¿Por qué he de turbarme y confundirme? ¿Por qué he de inquietarme si Dios el Todopoderoso está conmigo? Si es él quien siempre me rodea y me sustenta. Quien me vigila, guarda y acompaña en todo momento. En él descansa mi alma porque en él encuentro mi absoluta paz. Estoy confiada y amparada en la protección de mi fiel Amado. Puede una montaña parecer muy alta, lejana y desafiante para escalar. Puede el camino estar lleno de piedras y obstáculos y sé que sí te tengo a ti dirigiéndome y siendo mi centro, todo va a estar bien porque tú tienes el control. He descubierto que en tus manos estoy a salvo. Que en ti encuentro vida, libertad y alegría. En tu refugio soy un ave que vuela alto.
Autora: Brendaliz Avilés