jueves, 2 de diciembre de 2010

¡ÁMATE!





¡ÁMATE!

Mucho antes de que tú y yo naciéramos ya habíamos sido pensados y amados por Dios. Según el diccionario, amor significa: “conjunto de sentimientos que ligan una persona a otra, o bien a las cosas, ideas, etc. Aquello que es especialmente querido, ternura, suavidad. Esmero con que se hace algo”.

Dios está ligado a cada uno de nosotros y la morada de él es cada corazón que lo recibe y deja penetrar en su vida. Dios tiene sentimientos fuertes hacia cada uno de sus hijos, para él somos especialmente queridos y por eso nos diseñó con esmero, ternura y suavidad.

Ahora bien, a veces no nos resulta fácil amarnos a nosotros mismos. Para muchas personas es más fácil querer y tener sentimientos hacia otros que hacia ellos mismos. Muchas personas piensan que el amor propio se basa en lo que los demás ven de ellos por fuera. Cuántos hay que se confunden pensando por ejemplo que hay tantas modelos que se aman a ellas mismas porque se ven preciosas, pero si lograrán poder ver lo que se esconde tras sus pensamientos se llevarían grandes sorpresas, pues no siempre las cosas son lo que aparentan ser.

Y aunque el amor que tu sientes hacia ti mismo, se proyecta y refleja por fuera, también hay otros que se confunden, pensando que una persona que tal vez es de y o x forma, no se ama. Pasan tantas ideas por mi mente mientras escribo, y no sé si logré presentar lo que quiero en esta reflexión por razones de espacio y de tiempo.

Pero sucede que me he topado con personas que al verme “gordita” (con diminutivo para que se escuche más bonito), me han dicho “ámate y valórate”. Y pienso para mis adentros: ¿quiénes se creen estos al pensar que por el hecho de yo no cumplir con los estándares o las medidas de la mayor parte del mundo para decirme que no me estoy amando? Medito en que quizás hemos perdido perspectiva y muchos se han hecho jueces sin saber lo que sienten los demás por dentro.

Y puedo decir con todas las fuerzas de mi ser que me amo mucho, aunque gracias a muchas de las heridas que me causaron algunas personas, me costó un poco más de trabajo aceptarme, pero lo logré. Y lo logré gracias a Dios que ni un solo momento de mi vida me ha dejado sola y gracias a unos padres y hermana que no han permitido que escuche, crea y pese más lo que dices los demás que lo que dice mi conciencia. Porque las personas te quieren hacer ver consciente o inconscientemente que si no eres del montón, que por ser diferente, hay algo muy malo en ti.

Con toda sinceridad escribo esto, porque sé que hay muchas personas que están pasando por problemas de estima propia. Que no logran ver todo lo bueno que tienen porque se han concentrado en sus defectos (que todos los tenemos, aunque algunos en más proporción que otros). Y Dios quiere que levantes tu cabeza bien alta, que no escondas tu mirada, ni trates de pasar desapercibido(a) por entre la gente. Y sé lo que digo porque yo sé lo que es la presión, pero también sé que hay un ser maravilloso llamado Dios, que me ayuda a aguantar cualquier presión y me fortalece aún cuando hay momentos en que parece que ya no puedo más.

Siempre he dicho que si hay cosas que podemos mejorar y lo queremos lograr es algo magnífico. El hecho de amarte, aceptarte y valorarte es saber que Dios te ama como eres, pero que te ayuda a mejorar aquellas áreas de tu vida en las que no te sientes conforme o no estás bien. Pero también quiero que este mensaje sirva para que mires o si se te ha olvidado recuerdes quien eres a los ojos de quien te creo y ante tus propios ojos. De qué vale que el mundo le diga a muchos que son lindos, cuándo ellos por dentro siguen sintiéndose feos o lo que es peor tienen sentimientos horribles para con los demás.

Hay un valor, un respeto, un amor que nada ni nadie me lo pueden dar excepto yo misma. Hoy te invito a abrir los brazos y abrazarte a ti mismo. A decirle: “Gracias Dios mío por haberme creado y porque aunque tengo defectos, debilidades y dificultades, sé que tú todavía no has terminado conmigo y me ayudarás a sostenerme, renovarme y seguir hacia adelante. Amén”.

Autora: Brendaliz Avilés


Escrito Para: www.mensajesdeanimo.com
www.brendalizaviles.com

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