Para Mami en el Día de las Madres
Dedicatoria: A Mi Madre Hermosa Awilda
Un año más ha pasado y nuevamente pienso en qué escribirte para tan importante ocasión como lo es celebrar el Día de las Madres. Pasa el tiempo de manera tan acelerada, que a veces no nos percatamos de cuántas cosas hemos vivido durante ese lapso de tiempo. Un año más y ambas seguimos esperando que se cumpla lo que Dios por tantos años me ha estado prometiendo. Sabemos que está cerca, pero aún no lo vemos. Y muchas veces aguardamos en silencio, pero nuestras miradas hablan de lo que deseamos.
Yo meditaba y pensaba en que a pesar de que Dios no nos da a escoger la familia que tenemos; si tuviera la oportunidad de volver a nacer y decidir, te escogería justamente a ti como mi madre. Has sido tan paciente conmigo, me has amado y protegido. Me has sabido soportar y sobrellevar. Me has enseñado a amar y honrar a Dios, pero también a servir a mis semejantes. Has sido una buena consejera en momentos decisivos y también en los de confusión. Así que yo volvería a escogerte con tus imperfecciones y con todo lo bueno que tienes, porque para mí no existe nadie mejor que tú para ser mi mamá. Y aunque a veces al manifestar nuestras diferencias, se han escapado palabras que en verdad no he sentido ni pensado, pero que te han herido, nunca querría que nadie más ocupara en mi corazón el lugar que tienes y a nadie más podría llamar madre.
Porque madre no puede ser cualquiera. Porque cuando me han faltado las fuerzas para seguir luchando, tú me has impulsado mostrándome valor, entereza y certeza. Porque ante algunas derrotas de la vida, no te has amilanado, sino que con tu cabeza alta, has mantenido tu posición y has luchado, perseverado y ganado. Y aún muchas veces llorando y sintiendo el dolor de la tristeza y la impotencia, te has mantenido en la carrera sin rendirte.
Han pasado algunos años y las dos hemos crecido y cambiado. Ya no soy aquella niña que solías tomar entre tus brazos y que con alguna canción o sorpresita podías lograr cambiarle el ánimo. Hoy soy una joven mujer a la que le ha tocado vivir y enfrentar cosas que sé que como madre, no te hubiera gustado que yo pasara. Hoy tú tienes la madurez y la experiencia para hacer las cosas mejor que ayer. Pero es que nadie nace con el manual de instrucción y déjame decirte que tu labor como madre y mujer ha sido excelente. Y aquí estamos las dos, la vida nos ha sabido enseñar que lo que hay es que seguir adelante porque lo que siembres, cosecharás.
No hay nada especial que yo te pueda dar, pues tú mereces las cosas más hermosas. Es tuyo mi respeto, admiración y amor. Has sido valiente, decidida, determinada, pero sobre todas las cosas una mujer de Dios. Tu estima sobrepasa cualquier diamante precioso y costoso. No hay flor que pueda igualar la belleza que tú encierras. Porque si hay un amor que se parezca al de Dios, ese el amor que las madres sienten hacia sus hijos.
Mami, hay tantas cosas que te quisiera decir y no caben en esta carta que hoy yo me he decidido a escribir. Pero lo que quiero que sientas y sepas es que TE AMO CON TODO EL CORAZÓN Y QUE ESTOY MUY ORGULLOSA DE TI. Perdona mis momentos de mal humor, tristezas o desaciertos. No quiero nunca ser la causa de un dolor en tu corazón, de una arruga en tu cara o de una tristeza honda. Quiero regalarte mis triunfos y alegrías, dedicarte tiempo cada día de mi vida y honrarte como lo dice la biblia todos los días de mi vida.
¡Feliz día de las Madres, eres la mejor para mí! Dondequiera que yo vaya tu corazón seguirá latiendo en mí y dondequiera que tú estés mi amor te seguirá.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito
Para: www.brendalizaviles.com