Pablo decía... "Corred de tal manera que lo obtengáis".
Desde hace un tiempo estoy tratando de disciplinarme y obligarme a caminar. Generalmente lo hago por las mañanas antes de que el fuerte calor de verano queme profundamente mi piel. Definitivamente no ha sido fácil, pero pienso en los resultados positivos que esta costumbre me traerá a largo plazo.
A veces mientras camino siento que no voy a poder continuar. Exhausta miro a los cielos y digo a Dios que me de las fuerzas para hacerlo. Una vuelta a la vez, un paso a la vez hasta que me vaya acostumbrando. Otras veces mis pies van caminando con más ligereza y optimismo, puedo respirar el aire con más paz y tranquilidad, ¡me siento fuerte!
Desde hace un tiempo estoy tratando de disciplinarme y obligarme a caminar. Generalmente lo hago por las mañanas antes de que el fuerte calor de verano queme profundamente mi piel. Definitivamente no ha sido fácil, pero pienso en los resultados positivos que esta costumbre me traerá a largo plazo.
A veces mientras camino siento que no voy a poder continuar. Exhausta miro a los cielos y digo a Dios que me de las fuerzas para hacerlo. Una vuelta a la vez, un paso a la vez hasta que me vaya acostumbrando. Otras veces mis pies van caminando con más ligereza y optimismo, puedo respirar el aire con más paz y tranquilidad, ¡me siento fuerte!
Pero mientras camino no puedo evitar pensar que la vida misma y el caminar del cristiano es así mismo. Uno solo se puede detener para tomar aire si lo necesita, pero no debe rendirse, tiene que continuar para lograr el objetivo. Más aún, saber que los resultados finales producirán un gozo profundo en nosotros al saber que fuimos disciplinados y perseverantes. A veces caminaremos con ligereza, libres como las gaviotas; pero en otras ocasiones, es muy probable que caminemos solo por inercia, solo porque sabemos que debemos hacerlo sin importar lo que pase.
Sé por ejemplo que en mi vida espiritual, si le soy fiel, el premio será ver a Dios cara a cara y gozar de una vida en su presencia. En la vida en general sé que si logro caminar y perder peso, tendré una mejor calidad de vida no solamente para mí, sino que también para los míos. Es cierto que a veces desanimada quisiera abandonar o que frustrada y entristecida nada pareciera tener sentido. Pero, definitivamente y sin percatarme creo que soy más fuerte. Más aún sé que esa fortaleza proviene de mi Dios y de gente linda que te apoya en medio de este sendero lleno de obstáculos, pero también sorpresas por descubrir.
Ahora mismo, no puedo correr. Pasará tal vez un largo tiempo antes de que pueda hacerlo con agilidad, sin embargo, he decidido caminar, no quiero detenerme a esperar, quiero provocar que algo bueno pase en mi vida. Y tú que me estás leyendo en este momento, ya sea que camines, trotes o corras velozmente, lo importante es que perseveres y que lo hagas de tal manera, que no importa cuánto tiempo te tome lo obtengas. Quizás hoy te sientas sin las fuerzas suficientes para luchar, sé lo que sientes porque soy humana como tú y tengo mis batallas personales que enfrentar a diario... Pero no olvides que el Todopoderoso está contigo, él no permitará que llegues a un lugar sin propósito, vas encaminandote por una ruta que aunque a veces fuerte y difícil es la mejor y más segura. Cierto que tal vez no haya atajos, pero tratemos de disfrutar de la vista y del paisaje mientras recorramos nuestro camino.
Autora: Brendaliz Avilés