NO DEJES QUE EL DOLOR TE ACABE
¡Sí ¡ Yo sé que hay personas que nos descorazonan.
Que con sus actitudes nos quebrantan el alma.
Que por más oportunidades que les demos siempre terminan decepcionándonos y dejándonos caer al suelo.
Uno a veces quisiera arrancarse el alma, no sentir o poder pensar y razonar. Porque hay cosas que aunque no quisiéramos que nos duelan, ni nos asalten el pensamiento, arden y queman el corazón porque es humano y siente. Y uno trata de seguir soportando todo lo que venga, pero a veces como una bomba de tiempo, todo se acumula y queremos explotar de una vez y por todas. Sé la herida que causa saber que aquella persona en la que confiabas no supo valorar todo lo le ofreciste.
¡Sí! Yo sé que a veces la vida es injusta y que aunque no lo merezcamos recibimos de ella tanto el sol como la lluvia.
Pero no puedes permanecer tirado en el suelo.
No puedes resignarte a ser llevado por el viento de las circunstancias, porque en tu interior hay una fortaleza capaz de alcanzar la cumbre más alta si te lo propones. Porque mientras permaneces caído pierdes minutos importantes de tu vida que jamás volverán a repetirse.
No puedes permitir que la amargura, el odio o el resentimiento corroan tu corazón. No puedes dejar que lo malo impere sobre lo bueno. Que lo negativo pese más que lo positivo. No puedes permitirte dejar de seguir luchando, no puedes cerrar las puertas de tu corazón, por miedo a que alguien más te lastime. Porque entonces te perderás de conocer gente maravillosa que no tiene la culpa de lo que aquellas personas te hicieron. No merece la pena que alguien que no vale la pena robe tus sueños y tu felicidad. Porque aunque en este momento sientes que es grande la perdida, al final el que ganaste fuiste tú y la que perdió fue la persona que te lastimó.
Si es necesario, llora, grita, expulsa o manifiesta el dolor que ahora ocupa un espacio importante en tu interior, pero no dejes que se albergue la ira, porque eso solo logrará herirte más. Y al estar herido no podrás alcanzar ese progreso por el que tanto has trabajado y luchado.
Entonces no podrás ser feliz, no podrás avanzar, o lo que es peor, no podrás comenzar de nuevo de esa manera porque el final será desastroso. Pero cuando habita en el corazón, él nos ofrece un seguro consuelo. Él poco a poco va disipando nuestras penas. Él nos ayuda a caminar sin importar las piedras que se nos atraviesen en el camino. Él es quien permite que las cosas que quieren empañar nuestras vidas se conviertan en la razón por la que nos convertimos en personas más fuertes y mejores.
Estoy consciente de que ahora que tu corazón se siente tan lastimado, piensas que es difícil volver a levantarte y continuar. Pero permite que la esperanza y la fe vuelvan a atravesar tu puerta. Deja que el amor que queda en tu interior poco a poco vaya sanando y extirpando toda herida y todo dolor. Deja que poco a poco el tiempo haga que te renueves. No pienses que morir es la solución, ni que dejar de intentarlo te ahorrará el que dejes de sentir que te lastiman. Deja que de ti se esparza la semilla de la ilusión, que el amor se propague a todo el que está a tu alrededor. No permitas que el dolor te acabe o que te paralice, conviértelo en la fortaleza y en la razón para continuar intentando salir hacia adelante.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: http://escritosdelsilencio.blogspot.com/
www.devocionaldiario.com
www.destellodesugloria.org
¡Sí ¡ Yo sé que hay personas que nos descorazonan.
Que con sus actitudes nos quebrantan el alma.
Que por más oportunidades que les demos siempre terminan decepcionándonos y dejándonos caer al suelo.
Uno a veces quisiera arrancarse el alma, no sentir o poder pensar y razonar. Porque hay cosas que aunque no quisiéramos que nos duelan, ni nos asalten el pensamiento, arden y queman el corazón porque es humano y siente. Y uno trata de seguir soportando todo lo que venga, pero a veces como una bomba de tiempo, todo se acumula y queremos explotar de una vez y por todas. Sé la herida que causa saber que aquella persona en la que confiabas no supo valorar todo lo le ofreciste.
¡Sí! Yo sé que a veces la vida es injusta y que aunque no lo merezcamos recibimos de ella tanto el sol como la lluvia.
Pero no puedes permanecer tirado en el suelo.
No puedes resignarte a ser llevado por el viento de las circunstancias, porque en tu interior hay una fortaleza capaz de alcanzar la cumbre más alta si te lo propones. Porque mientras permaneces caído pierdes minutos importantes de tu vida que jamás volverán a repetirse.
No puedes permitir que la amargura, el odio o el resentimiento corroan tu corazón. No puedes dejar que lo malo impere sobre lo bueno. Que lo negativo pese más que lo positivo. No puedes permitirte dejar de seguir luchando, no puedes cerrar las puertas de tu corazón, por miedo a que alguien más te lastime. Porque entonces te perderás de conocer gente maravillosa que no tiene la culpa de lo que aquellas personas te hicieron. No merece la pena que alguien que no vale la pena robe tus sueños y tu felicidad. Porque aunque en este momento sientes que es grande la perdida, al final el que ganaste fuiste tú y la que perdió fue la persona que te lastimó.
Si es necesario, llora, grita, expulsa o manifiesta el dolor que ahora ocupa un espacio importante en tu interior, pero no dejes que se albergue la ira, porque eso solo logrará herirte más. Y al estar herido no podrás alcanzar ese progreso por el que tanto has trabajado y luchado.
Entonces no podrás ser feliz, no podrás avanzar, o lo que es peor, no podrás comenzar de nuevo de esa manera porque el final será desastroso. Pero cuando habita en el corazón, él nos ofrece un seguro consuelo. Él poco a poco va disipando nuestras penas. Él nos ayuda a caminar sin importar las piedras que se nos atraviesen en el camino. Él es quien permite que las cosas que quieren empañar nuestras vidas se conviertan en la razón por la que nos convertimos en personas más fuertes y mejores.
Estoy consciente de que ahora que tu corazón se siente tan lastimado, piensas que es difícil volver a levantarte y continuar. Pero permite que la esperanza y la fe vuelvan a atravesar tu puerta. Deja que el amor que queda en tu interior poco a poco vaya sanando y extirpando toda herida y todo dolor. Deja que poco a poco el tiempo haga que te renueves. No pienses que morir es la solución, ni que dejar de intentarlo te ahorrará el que dejes de sentir que te lastiman. Deja que de ti se esparza la semilla de la ilusión, que el amor se propague a todo el que está a tu alrededor. No permitas que el dolor te acabe o que te paralice, conviértelo en la fortaleza y en la razón para continuar intentando salir hacia adelante.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: http://escritosdelsilencio.blogspot.com/
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