martes, 20 de septiembre de 2011

Una Carta de mi Colección de Cartas a Dios



Colección de mis Cartas a Dios



Querido Dios:


Yo sé que tu corazón está latiendo en el mío; de otra manera no podría continuar cuando mis pies y mi carne desfallecen. Cuando el dolor intenta consumir mis huesos y mi alma adolorida y angustiada, claman por tu ayuda. En este proceso de mi vida solo has estado tú conmigo. Y cuando he cruzado mi desierto, has sido mi oasis, mi escondedero y mi refugio.


Si estoy de pie es solo porque tu gran amor y gracia me han sostenido. Mi corazón y mi voz te cantan, tú eres más precioso que todo lo que me rodea en el Universo. El cielo no alcanza a compararse con la extensión de tu fidelidad. Ninguna flor en el mundo puede destilar el perfume que tiene tu presencia y amor. La gracia y elegancia con la que me proteges, no hay guardaespaldas humano que pueda imitar porque has sido mi defensor y abogado.


Mi corazón es tu altar y de él brotan alabanzas y agradecimientos para ti. No podría yo acudir a otro lugar que no sea encontrándome contigo. Yo soy la flor y tú el Jardinero que no permites que me marchite a pesar del sol y de la impiedad que a veces encuentro. Si este prado que es mí ser, está verde es porque tu rocío de fortaleza y nuevos ánimos me bañan cada día de mi vida.


¡Te amo Señor! Lo grita cada poro de mi piel. ¡Te amo mi Amado! Con cada respiración mi aliento lo exclama. Estoy de pie porque me has sustentado y eres necesario e indispensable para mí. Permite que mis letras lleguen hasta tu presencia cual incienso quemado. Que dancen armoniosamente y con júbilo se postren por siempre ante tu Majestad.


De tu hija que te ama,


Brendaliz Avilés




Autora: Brendaliz Avilés


Escrito Para: www.brendalizaviles.com

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