grandes lecciones.  Respecto al amor podría decir que a veces a tu vida llega la persona que menos imaginas, de la forma jamás pensada, pero que más necesitas en el momento en que tu corazón pide a gritos que lo abracen y lo hagan sentir amado.  Es entonces cuando nuestro corazón es confrontado con las emociones que sentimos.  Es entonces cuando nos toca aceptar que el amor tocó a nuestra puerta no de la manera imaginada o tradicional que esperábamos, sino de forma sorprendente.  Que lo que estamos experimentando no es algo pasajero, sino algo duradero.

Entonces debes aceptar que ser invadido, sacudido y arropado por la persona que te hace sentir de esa forma tan especial y diferente es una de las mejores cosas que te han sucedido en la vida.  Luego descubres que vivir la vida sin conocer tal sentimiento indescriptible y sin tomar la decisión y responsabilidad de lo que implica amar y ser amado, no era vida.  Era existir y respirar, el corazón latía por inercia, pero no percibías ni vivías la vida de la manera en que ahora la puedes absorber y visualizar. 

Porque ahora los colores tienen más brillo y el olor de la fragancia de la vida es más exquisito.  Ahora te fijas en detalles que antes no solían tener la más mínima importancia para ti.  Ahora le das importancia a lo que realmente es más valioso e importante.  Porque poder contar con una persona que complemente tu vida es una de las bendiciones más grandes.  Porque sentir que alguien sujeta tus manos en tiempos buenos y malos hace que el corazón arda.

Quizás antes andabas por la vida, haciendo todo lo que tenías que hacer de manera rutinaria, pero ahora alguien se convirtió en la estrella que ilumina tu cielo y aún cuando muchas veces duela amar es un privilegio.

¡No señores, el amor para nada es tradicional!  Siempre encuentra maneras de sorprendernos, de hacernos un eco que retumbe y penetre hasta el alma.  El amor nos invita a surcar el firmamento de la aventura, a lanzarnos de un precipicio con el corazón en la mano y sin paracaídas.  Y cuando logras verte en los ojos de ese ser amado, sientes que el paraíso ha aterrizado en tu puerto.

Autora: Brendaliz Avilés
Escrito el 23 de octubre de 2014.

domingo, 19 de octubre de 2014

Tratando de explicarte con palabras eso que siento por ti



Las pruebas que la vida me presenta son para
superarlas. Los obstáculos para vencerlos, las manos 
para llenarlas. Tus ojos se hicieron para que yo los 
mirara y tu voz para que mis oídos te escucharan.
Existe un punto de encuentro en el que por 
complicidad nos pertenecemos. La medida de tu 
corazón se ajusta y es compatible con el mío.
Yo puedo olerte porque aun a la distancia tu 
esencia me impregna delicadamente. 
Tú eres la palabra escondida tras mi silencio, el
sentimiento hecho verso.  Lo cálido en tiempos donde 
siento frío.  Tu amor es capaz de darme alas
invisibles con las que puedo volar e imaginar.
Y hay un eco que susurra intensamente y hace que
arda y lata mi pecho.  Hay un estremecer que solo
eres capaz de provocar tú y más aun ese deseo de
querer colmarte de ese algo que ni la palabra ni el
sentimiento pueden describir y expresar porque
es profundo e intangible. Eres el rompecabezas
que me ha tocado pacientemente comenzar a amar.
Eres esa pieza exquisita, atesorada e irreemplazable
que quiero cuidar para que nunca se lastime o dañe.
Autora: Brendaliz Avilés (20-oct-2014)

miércoles, 1 de octubre de 2014

Oraciones a Dios: A ti elevo mi voz



A ti elevo mi voz, a ti que eres mi Señor y Salvador.
A ti que nunca has dejado de escucharme, ni de cuidarme.
A ti que me has amado, aun cuando muchas veces he 
fallado. Y en este clamor declaro que tú sigues siendo mi refugio
Yo sigo creyendo en lo que haces y lo que eres; no confío
no confío en mis fuerzas, pero sí tengo la certeza de que tú
aumentas mi vigor y vas caminando conmigo.  
Cada sueño, mete e ilusión marcan un latido y ese latido 
pertenece a ti y tiene un eco que pronuncia tu nombre. 
En la confusión me aclaras como la luz al día. Soy conmovida 
por tu fuerte presencia y es en tu guarida donde siempre 
anhelo estar.  No hay lugar ni cosa más hermosa en el mundo 
que saber que mi corazón es tu morada y que tu gran 
amor no hay quien lo pueda igualar. Elevo mi voz y reconozco 
ésta dependencia de ti que eres mi Soberano. Aguardo  
esperanzada cada día cumpliendo mi propósito en ti.

Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: www.brendalizaviles.com

martes, 30 de septiembre de 2014

Encontrarme con mi Amado


Él disipa los gris y trae colores a mi vida





Confianza en el Eterno y Amado Dios




Mi confianza puesta en el dulce Señor



Aun cuando vengan aflicciones yo sé que el Señor está conmigo



¡Cuán dulce es tu presencia!



Hay una paz en la que descanso


Cuando Dios...

Comparto con ustedes un escrito de un joven de 17 años de mi congregación. Espero sean bendecidos.

NO ESTÁS SOLO

Con alegría comparto con ustedes un escrito de una juvenil de 12 años de mi congregación. Espero bendiga sus vidas.




NO ESTAS SOLO 
¿Por qué todo esto me pasa a mí? ¿Por qué tengo que ser yo quien 
sufra todo esto? ¿Señor por qué? Muchas veces nosotros le hacemos 
estas preguntas al Señor, quizás esperando a que él nos de una 
respuesta o una señal. Muchas veces nos preguntamos ¿Por qué nadie 
me valora? ¿Por qué nadie me quiere o quiere de mí compañía? ¿Por qué 
nada me sale bien? ¿Por qué Señor? Son preguntas que a muchos les 
rodean la cabeza. Queremos una respuesta y no nos damos cuenta 
de que ya la tenemos. El Señor no nos da cargas que no podamos 
soportar. Si él nos dio una prueba es porque él sabe que nosotros 
podemos ganar. Él siempre está con nosotros y nunca nos 
abandona. El Señor esta ahí contigo, él te ama y muchas 
veces te podrás sentir solo, podrás sentir que el mundo 
se te cae, podrás sentir que nadie te quiere ayudar y el 
corazón se te partirá en pedacitos, pero el Señor 
siempre estará contigo. No te dejes vencer, no 
dejes que el enemigo llene tu cabeza de todos 
estos pensamientos negativos. Dios siempre 
estará contigo para protegerte y ayudarte a vencer. 
Sí, el camino es difícil pero no imposible 
porque el Señor todopoderoso esta ahí contigo siempre. 
Recuerda, ¡no estás solo!

Autora: Paola N. Pérez Rivera

jueves, 25 de septiembre de 2014

¡Eres Valioso!





Podrás ser invisible para algunas
personas, pero nunca para aquel que
te amó desde el vientre de tu madre.
Aquel que te ve, te escucha y siempre 
está contigo.  Para Dios eres muy
preciado.  No te subestimes, 
ni te menosprecies.  Vales más que
cualquier posesión del mundo.
Recuerda que eres un diamante en
formación y que eres una joya valiosa,
preciosa, auténtica y única.
Tú tienes el diseño de tu Creador
y Dios no se equivocó cuando te creó.

Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: www.brendalizaviles.com

miércoles, 27 de agosto de 2014

Colección Arrebatadoras de Sueños: ¡Yo tengo un Sueño!




¡Yo tengo un sueño!

Uno de los discursos más emotivos y revolucionarios que se conocen a través de la historia, comenzó con las palabras “I have a dream” (yo tengo un sueño).  El pastor y activista Martin Luther King Jr. las pronunció con sinceridad desde su corazón, provocando una catarsis en el alma y la conciencia de millones de personas.  Y aunque él está muerto, sus palabras y su sueño siguen haciendo eco y latiendo en el pecho de muchas personas.

Los sueños nos inspiran y nos motivan a luchar para salir adelante.  Aun cuando el panorama muchas veces parece denso y oscuro, el color de nuestros sueños y de nuestras esperanzas, nos hacen seguir caminando para poder alcanzarlo.  Imagino que cada una de nosotras tiene al menos un sueño que quiere ver realizado con todas las fuerzas de su corazón.  Un sueño que siempre nos invita a avanzar e ir por más.  Un sueño que puede ser personal, pero que también puede trascender y cubrir a otras personas.  Un sueño que sin duda alguna sabes que debe cumplirse.
Por tal razón, te insto a continuar perseverante y enfocada.  Te invito a confiar en la fidelidad de Dios, quien dice su palabra que tiene pensamientos y caminos más altos de los que nosotras alcanzamos a imaginar, pero que son de paz, de bienestar y para darnos el fin que esperamos siempre y cuando estén alineados con su voluntad y propósito en nuestras vidas.

Si Martin Luther King Jr., estuviera vivo hubiera podido presencia que aunque falta aún mucho para que su sueño sea del todo completado, sí se ha avanzado bastante.  Que su deseo y sueño, no solo fue el de él, sino también ha sido y es el deseo de millones de personas.  ¡Atrévete a creer que el sueño que has llevado por años dentro de tu corazón puede ser luz e iluminar la vida de muchos!


Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: www.brendalizaviles.com

lunes, 25 de agosto de 2014

Un Puente Hacia el Corazón






Un Puente Hacia el Corazón

            Dariel cada día colocó una piedra para un puente que la acercara hasta ella.  Lo cimentó con esperanza, fe, dedicación y amor.  Hasta que todo el camino que rodeaba al puente estaba lleno de flores. 

            Un día mientras Karesis atravesaba aquello que se había convertido en un puente, se dio cuenta de un detalle muy peculiar.  Tras todo ese tiempo que había pasado, mientras ella muchas veces intentaba atravesar un camino solitario e inseguro.  Sabiendo que se dirigía hacia un lugar totalmente desconocido donde tenía que labrar y encaminas sus pasos…  Descubrió que ella nunca había caminado sola.  Curiosamente, a su sombra, Dariel de manera silenciosa había estado acompañando y cuidando de ella.

            Cada piedra que ella hoy pisaba con firmeza  y que hacia su camino más llevadero, habían sido puestas allí con la sola idea de protegerla y de hacer que su aventura en esta vida fuera un poco más llevadera. 

Por unas horas meditó en las manos de Dariel.  Secas, callosas, muchas veces adoloridas, parecían hasta un poco bruscas y torpes.  ¡Cuántas ocasiones ella había caminado sin advertir que allí escondido, oculto y silente Dariel vigilaba desde lejos que nada malo le sucediera!  Ese hombre que cual guardián la había protegido sin siquiera decir una palabra o hacer alboroto diciendo que ahí estaba para llamar su atención.
Karesis pensó que ese puente construido lenta pero pacientemente le había llevado al lugar de dónde ella trataba de huir.  Su grande miedo al dolor de ser lastimada, la había llevado irónicamente a encontrar aquello de lo que por tanto tiempo había huido.  Dariel no solo había edificado un puente físico para que Karesis atravesara aquel camino cómodamente, sino que él también había construido un puente fuerte y seguro en el corazón de ella.  Había formado un lazo que de manera sutil lo vinculaba tiernamente hacia él.

Así que esa noche Karesis decidió sorprender a Dariel de una forma que él jamás hubiese imaginado.  Se dirigió hacia el puente innumerables veces atravesado y colocó muchas luciérnagas en frascos para que iluminaran el camino de aquel puente que estaba lleno de flores.  Puso también en muchas cajitas de cristal diferentes tipos de mariposas y para agregarle más romanticismo a la sorpresa que daría a Dariel, puso hermosas velas por todo el camino.  Al final del camino que terminaba el puente colocó un enorme corazón junto con una gran llave plateada.  Dejó una tarjeta frente a la puerta de la casa de Dariel citándolo para que estuviera a eso de las 11:30 pm frente a la tiendita donde siempre conversaban.  Luego se dirigió a su casa, se sentía algo nerviosa, expectante y emocionada.  Karesis quería arreglarse muy bonita para tan especial ocasión.  Quería verse encantadora y natural, así que escogió un vestido color blanco largo.  De esos que mientras caminas tienen un seductor compás y movimiento.  Soltó su cabello rojo lacio y lo adornó con una diadema de flores blancas.  Maquilló su cara de forma natural, pero atractiva.  Se perfumó con un aroma suave, pero que impregnaba y calzó sus pies con unos delicados zapatos de tacón y se fue para  la tiendita a la que había citado a Dariel.

Justo y puntualmente a las 11:30 de la noche, había llegado Dariel al punto de encuentro a donde le habían citado.  Con ojos intensos de color café, cabello un poco largo y rizado castaño, alto, acanelado y un tanto fuerte, se presentaba ante Karesis aquel varonil chico.  La miraba con ojos sorpresivos, llenos de curiosidad e interrogantes y con esa timidez que lo caracterizaba.  Inmediatamente Karesis tomó la venda que traía en sus manos, sonrío coquetamente y le dijo: “¡Caballero, usted por un rato estará secuestrado, tiene que dejarse llevar por mí!”  Dariel no pudo decir nada, solo sonrío y permitió que su secuestradora hiciera lo que quisiera.

Mientras caminaban, Dariel sentía cosquillas estremecer y danzar por todo su vientre.  Esa chica a la que amaba en silencio cada noche y cada minuto del día, había tomado sus manos y esa sensación, ese toque era maravilloso.  Aún se preguntaba si acaso estaba soñando o si era real lo que estaba sucediendo.  Karesis tomaba sus manos con delicadeza, pero a la vez le apretaba con algo de fuerza y esas manos él anhelaba que lo siguieran sosteniendo por toda la vida si era posible.

A eso de las 11:45 habían llegado al puente.  Aquella noche parecía mágica, sensacional e indescriptible.  El sonido de la naturaleza parecía estar en complicidad junto con el universo a favor de Karesis.  Ella comenzó a atravesar el puente, pero esta vez no estaba sola, en esta ocasión había unas manos que estaban sosteniéndola con confianza y ternura.  Había alguien que con sus ojos vendados estaba confiando en ella y que estaba dispuesto a acompañarla al fin del mundo si era necesario.  A las 12:00 de la madrugada, estaban justamente en el mismo centro del puente.  Karesis entonces se acercó al oído izquierdo de Dariel y le susurró: “¡Te tengo una sorpresa muchacho lindo!”  Entonces quitó la venda de los ojos de su preciado tesoro.

Cuando Dariel abrió sus ojos no parecía verdad lo que veían sus ojos.  ¡Estaba en ese puente tan familiar para él!  Ese puente que guardaba el secreto de sus sentimientos por Karesis, aquel puente que de alguna manera misteriosa la había acercado a ella de forma armoniosa y lenta.  Observó el puente totalmente adornado e iluminado con velas, frascos que contenían luciérnagas y mariposas que querían volar hacia su libertad.  Conmovido preguntó a Karesis qué significaba todo eso.  Sus ojos estaban llorosos, su cara sonrojada y su voz algo quebrada ante esa sorpresa.  Entonces Karesis respondió: “Mi largo camino comenzó cuando esto aún no era un puente, por lo cual fue aterradoramente oscuro y difícil atravesarlo cada día durante un tiempo.  Pero poco a poco, sin darme cuenta de los cambios que ocurrían, de las piedras que se iban agregando para que yo pudiera atravesar con menos dificultades este camino, he comprendido que tú en mi vida has sido algo así como las velas, las luciérnagas y las mariposas.
Comenzaste piedra por piedra, paciente e incondicionalmente a ayudarme a hacer un camino para facilitar mis pasos y mi sendero.  Cual luciérnaga, con tu pequeña pero preciosa luz me iluminaste cual sol radiante después de una larga y sombría noche, tu luz abordó mi ser.  Y así como una mariposa te acercaste con tus colores, pintaste mi existencia de lindos matices y me ayudaste a abrir mis alas que estaban cerradas, quebradas y lastimadas para que pudiera volver a volar libremente alrededor de un firmamento lleno de nuevos sueños y esperanzas.

Ambos siguieron caminando, atravesando el puente tomados de la mano, abriendo los frascos y cajas de cristal que contenían las luciérnagas y las mariposas, haciéndolas volar.   Y a eso de las 12:15 de la madrugada habían llegado hasta el final del camino.  Dariel vio un gran corazón y una gran llave y sorprendido volvió a preguntar: “¿y esto qué significa?  Emocionada pero muy sonriente.  Sintiéndose totalmente plena, confiada, segura.  Con una luna totalmente llena adornando el cielo e infinitas estrellas centelleantes de testigos Karesis respondió: “Aquel quien construyó delicadamente un puente hacia mi corazón, ese hombre que logró abrir las ventanas y puertas de mi alma, ese que eres tú Dariel, es quien merece tener la llave y la entrada total de mi corazón”.  Tímidamente ella rosó sus labios con los de él y en esa noche intensamente romántica, selló su declaración de amor con su primer beso que al principio fue tímido, pero que luego se convirtió en intenso.  Ahora Dariel y Karesis, unidos construirían y atravesarían cada día cualquier puente que la vida les presentará.

Autora: Brendaliz Avilés

Escrito Para: www.brendalizaviles.com

miércoles, 20 de agosto de 2014

PACIENCIA


Paciencia

Paciencia es lo que necesita el sembrador cuando deposita una semilla bajo la tierra. Esperando lentamente que su flor crezca o que su producto rinda fruto. Anhelando ver resultados, deseando una abundante cosecha.  Paciencia es la que a veces parece que se nos agota, nos causa frustración y gran tristeza ante la incertidumbre de que no veremos los resultados.

Así como una semilla que sembramos bajo tierra y no logramos ver cómo van brotando adentro sus raíces, pero con una fe llena de certezas, confiamos en que a su debido tiempo producirá resultados.  Así es que desarrollamos la paciencia. 

Misteriosamente la paciencia produce en nosotros la perseverancia y hace que desarrollemos características que nos preparan para hacernos más fuertes ante las pruebas de la vida.  Si hay alguien que conoce lo que es esperar pacientemente, ese es el desierto.  El desierto que siempre ansía que la lluvia acaricie su arena.

Aún cada estación tiene su tiempo.  La primavera espera al verano, el verano al otoño y el otoño al invierno.  El sol sale en la mañana, luego va desapareciendo en el ocaso para que llegue la noche inundada de estrellas.  Aún la luna tiene que pasar por procesos para estar llena.  Esperar lentamente su crecimiento, para en su debido momento brillar con el fulgor más bello.
Nadie nunca dijo que la espera sería fácil.  Porque la espera generalmente es lenta.  De hecho, en muchas ocasiones es dolorosa y sin embargo su fruto puede resultar abundante.  Pero la paciencia lleva consigo insistencia y la insistencia a su vez nos hace fuertes como rocas.

Cada ciclo tiene su proceso y cada proceso trae consigo la evidencia de que si sabemos ser pacientes, obtendremos algún resultado.  Siendo realistas, esos resultados pueden ser de tres formas: el que esperamos, el que es mejor de lo que esperamos o el que para nada se acerca a lo que esperábamos.  Sin embargo, siempre me sostiene esa palabra que dice que los planes y los pensamientos que el Señor tiene acerca de mí son mejores de lo que pienso y que posteriormente me darán el final que espero.  Parece un trabalenguas ilógico, pero tiene su lógica saber, que en algún momento, si confío en Dios, en su sabiduría y en los planes que él tiene para mi vida, él me dará exactamente lo que yo no necesito.

Las cosas buenas toman su tiempo.  El amor va creciendo lentamente hasta que llega un momento en que no conocemos la dimensión o la extensión de lo que sentimos.  El atleta que gana una medalla en las Olimpiadas, tiene una historia que contar sobre la disciplina y los sacrificios a los que tuvo que exponerse para llevar esa medalla en su cuello.  Ese momento pasa, pero el recuerdo y la satisfacción de ese instante y de ese arduo trabajo, dura para toda la vida.

Así que el consejo para el día de hoy es tratar de no afanarnos ni desesperarnos cuando los resultados que esperamos no llegan.  Al final el fruto de tu paciencia desarrollará algo bueno en ti, una fortaleza interior capaz y una sabiduría para que comprendas y sepas las cosas por las que vale la pena esperar y cuáles debes dejar ir, para que puedas nuevamente comenzar a volar.

Autora: Brendaliz Avilés

Escrito Para: www.brendalizaviles.com

sábado, 16 de agosto de 2014

Nostalgia



Nostalgia

Hay una tristeza infinita que siento cuando tus ojos miran de esa forma a ese alguien que no soy yo.  Cuando al observarte para que hubiera un extraño a mi lado, no la persona que hace tiempo yo creía conocer.

Hay una lágrima que se asoma por mi mejilla cansada y descorazonada al sentir tu cuerpo presente, pero tu corazón frío, distanciado y ausente.
Hay un sueño que hoy se quebranta, destrozado gime, pero la realidad lo despierta.  Y un aterrizaje forzoso lo obliga a detenerse mientras un suspiro se ahoga en el interior.

Existe un silencio que no quiere decir lo exhausta que está su alma, hastiada de tantas noches sin dormir.  Anhelando que tú, mi ausente, vuelvas al calor de mis brazos.  Que irrumpas como antes lo hacías, invadiendo, removiendo y arropando.  Despertando cada rincón de mí ser, azotando cada área que ha quedado dormida tras tu indiferencia.

Más es triste tener que resignarse, obligarse y aceptar que en tu nuevo espacio ya no hay un lugar para mí.  Y que siendo yo quien más te quiera y ame, con dignidad debo dejarte libre y desearte que a esa que llamas hoy amor, pero que es realmente una aventura, un espejismo, una fantasía o quizás ilusión, no le hagas lo mismo que a mí que me quebraste el corazón.

By: Brendaliz Avilés
Escrito Para: www.brendalizaviles.com

 A veces las personas solo necesitan ser amadas. Que las abraces sinceramente y las escuches con atención. Que le brindes una mirada o una s...