Al cumplir un
año más de vida…
Hoy es 4 de
julio de 2012. Un día como hoy hace 31
años Dios permitió que naciera. Ni un
minuto antes, ni uno después. Pienso que
nací entre la mañana y la tarde pues eran las 11:59 am cuando mi madre me dio a
luz. Mi vida ha sido una llena de retos,
donde continuamente he tenido que desarrollar el fruto de la paciencia.
Para serles
sincera mi vida nunca ha sido fácil, de hecho tiene bastantes complicaciones y
actualmente tengo varias cosas por las cuales preocuparme. Si les cuento algo más, sería que el año
número 30 ha sido uno de los años más difíciles de mi vida. Tantas veces pensé que moriría que no
lograría llegar. Muchas tristezas me
cubrieron, la enfermedad me visitó, tuve pérdidas importantes y descubrí que
aquellas personas de las cuales esperé que estuvieran en mis más difíciles
momentos, me sorprendieron con su ausencia.
Quizás
mientras me lees te preguntes, ¿qué me ha sostenido en este año y durante toda
mi vida? Y te responderé que la mano de
Dios, sus promesas para con mi vida y el amor de mi familia y amigos. También las oraciones de muchas personas que
ni siquiera conozco, pero que se toman el tiempo de presentarme ante Dios en
oración.
Pero en este
cumpleaños número 31, quiero tomarme el tiempo para contar mis bendiciones. Unas siempre las he tenido y otras han
llegado nuevas para llenar mi corazón de alegría. Quiero dar gracias primeramente a Dios quien
es mi padre soberano, el que nunca me deja y siempre es paciente conmigo. El que me levanta cuando estoy caída y me
impulsa a no dejar de soñar y seguir luchando.
A mi rey soberano Cristo quien a través de su Espíritu Santo me inspira
a escribir.
Agradezco profundamente
también por mis padres y hermana. Han
estado conmigo siempre, soportando cada prueba, sosteniéndome cuando he pensado
que voy a caer y no podré levantarme.
Siempre cuidándome y preocupándose por mi bienestar. No existen palabras con las que yo pueda
describir lo afortunada que me siento que contar con ellos, de poder llamarles
padres y hermana.
No puedo
dejar de dar gracias a Jehová por amigas como Leslie Ann Quiles y Bedzaida
Castillo. Ellas son las dos angelitas terrenales
que Dios me envió en unos momentos críticos y cruciales de mi vida. En medio de ese desierto árido y de la
soledad, ellas aparecieron para bendecirme, levantar mis manos, hacerme
compañía. Son quienes se preocupan por
llamarme y ver que esté bien, quienes me roban sonrisas y quienes me han
demostrado lealtad, sinceridad y el significado de la amistad.
También por
Emanuel, que siempre digo que es mi hermanito adoptivo. Hay momentos en que sus llamadas han llegado
en ese preciso instante en el que Dios desea recordarme que no debo temer
porque él tiene todo bajo control.
Emanuel con su preciosa voz y su peculiar forma de hacer bromas hace que
en mi rostro se dibuje una sonrisa.
Sin duda
alguna Dios me ha sorprendido con la amistad de una hermanita de El Salvador
que se llama Leslie Escobar. ¡Cuán precisas
e importantes han sido esas palabras que ella en obediencia me ha escrito
cuando Dios la ha inquietado! Sobre todo
durante todo este año número 30 que ha pasado me daba inyecciones de fe sin
siquiera tener idea de lo que yo estaba pasando. Su ternura, sus detalles, sus oraciones han
sido de tremenda bendición a mi vida.
Gracias debo
dar también a Dios por personas como ustedes que me leen y sin conocerme
personalmente confían en mí, me envían mensajes, lloran y ríen conmigo, oran
por mí y me hacen parte de sus vidas. No
hay palabras suficientes para explicarles lo que siente mi corazón hacia
ustedes.
Hay un pastor
que amo con todo mi corazón y ha sido un gran consejero para mi vida, es el
hermano Héctor Martínez Lugo, al que cariñosamente llamamos Nenito. Este pastor ha hecho que yo pueda ver las
cosas desde una perspectiva brillante. Y
una sierva de Dios llamada Mercy Amaral que me ha apoyado, orado por mí y
recordado las promesas de Dios para con mi vida. Sin duda, ellos son muy especiales en mi
vida.
Por último,
pero no menos importante, agradezco a Dios por una personita especial que llego
a mi vida hace algunos meses y me ha llenado de profundas alegrías. Que con sus detalles y ternura a abrigado y
estremecido mi corazón totalmente. Que
me escucha, me apoya, me estimula y me ha aceptado como soy. Que cuando le toca el turno de orar, provoca
que lágrimas broten de mis ojos pidiendo por mi bienestar y cree firmemente en
que mejores días vendrán. A ese niño
especial que siempre es optimista y tiene un sentido del humor increíble. ¡Conejito, muchas gracias por estar aquí y
ahora! Contigo estoy descubriendo una
parte de la vida que desconocía y me parece maravillosa.
Ahora
quisiera finalizar este escrito con una oración de acción de gracias a Dios por
este nuevo año que me permite cumplir:
Querido Dios: Tú bien sabes
cuánto he pasado y me ha costado enfrentar este año que pasó. La batalla y la prueba aún no han finalizado,
muchas veces me rodea el temor por las cosas que puedan venir. Pero siempre he confiado que estoy en tus
manos y eso me lleva a saber que de alguna manera estaré bien y que todo obrará
a mi favor cuando tú lo dispongas en tanto yo siga siendo fiel, obedeciéndote y
amándote. Has sido y eres el amor más
grande de mi vida y yo solo quiero agradecerte por ese amor incondicional y
porque sé que si estoy viva es gracias a tu gran amor y misericordia. Sigo esperando ese milagro que me
prometiste. Sabes también que ando
trabajando y tratando de luchar por hacer la parte que me toca. Pero mi fe está centrada totalmente en ti y
mi dependencia y ante quien yo me inclino es ante ti mi buen Dios. Solo quiero pedirte que me des fuerza,
valentía, disciplina y fuerza de voluntad para lograr esa meta tan importante
que me he propuesto y para serte fiel.
Tú sabes bien porque quiero lograr esa meta en particular. ¡No me sueltes Dios porque sencillamente sin
ti no podría! ¡Te amo con todo mi
corazón! Amén.
Mis queridos
amigos y hermanos, yo espero que este año de grandes retos para mí sea uno en
el que pueda ver de forma más tangible y maravillosa obrando a Dios en mi
vida. Que el próximo año, con motivo de
mi nuevo cumpleaños pueda testificarles las cosas grandes que sé que Dios hará
con mi vida. ¡Les quiero con sinceridad!
En el amor
del Señor,
Brendaliz
Avilés
Escrito Para:
www.brendalizaviles.com