Te Entrego Mis Manos Señor
Le he entregado mis manos al Señor. Le he pedido que sea él quien las sujete y escriba todo lo que quiera. En mis conversaciones a diario con él, le digo que dicte sobre mi corazón las palabras que desea transmitir para ser de bendición y edificación a las vidas.
Paso en silencio periodos de tiempo, para que su Espíritu me vivifique y pueda yo comprender lo que es preciso que diga o escriba. No son mis palabras, ni es mi inspiración. Dios es el autor de mis letras y es mi menester que todos lo sepan y Él reciba la gloria.
Son diversas las experiencias que Él me permite vivir. Para que yo pueda entender y sentir de lo que la vida está compuesta y deje el llanto y la sonrisa fluir. Porque de cada momento en la vida algo se puede aprender y es mi misión compartir esta experiencia para que otros puedan saber que es Dios quien cuida nuestros pasos y sostiene nuestro cielo.
¡Oh Señor, te pido humildemente, ser vasija que te honre perpetuamente! Da el toque, pon los puntos y las comas; los signos de interrogación y exclamación. Úsame para llegar los corazones, toca cada vida y seré bendecida. En mis días más abrumados, en mis noches más oscuras, en las horas en que he pedido auxilio, has sido tú quien me has abrazado. Has tomado mi mano y me has guiado y he podido por tu gracia escribir. Sigue susurrando en mi oído, permite que yo pueda escucharte hablando cada mensaje que a las vidas tú quieras impartir. Amén.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: www.brendalizaviles.com
Le he entregado mis manos al Señor. Le he pedido que sea él quien las sujete y escriba todo lo que quiera. En mis conversaciones a diario con él, le digo que dicte sobre mi corazón las palabras que desea transmitir para ser de bendición y edificación a las vidas.
Paso en silencio periodos de tiempo, para que su Espíritu me vivifique y pueda yo comprender lo que es preciso que diga o escriba. No son mis palabras, ni es mi inspiración. Dios es el autor de mis letras y es mi menester que todos lo sepan y Él reciba la gloria.
Son diversas las experiencias que Él me permite vivir. Para que yo pueda entender y sentir de lo que la vida está compuesta y deje el llanto y la sonrisa fluir. Porque de cada momento en la vida algo se puede aprender y es mi misión compartir esta experiencia para que otros puedan saber que es Dios quien cuida nuestros pasos y sostiene nuestro cielo.
¡Oh Señor, te pido humildemente, ser vasija que te honre perpetuamente! Da el toque, pon los puntos y las comas; los signos de interrogación y exclamación. Úsame para llegar los corazones, toca cada vida y seré bendecida. En mis días más abrumados, en mis noches más oscuras, en las horas en que he pedido auxilio, has sido tú quien me has abrazado. Has tomado mi mano y me has guiado y he podido por tu gracia escribir. Sigue susurrando en mi oído, permite que yo pueda escucharte hablando cada mensaje que a las vidas tú quieras impartir. Amén.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: www.brendalizaviles.com