Susurro de mi Corazón Pidiendo a Dios
¡Oh Dios, cuán frágil siento en estos momentos mi
corazón!
Acudo a Ti porque siempre me infundes fortaleza.
No hay por qué temer, si tú vas caminando conmigo.
Vas al frente guiando y dirigiendo mi camino.
Has sido la pasión que ha encendido el motor de mi
vida.
Tú has impulsado mis latidos y confrontado mi corazón
a la luz de tus palabras.
En medio de sendas tenebrosas me has rodeado y llevado
al camino de la luz y del conocimiento.
Te he sentido rodearme, ampararme y abrazarme cuando
me he sentido débil y he querido escapar.
¡Dios qué grande eres!
No existe nadie que te pueda
igualar o superar.
Tú llenas todo, cubres mi necesidad.
En medio de la cuesta empinada aumentas mi vigor para
que pueda subir.
Te he visto elevarme más allá de la
tempestad. Has
sido la lluvia abundante que bendice y
fructifica mi vida.
Puedo estar en paz porque tú me has
dado en tu amor, seguridad.
Sumerge mi ser completo en tu presencia, lávame y
refréscame en tus delicadas aguas.
Apacienta mi vida, hazme crecer en tu sabiduría y
verdad.
Inúndame con tu dulzura, ternura y misericordia.
Hazme cada día un reflejo de tu gracia, un instrumento
de tu agrado y dame la esencia delicada y el olor
grato
que hace que otros puedan verte y sentirte a través de
mí.
Permite que cada acto de mi vida refleje un destello
de tu grandeza, armonía y gran amor.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: www.brendalizaviles.com