Colección
Cartas a Dios: ¡Gracias por tu Sacrificio!
Querido Dios:
Al pensar en tu
sacrificio no puedo evitar llorar. No es
el llanto de tristeza, es el llanto que conmueve y estremece mi ser de infinito
agradecimiento por pensar en mí e incluirme en tu sacrificio. Saberme amada e ideada por ti me llena de
fuerzas mi buen Dios. Mostrarme cómo has
caminado conmigo a través de todo el trayecto de mi vida, me deja sorprendida
de muchas maneras. Porque en cada cosa
que pasa y en cada detalle que veo, percibo y puedo comprobar tu fidelidad.
Extendiste
esos brazos de misericordia por mí, ofrendaste tu vida porque yo para ti valía
la pena. Apostaste todo por mí creyendo
que entendería y aceptaría tu sacrificio para recibir la salvación que tú
querías obsequiarme. He sentido tu beso
amoroso arder en mi corazón y traspasar mis miedos. Tú sangre me ha dado la libertad que nadie en
el mundo me pudo regalar. ¡Eres vida,
eres luz! Tu lumbrera traspasó mi
oscuridad y soy tan diferente y nueva.
Esa paz, esa
sonrisa, ese amor que refleja mi alma, es solo la proyección de tu reflejo en
mi vida. Eso tan sincero y profundo que
emana de mi interior y de mi ser es tan solo el toque que has puesto tú serena
y pacientemente en mi vida. Soy esa flor
frágil que está en tu jardín cuidada y protegida por ti. Que espera diariamente que la riegues porque
no sabe depender de nadie más, solo de ti.
¡Te amo tan inmensamente que no tengo las palabras adecuadas para
expresar en detalle todo esto que siento por ti! Pero permíteme con mis letras alabar y
bendecir tu precioso nombre.
Señor, mi
buen Jesús, sigues siendo por siempre el gran amor de mi vida. Eres la llama de la pasión que nunca deja de
arder en mi alma. Estoy rendida a tus
decretos, soy recipiente de tu voluntad y propósito. Tú has cambiado la vida de tantos con el
pasar de los siglos y de los tiempos. Tú
has escrito las páginas nuevas de un nuevo libro en la vida de aquellos que te
han dejado escribir. Sigue escribiendo
sobre mi corazón, plasma tu vida en la mía y déjame ser por siempre testigo del
poder y del amor que hay solo en tu inmenso corazón.
De tu hija
que te ama con todo el corazón,
Brendaliz
Avilés
Autorizado a
Publicar en: www.brendalizaviles.com
5 de abril de
2012