Yo deseo para ti tanta felicidad como para que puedas sonreír aún en los momentos más tristes de tu vida. Un sol que te de calor cuando la mañana sea fría y solitaria. Te deseo paz interior cuando tengas que enfrentar duras y difíciles batallas. Que nunca pierdas la capacidad de recordar que eres fuerte, muy capaz y que Dios está contigo. Quiero que tengas fuerzas para salir siempre adelante y sabiduría para aprender de tus errores. La resiliencia de con tus pies firmes caminar y sobreponerte a cualquier dificultad y así como el águila elevarte por encima de la tempestad. Yo deseo para ti un amor tan abundante que sea capaz de esparcirse, sembrar, recoger y transformar. Deseo que recuerdes que por Dios nunca eres olvidado y que él te esconde en su regazo. Y pido al Padre que nunca te desprecies por las opiniones que puedan tener las demás personas. Cuánto anhelo hoy poderte abrazar y que en ese abrazo sientas a Dios abrigándote y reiniciándote. Hay tantas cosas que quisiera para ti, pero por hoy me voy a limitar a desear que recuerdes que Su gracia es más que suficiente para poderte restaurar.
Autora: Brendaliz Avilés
Para: EscritosdelSilencio.blogspot.com