El Brillo de Moisés
“Y aconteció, que descendiendo Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, mientras descendía del monte, no sabía él que la tez de su rostro resplandecía, después que hubo con El hablado”. (Exodo 34:22)
La gloria de Dios se mostró en Moisés cuando bajaba del Monte Sinaí. Todo el pueblo al que Moisés dirigía presenció que el rostro de él brillaba. El secreto de la intimidad entre Moisés y Dios, era esa relación amistosa y esa comunicación continua que mantenían. Aquel brillo era resultado de la presencia de Dios en la vida de Moisés. Él no tenía que alardear ni presumir, sencillamente Dios lo exaltaba en público porque Moisés le buscaba y entraba su secreto.
Una vida en la presencia de Dios, traerá como resultado el que sin decirlo, los demás puedan ver, sentir y apreciar la gloria de Dios en tu vida. Tus palabras, acciones y forma de conducirte serán diferentes. No te ceñirás tu mismo, sino que Dios será o actuará en ti. Tú serás el canal por el que vidas sean bendecidas. Una vida devocional con Dios es indispensable para ser utilizado en gran manera. Si dedicamos tiempo a tantas personas, asuntos o cosas, ¿por qué no darle tiempo e importancia al que te dio la vida y siempre ha querido que tengas comunicación directa con él.
Oración: Señor, yo quiero resplandecer. Ser un faro que brille en la oscuridad. Deseo que tu presencia sature e inunde mi vida. Así como Moisés anhelo escuchar tu voz. Quiero que me llames tu amiga. Que el mundo sea testigo de que a tu lado quiero vivir. Apacienta mi alma, quiero experimentar tu gloria y que cuando los demás me vean, puedan saber sin yo decir, que mi vida está sujeta a depender de ti. Que lo que me hace especial es tu luz en mí.
Autora: Brendaliz Avilés
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