MIS
REFLEXIONES ACERCA DE DUMBO
Dumbo tenía
algo que lo hacía muy especial: sus orejas.
Pero todos a su alrededor, en el circo se burlaban porque no comprendían
que esas orejas enormes, que eran diferentes y que parecían grotescas y
ridículas, serían las que lo llevarían a tener éxito en el lugar donde se
encontraba. Dumbo no podía verlo, se
encontraba muy frustrado tratando de complacer a los demás y de esconder sus
imperfectas orejas que le hacían sentir vergüenza.
Él se
encontraba muy triste porque todos le habían hecho creer que aquellas orejas
eran un defecto y la causa de su total fracaso.
En el camino y en medio de sus tristezas y complejo, Dumbo encontró a un
amigo lo suficientemente persistente que continuamente le insistía y trataba de
hacerle entender lo especial que él era.
Dumbo no lograba ver lo mismo que veía el amigo en él, pero encontró un
buen apoyo en su amigo.
Tras un
incidente vergonzoso, Dumbo tuvo que tomar valor y arriesgarse a volar. ¿Un elefante que podía volar? ¡Eso no era posible! (Pero para quien escribió la historia
tratando de mostrar una moraleja, esto si era posible). Tras una serie de burlas y conversación con
unos pájaros, Dumbo pensó que tenía la facultad de volar porque le habían
regalado una pluma mágica. Pero, cuál
sería su sorpresa que al emprender el vuelo, la pluma se fue volando. Esto le hizo sentir miedo, pero no había
mucho tiempo para pensar pues se estrellaría junto con su amigo si no tomaba
una decisión. El dilema de Dumbo en
aquel momento era creer en el mismo y utilizar sus orejas o dejarse vencer por
el miedo. Tras unos segundos de miedo,
Dumbo comienza a usar sus grandes y graciosas orejas, logrando volar y ser la
estrella del circo.
Ahora bien,
en estos momentos medito y llego a la conclusión de que cada uno de nosotros es
Dumbo. Cada uno de nosotros poseemos
cosas que nos hacen especiales, auténticos, irrepetibles, pero que muchas veces
al ser diferentes de otros, los demás nos hacen pensar o creer que merecemos
ser humillados, despreciados, burlados, criticados o que somos
“anormales”. El tamaño, la estatura, el
color de la piel, el estatus social, las ideas, alguna imperfección o
deformación física, entre muchas cosas que podrían ser.
Hoy desde la herida que siento en mi alma, desde la lágrima más pesada, desde la decepción más grande, resurjo entre las cenizas. No somos patitos feos, somos hermosos cisnes, somos diamantes con potencial. Somos flores variadas, únicas y hermosas que embellecen el jardín del mundo y Dios nos colocó para que perfumemos y embellezcamos al mundo. Si a Dumbo sus grandes orejas le permitieron volar, que a nosotros cada prueba, cada obstáculo, cada piedra del camino nos haga remontarnos hacia el lugar de nuestras victorias.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: www.brendalizaviles.com