miércoles, 9 de septiembre de 2009

Silencio


SILENCIO

“Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová”. Lamentaciones 3:26

A veces el silencio es la mejor respuesta que podemos dar ante palabras necias. Porque cuando decimos hablar sin tener nada bueno que decir, nos arriesgamos a cometer imprudencias de las que nos podemos arrepentir. Imprudencias que nos causaran problemas y nos harán sentir mal.

Hay quienes dicen que las palabras se las lleva el viento. Pero yo no estoy de acuerdo porque hay palabras que se graban en las mentes y en los corazones de quienes fueron depositadas. Palabras que pueden tomar vida y matar o asesinar los corazones de las personas con un veneno mortal. El silencio nos puede evitar muchos disgustos. Deberíamos callar y analizar más, antes de hablar sin control y sin sentido o coherencia.

El silencio puede alumbrar nuestro entendimiento, hacernos comprender algo que a primera instancia no lográbamos comprender. Por medio de él podemos experimentar la paz. La paz que aclara pensamientos, ideas y sentimientos. La paz que nos ayuda a renovarnos para poder continuar nuestros días. La paz que podemos transmitir a otros que la necesitan.

Podría haber un bullicio de gente charlando, pero cuando estás en silencio en medio de tantas personas, puedes aprender y absorber grandes lecciones. Callar te da el tiempo de observar. Por ejemplo, en el momento en que escribo esta reflexión son las 8:30 de la mañana y estoy en una oficina llena de personas que hablan sin parar. Otras no encuentran con quien conversar y como no toleran lo que su silencio quisiera platicarles, buscan su celular, miran el televisor, llenan palabragramas, etc.

Vivimos en un mundo demasiado acelerado. La televisión, el radio, la computadora, los teléfonos. Tantas cosas que existen para tratar de mantener nuestra mente ocupada. Pero yo te invito a encontrarte con el silencio del cual pueden provenir cosas positivas. Una conversación contigo mismo, que luego te llevará a una conversación profunda con Dios. No siempre estar en silencio es malo ni aburrido. El silencio nos ayuda autodescubrirnos y a reinventarnos.

Pero algo importante que desarrollamos a través del silencio es la paciencia. Porque mientras esperamos callados a que algo buena suceda o que los malos tiempos pasen, se va desarrollando nuestro carácter y experiencia. Estás cosas requieren de una gran paciencia y confianza. Confianza que nos da el saber que Dios va llevándonos de la mano en este transitar por la vida. Puede que hoy alguien necesite de tu silencio para poder ser escuchado y expresar las cosas que lleva dentro. Hoy quizás necesitas silencio ante esa vida acelerada que estás llevando últimamente o porque tal vez hablar mucho te está trayendo problemas con la gente que te rodea o amas.

Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para:
http://escritosdelsilencio.blogspot.com/

BAJO EL REFLECTOR DE DIOS


Bajo el Reflector de Dios

"Los que miraron a él, fueron alumbrados, y sus rostros no fueron avergonzados.” SALMOS 34:5

El diccionario en línea define la palabra reflector de la siguiente manera: “Que refleja, aparato de superficie lisa y brillante para reflejar los rayos luminosos. Foco luminoso de gran potencia”.
Cuando analizo la obra que el Espíritu Santo hace en nuestras vidas, el papel importante que juega dentro de la vida de cada creyente, puedo decir que parte de su trabajo consiste en ser un reflector en nuestras vidas. Ante su luz somos expuestos y examinados tal cual somos. Otros pueden creer conocernos perfectamente, pero solo Dios nos conoce exactamente.

La dirección del Espíritu Santo es imprescindible para nuestro progreso espiritual. Ante sus rayos x puedes ver con escrupulosidad, precisión y profundidad cada cosa que hay dentro de nosotros. Él es quien puede darnos el diagnostico mas fidedigno de las partes quebradas, rotas, lastimadas o que requieren de cuidados especiales y con urgencia porque no están funcionando bien.

Bajo la luz de Dios encontramos detalles que nos hacen descubrir aquellas cosas o detalles que nunca habíamos pensado que estaban impidiendo bendiciones o cosas buenas en nuestras vidas y también a través de él descubrimos nuestras fortalezas. Aquellas áreas, talentos y dones que no sabíamos que teníamos hasta que los llevamos a la práctica.

El Espíritu Santo es nuestro consolador, pero también es como nuestra conciencia. Nos hace sentir qué cosas están y cuáles no. Bajo el reflector de Dios descubrimos lo valiosos y amados que somos porque comenzamos a experimentar lo que es el amor desinteresado y desmedido que siempre procura nuestro bienestar. Si Dios es nuestro reflector, entonces nosotros tenemos que ser un reflejo hermoso de él. Tenemos que irradiar los frutos de su Santo Espíritu. Tenemos que emitir rayos y un fulgor que haga que otros sean atraídos de las tinieblas a la luz admirable de Cristo.

Tenemos que ser una manifestación de su amor, de su paz y benignidad. Tenemos entonces que poseer la mente de Cristo y esta se mostrará a través de nuestras palabras y acciones. Nuestro testimonio y práctica hablarán entonces de quién es Dios en nuestras vidas y qué lugar ocupa en nuestro corazón. Nosotros somos la expresión del amor. Él es el artista y nosotros su maravillosa obra de arte. Y las obras tienen el propósito de ser expuestas para que los demás puedan apreciar su belleza y propósito.

Ciertamente los que miraron al Señor fueron alumbrados y los que actualmente ven la luz y lo reciben en su corazón son transformados, convirtiéndose en rayos de sol que alumbran con su esplendor a este mundo y hacen que se vea la claridad del día y de la tarde. Quienes persiguen la luz de Cristo y logran que penetre en sus corazones no son avergonzados, porque sus rostros reflejan que él habita dentro de sus vidas. Es que bajo el reflector de Dios somos renovados, perfeccionados y embellecidos. Eso sin duda no tiene precio alguno con qué pagarse. Tenemos que ser una antorcha encendida que de luz a otras antorchas e ilumine al mundo en medio de la oscuridad.

Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para:
http://escritosdelsilencio.blogspot.com/

¿QUÉ NECESITAS PARA ACTUAR?

¿Qué Necesitas Para Actuar?

¿Qué señales necesitas para comprender que Dios te quiere trabajando en su obra? ¿Cuántas razones necesitaras para realizar algo que te fue encomendado desde antes de tu nacimiento? ¿Necesitas alguna visitación sobrenatural del cielo para entender que fuiste elegido para marcar los tiempos y destinado para conquistar las alturas?

Si hay un sediento, ¡dale de beber! Y si algún hambriento, alimenta y sacia su hambre. Cuando veas al desnudo, vístelo y al descalzo cálzale los pies. Ser pregonero de las buenas nuevas es responsabilidad de cada cristiano apasionado. No esperes que alguien lo haga por ti. Porque no es tarea tan solo del pastor, misionero, cantante, evangelista o diácono.

Ser luz y llevar su palabra es nuestra encomienda. Inundar de amor a las almas es mandato divino. Haz lo que puedas, todo lo que este a tu alcance hacer. No tienes que ser extraordinario o una persona fuera de lo común, solo simplemente estar dispuesto y ser valiente.

No busques visitar un continente, cuando a tu lado vive gente que necesita que los alientes. No pretendas mover grandes masas, sin invadir antes, el corazón de los de tu casa. Vivimos soñando y queriendo hacer cosas grandes y no nos percatamos que en lo pequeños detalles y cuidados se marca la diferencia. Comienza con tareas pequeñas y de repente te encontrarás, respondiendo a los desafíos menos imaginados y grandes.

¿Quién te dijo que tú no podías ser un héroe de las huestes de Cristo? Ten fe y mucha iniciativa, pon manos a la obra. Recuerda que Dios se agrada de los humildes y de quienes siempre están dispuestos, sin importar cuán alto sea el precio. Es menester de todo aquel que quiera impactar al mundo, rendirse a los pies de Cristo, aceptar su llamado y actuar. Levántate que ya es el tiempo, no tardes más en ejecutar la acción y el llamamiento. La mies es mucha y los obreros pocos. Se tú el obrero que abre caminos para que otros pasen y conozcan a Dios.

Autora: Brendaliz Avilés


Para: http://escritosdelsilencio.blogspot.com/

Yo sé que me responderás

 ¡Dios mío alzo mis ojos a los cielos!  Solo a ti que eres el único que tiene misericordia de mí y puede ayudarme. A ti que ves aún en lo se...