El mejor regalo es el que sale de tu corazón...
Hace algunos años para mi cumpleaños recibí un regalo muy especial. Su valor económico $1.00 y su valor sentimental incalculable. Me lo regaló una de mis estudiantes de Escuela Bíblica. Invirtió todo lo que tenía en aquel momento. Era un anillo de fantasía el cual usé y he guardado como un tesoro.
Curiosamente y aunque es de fantasía aún sigue en buenas condiciones. Me gusta pensar que el gesto sincero de amor de Tuty hacia mi persona, brilla más que el oro y el diamante. Porque hasta ahora ese anillo sigue bien.
A veces pensamos que los regalos costosos son los mejores. Pero los regalos más valiosos, los que logran sacudir y emocionar el corazón hasta hacer brotar las lágrimas. Esos que provocan sonrisas sinceras desde tu alma... Son aquellos que salen de un corazón que da sin reservas y entrega todo lo que tiene sin pensar en su bienestar propio.
Dios nos regaló a su precioso y único hijo Jesucristo. Jesucristo a su vez nos ofreció su vida para regalarnos salvación y un acceso directo con el padre. Y nosotros, ¿qué podemos ofrecerle a los demás? ¿Qué regalo daremos a Dios? Procuremos que sea un regalo inolvidable porque salga de nuestro corazón sincero y apasionado hacia él y hacia las demás personas.
El mejor regalo y las mejores cosas de la vida no tienen valor monetario porque no hay precio con qué pagarlo. ¡Valora tu vida y la de los demás! Celebra tu tiempo, disfruta de tus sentidos sensoriales. ¡Ama mucho y aprende a perdonar como tú has sido perdonado! Respira y siente tu corazón latir. Piensa en sorprender a alguien el día de hoy. Conviértete en un canal de bendición, en una fuente que emana alegría a otros. (Yo ya pensé en la persona que habré de sorprender el día de hoy y tú ¿a quién sorprenderás?). Provócale una sonrisa a Dios.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: www.brendalizaviles.com