JESÚS NECESITO TU CONSUELO
Postrada delante de ti me encuentro.
Cuánto anhelo tu presencia!
Cuánto necesito de ti Señor!
Eres el aire que respiro, quien motiva mi existir.
Hoy mi corazón se siente explotar. Siente impotencia y debilidad.
Aunque palabras me falten en este altar,
Yo sé que tú puedes ver muy dentro de mí y no hay nada que te pueda ocultar.
Me han herido. Una vez más me han lastimado.
He soportado la crítica desmedida, la burla, la humillación, la risa irónica, la incomprensión y el abandono completo de las personas que menos yo esperaba.
Por causa de ti soy perseguida y todo se pone en mi contra cuando más decido seguirte y obedecerte.
Porque tus caminos escogí y de ellos nunca me apartaré.
Amado mío,
Por ti es que vivo y en ti siempre esperaré.
Seca mis lágrimas, lava mis heridas y trae el gozo nuevamente a mi vida.
Sé que todos se pusieron en mi contra, pero también sé fervientemente que tú habitarás por siempre en mi corazón.
De todos los que oprimen mi alma, tú te encargarás.
En este momento yo te los entrego a ti sabiendo que tú harás con ellos según tu voluntad.
Que me limpies con tu preciosa sangre necesito, para así ser liberada de esta gran tribulación.
Tu restauración recibiré y tu promesa en mi vida se cumplirá.
Tú mirada siempre sobre mí estará y esa es mi mayor tranquilidad.
Mis lágrimas injustas son la ofrenda que hoy te entrego.
Quema es este altar todo aquello que vino a dañarme, en el nombre de Jesús. Amém!!!
Autora: María Fernanda S.