En el
Desierto y la Soledad…
"He aquí que yo hago una cosa nueva; pronto saldrá a luz: ¿no
la sabréis? Otra vez haré camino en el desierto, y ríos en la
soledad". (Isaías 43:19)
Quizás
ninguna persona puede llenar el vacío que se siente cuando se experimenta la
soledad; sin embargo hay personas que pueden que pueden acompañarte y ayudarte
en medio de la soledad. Lo que sucede es
que por lo general los desiertos son lugares inhabitados por su poca
probabilidad de vida. Atravesar el
desierto y la soledad es cosa de vida: Es sobrevivir o morir en el intento,
pero no permanecer allí. Es, no
acostumbrarse a estar ahí. Saber que es
necesario atravesar ese lugar para poder conquistar la tierra prometida. La tierra prometida es el lugar donde
crecerás, te multiplicarás, expandirás tu territorio y cosecharás frutos en
abundancia. Es el lugar donde no
padecerás de hambre ni de frío, el lugar donde testificarás que has visto su
gloria y sus milagros en tu vida. Pero
nunca olvides que la antesala, lo que te preparó para alcanzar tu tierra
prometida fue el desierto por donde atravesaste. Porque allí aprendiste a depender totalmente
de él. Allí comprendiste que si no
hubiera sido por su gracia no hubieras sobrevivido ni un día, pero porque Dios
estuvo contigo en todo el camino, puedes decir
victorioso y seguro… Él Dios
Poderoso Siempre Ha Estado Ahí y me ha dado mucho más de lo que yo esperaba o
imaginaba.
En el
desierto Moisés vio una zarza arder y en ese lugar Dios se encontró con él,
trató con él y le hizo conocer el propósito para el cual lo había
escogido. No te extrañe que en medio de
tu desierto personal o al terminar de atravesarlo, descubras todas las
bendiciones que Dios tenía reservadas para ti.
Así que cobra fuerza y animo porque largo camino te resta. Solo confía y sigue caminando que en el
momento menos sospechado estarás caminando sobre tu tierra prometida.
Autora:
Brendaliz Avilés
Autorizado
para publicar en: www.brendalizaviles.com