Colección
Cartas a Dios: Aún con mis alas rotas, voy a volar
“Como
un águila que despierta su nidada, que revolotea sobre sus polluelos, extendió
sus alas y los tomó, los llevó sobre su plumaje”. (Deuteronomio 32:11)
Querido Dios:
Siento mis
alas rotas. Quiero volar, más cuando
trato, caigo estrellada en el suelo.
Deseo tanto ascender muy lejos, ver el paisaje desde el cielo. Yo no nací para estar en el suelo, con todo
el corazón quiero surcar el firmamento libre y sintiendo el aire refrescando mi
cuerpo.
Siento que
nací para cosas grandes, pero quiero hacer la diferencia y dejar mi huella
impresa aún en aquellas cosas que pudieran parecer insignificantes. Por eso acudo a ti, porque de volar y soñar
tú sabes. Porque depositaste en mi
corazón cada sueño, cada meta, cada proyección y mis aspiraciones.
Y si tú las
colocaste es porque se pueden cumplir y realizar. Pero aunque hoy tengo mis alas lastimadas,
voy a volar. Me montaré sobre ti y tú
con tus plumas me llevarás y me elevarás.
Me enseñarás nuevamente cómo volver a volar, porque te lo aseguro: ¡NO
VOY A RENUNCIAR!
Tu protección
me alcanza, tus fuertes brazos me rodean.
Tu paz y tu calma me hacen vivir confiada. ¿Por qué voy a temer? Tú me acompañas aún cuando no parece haber
nada. A pesar de que hay noches que
parecieran inciertas. De cada herida he
de aprender y sobreviviré. Quiero
utilizar como el águila la tormenta, para avanzar y no para retroceder.
Dame firmeza,
ayúdame a crecer. Quiero ser humilde y
tener la capacidad de desafiarme a mí misma para nunca conformarme. Ayúdame Señor, hazme una persona cada día más
valiente. Y mientras estoy dando mi
vuelo, que nunca olvide por más elevada y cerca que esté del cielo, que eres
tú, Padre Amado, el que va piloteando mis sueños y el que permite cada vuelo.
De tu hija
que te ama con todo el corazón,
Brendaliz
Avilés, Autora
Publicado
Para: www.brendalizaviles.com