TÚ ERES LA OBRA MAESTRA EN LA QUE DIOS QUIERE TRABAJAR
“Oh Jehová, tú me has examinado y conocido”. (Salmos 139.1)
Hay un cuadro de tu vida que ven los
demás según lo que le pareces o lo que les demuestras. Hay otro cuadro que solo sientes, vives y ves
tú de acuerdo a tus experiencias y a tus propias percepciones que pueden estar
acertadas o equivocadas. Pero existe un
cuadro de tu vida que el único que lo ve y conoce es Dios. Él lo puede mirar desde todos los ángulos
existentes. Él observa esas áreas invisibles
que ni tú ni nadie pueden ver y desconocen.
Es precisamente en esa área de tu
vida que Dios quiere trabajar, él desea con detalles de amor y disciplina,
restaurarte para un bien y un propósito mayor del que imaginas. Él desea que comprendas que aquellas cosas
que hoy no entiendes, están en sus manos y que él no se ha olvidado de ti ni
por un solo momento. Eres esa vasija que
ante tu espejo te ves amorfo, pero que ante los ojos de Dios es totalmente
diferente, porque él te está trabajando y amoldando. Él te está haciendo fuerte a través del horno
del fuego.
Eres ese bello instrumento el cual,
él va afinando para que de ti brote una melodía que conmueva el mismo cielo y
la misma creación. Tus notas son la
armonía de Dios, aún cuando muchas veces tú te sientes desafinado. Dios es ese artista, ese pintor que cada día
quita, corrige y coloca cosas nuevas sobre el cuadro de tu vida. Aún cuando muchas veces parezca que él no
está trabajando o dibujando sobre ti… Debes saber y creer con tu corazón que él
está haciendo su mejor obra y trabajo en ti.
Por tal razón, ¡no debes temer, ni
desmayar! Independientemente, muy aparte
de ti mismo o de lo que puedan pensar los demás, tú eres esa persona a quien él
ha amado de forma especial. Él te ha entretejido desde el
vientre de tu madre y ha hecho de ti a un ser único y especial. Él desea que te mires bajo su espejo, bajo su
reflector y te veas y ames de esa forma que te hace conducirte y caminar como
el hijo de Dios que eres. Resplandecerás
porque en ti está el brillo del Creador, impregnarás a otros de la esencia del
perfume que Dios ha depositado en ti.
Cuando otros te miren verán la obra maravillosa de Dios en ti. Recuerda que cada día él trabaja en ti si tú
se lo permites. Entonces, permítele
hacer contigo una obra maestra, llena de sus detalles y toques especiales.
Autora: Brendaliz Avilés