Revivir Cuando Los Golpes de la Vida Quisieran Darnos Muerte
“Nada hay más admirable y heroico, que sacar valor del seno mismo de las desgracias, y revivir con cada golpe que debiera darnos muerte”. (Louis-Antoine Caraccioli)
Me parece que todos tenemos la capacidad para actuar heroicamente. Es probable que muy pocos de nosotros seamos tal vez, vistos en la televisión o escuchados en la radio. Quizás la historia no escribirá acerca de nosotros, sin embargo, con todo y eso podemos actuar como súper héroes. No tenemos capas, antifaz ni poderes mega especiales; pero si tenemos corazón, fuerza interior y sobretodo la ayuda de Dios que provoca milagros.
Hablando acerca de la vida y sus experiencias, creo que en ese transitar que el ser humano lleva por la vida, revivimos muchas veces. Hay que encontrar fuerzas de donde no parecen existir más y sacar la garra para permitir que los malos momentos no nos frustren de tal modo que nos impidan avanzar.
Aprender de las desgracias nunca será fácil, sin embargo, es muy necesario intentar sacar lo mejor de lo peor. Sobreponernos al dolor, a las pérdidas, a las desilusiones que nos causan las personas o las cosas. Porque hay que reconocer que todos somos imperfectos y que todos los días necesitamos aprender más.
Mientras que cada golpe que recibimos intenta sacarnos de la línea de batalla, más fuerte debemos de luchar para no dejarnos derrotar. Es muy parecido al boxeo, en el sentido de que mientras más golpes recibes de tu oponente para que caigas al suelo y pierdas la pelea; es cuando muchas veces más resistimos el dolor porque no queremos perder.
Y hay ocasiones en que ya están por tocar la campana y declarar que el oponente ha ganado; pero con mucha determinación y trabajo nos levantamos del piso y no permitimos que nos cuenten hasta 10 porque sabemos que no podemos darnos el lujo de perder. Con cada golpe que se supone debiera darnos muerte, son los que encontramos y utilizamos para encontrar motivos y razones por los cuales seguir viviendo. Nos aferramos con fe y esperanza a que podemos ganar el round y la pelea, porque todavía nos faltan muchas cosas por hacer. Y no podemos partir de este mundo sin completar nuestra tarea y misión.
Estoy convencida de que por más cosas fuertes que pasemos y que muchas veces nos deprimen, haciéndonos en ocasiones pensar que sería mejor morir o desaparecer por un tiempo de que… Vivir es un privilegio hermoso, una oportunidad maravillosa que el Creador nos ha dado para que experimentemos, vivamos, demos, recibamos y aprendamos.
Esos golpes que recibimos de la vida, nos enseñan a mantener los pies sobre el suelo y no pensar que somos “todo poderosos”. Nos ayudan a sensibilizarnos ante el dolor y la tragedia ajena, nos hacen más humanos. Crean sin querer, o darnos cuenta, las destrezas o herramientas que necesitamos para crecer y no quedarnos cómodos en un rincón sin hacer nada. Nos obligan a luchar por ser mejores y nos invitan a descubrir que somos mucho más fuertes de lo que imaginamos.
Hoy elevo a Dios una oración por ti, para que te guíe, te de fuerza, te haga sentir amado y puedas permanecer en paz aún en medio de la tormenta más difícil, porque si cuentas con Él… Dios y tú, unidos son un equipo difícil de derivar. ¡Dios te Bendiga!
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: www.brendalizaviles.com
“Nada hay más admirable y heroico, que sacar valor del seno mismo de las desgracias, y revivir con cada golpe que debiera darnos muerte”. (Louis-Antoine Caraccioli)
Me parece que todos tenemos la capacidad para actuar heroicamente. Es probable que muy pocos de nosotros seamos tal vez, vistos en la televisión o escuchados en la radio. Quizás la historia no escribirá acerca de nosotros, sin embargo, con todo y eso podemos actuar como súper héroes. No tenemos capas, antifaz ni poderes mega especiales; pero si tenemos corazón, fuerza interior y sobretodo la ayuda de Dios que provoca milagros.
Hablando acerca de la vida y sus experiencias, creo que en ese transitar que el ser humano lleva por la vida, revivimos muchas veces. Hay que encontrar fuerzas de donde no parecen existir más y sacar la garra para permitir que los malos momentos no nos frustren de tal modo que nos impidan avanzar.
Aprender de las desgracias nunca será fácil, sin embargo, es muy necesario intentar sacar lo mejor de lo peor. Sobreponernos al dolor, a las pérdidas, a las desilusiones que nos causan las personas o las cosas. Porque hay que reconocer que todos somos imperfectos y que todos los días necesitamos aprender más.
Mientras que cada golpe que recibimos intenta sacarnos de la línea de batalla, más fuerte debemos de luchar para no dejarnos derrotar. Es muy parecido al boxeo, en el sentido de que mientras más golpes recibes de tu oponente para que caigas al suelo y pierdas la pelea; es cuando muchas veces más resistimos el dolor porque no queremos perder.
Y hay ocasiones en que ya están por tocar la campana y declarar que el oponente ha ganado; pero con mucha determinación y trabajo nos levantamos del piso y no permitimos que nos cuenten hasta 10 porque sabemos que no podemos darnos el lujo de perder. Con cada golpe que se supone debiera darnos muerte, son los que encontramos y utilizamos para encontrar motivos y razones por los cuales seguir viviendo. Nos aferramos con fe y esperanza a que podemos ganar el round y la pelea, porque todavía nos faltan muchas cosas por hacer. Y no podemos partir de este mundo sin completar nuestra tarea y misión.
Estoy convencida de que por más cosas fuertes que pasemos y que muchas veces nos deprimen, haciéndonos en ocasiones pensar que sería mejor morir o desaparecer por un tiempo de que… Vivir es un privilegio hermoso, una oportunidad maravillosa que el Creador nos ha dado para que experimentemos, vivamos, demos, recibamos y aprendamos.
Esos golpes que recibimos de la vida, nos enseñan a mantener los pies sobre el suelo y no pensar que somos “todo poderosos”. Nos ayudan a sensibilizarnos ante el dolor y la tragedia ajena, nos hacen más humanos. Crean sin querer, o darnos cuenta, las destrezas o herramientas que necesitamos para crecer y no quedarnos cómodos en un rincón sin hacer nada. Nos obligan a luchar por ser mejores y nos invitan a descubrir que somos mucho más fuertes de lo que imaginamos.
Hoy elevo a Dios una oración por ti, para que te guíe, te de fuerza, te haga sentir amado y puedas permanecer en paz aún en medio de la tormenta más difícil, porque si cuentas con Él… Dios y tú, unidos son un equipo difícil de derivar. ¡Dios te Bendiga!
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: www.brendalizaviles.com