miércoles, 7 de septiembre de 2016

ES TIEMPO DE QUE TÚ CONFÍES


Tema: Es tiempo de que tú confíes.
Eclesiastés 3:1 “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.”.
A.     Tu mayor posesión:
1.      Realmente cuando en nuestras vidas nos ponemos a pensar todo lo que tuvimos que esperar de pequeños: regalos de cumpleaños, que llegara la navidad o el verano para no tener clases o portarnos bien y sacar buenas notas, todo esto ¿para qué? para esperar una recompensa. Sabíamos haciendo las cosas correctamente llegaríamos al cometido esperado. Y esa forma de pensar aun de grandes no ha cambiado solo ha variado. Ahora no pedimos lo mismo que antes porque hemos madurado y razonamos en distinta forma.
2.      Pero cuando analizamos más allá es igual que antes, estamos esperando por algo que queremos. Y como iglesia y pueblo de Dios se nos hace difícil esperar, aun cuando queremos que sea Dios quien tome la decisión de nuestra petición porque “él sabe lo que yo quiero, pero también sabe lo que me conviene”. Siempre vemos esto como lo correcto porque sabemos que es preferible no salirnos del marco de su dirección. No obstante, es difícil esperar, reconocemos que tiene el control de las cosas pero nos desesperamos al pensar que el reloj sigue corriendo y lo que pido todavía no llega. Pero lo que nadie te puede quitar, tu posesión mas preciada, a pesar de la adversidad es tu confianza. Esa es la fuerza en nosotros mientras el reloj marca la hora de nuestra bendición. (Proverbios 3:5,6 ) “Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento.…”
B.     Un Dios que escucha
1.      Si nos ponemos a recordar la cantidad de promesas que Dios hizo son en la biblia son sorprendentes pero es extraordinario cuando las hizo cumplir y de la forma en que ocurrieron. En (I Samuel: 11) podemos ver la aflicción de Ana al no tener hijos y el clamor que ella levanta a Jehová por tener un hijo varón. Y su petición fue contestada. Así también, podemos ver contestada la petición del pueblo de Israel cuando clamaban porque Dios los librara de la esclavitud en Egipto (Éxodo 3), después de 400 años de esclavitud llego su respuesta. Por medio de estas historias confirmamos que Dios escucha nuestra oración. Las emociones nos abarcan fuertemente pero nuestra afirmación esta en Jehová.
2.      “Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.” (Eclesiastés 3:11). Nosotros no conocemos los planes de Dios para nuestras vidas y dudamos de él en muchas ocasiones y su misericordia es tan grande que nos perdona, pero nunca pongas en duda que tu Dios escucha. Recuerdo que en una ocasión escuche un testimonio que impacto mi vida, unos jóvenes que oraban a Dios por la anulación o confirmación de su noviazgo, desde el comienzo de su relación se separaban ambos en ayuno y oración más no recibían respuesta. Cierto día estando en la banca en un culto la joven dijo en su mente “Señor ¿será que tu no me escuchas?” y la persona que llevaba el mensaje la miro desde el altar y le dijo “¡PORQUE YO SOY UN DIOS DE OIDOS TE ESTOY ESCUCHANDO, Y SE LO QUE ME ESTAS PIDIENDO!”, esto les reafirmó que Dios estaba en el asunto. Y 1 año y 3 meses después su respuesta llego, hoy día están casados.
C.     Ahora te toca a ti
1.      Es nuestras manos esta hacer que el enemigo no ponga pensamientos de derrota y duda de la veracidad de las promesas de Cristo. “Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.” (Proverbios 3:5,6). Debemos ponernos como propósito, cada día declarar lo que aun nuestros ojos no pueden ver, pongamos a trabajar la fe. Declaremos las promesas de Dios: que nuestros hijos llegaran a los pies del maestro, sanidad en la enfermedad, provisión en el hogar, restauración en el matrimonio, fortaleza en medio de la prueba etc. Porque Dios  conoce y sabe que podemos resistir y permanecer firme ante la espera. El tiempo es controlado por Dios, así que tenemos la convicción, que a pesar de la angustia, nadie nos puede robar la confianza en el creador.
2.      Así que, cuando nos levantemos en las mañanas cambiemos la perspectiva, no hay cosa que más moleste a Satanás que vernos declarando confianza en nuestro Dios en medio de los procesos. Recordemos siempre que debemos confiar con todas nuestras fuerzas, que Dios nos escucha y está atento a cada uno de nosotros, y que nos toca a nosotros no dudar caminando en fe y declarando lo que no vemos como si fuera. Amén.
Autora: Diana I. Hernández
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