sábado, 28 de noviembre de 2009

Samuel: Un Joven Que Estableció la Diferencia


SAMUEL: UN JOVEN QUE ESTABLECIÓ LA DIFERENCIA

“Y el joven Samuel ministraba en la presencia de Jehová, vestido de un efod de lino.
… y el joven Samuel crecía delante de Jehová”. (1 Samuel 2:18 y 21)

“El niño Samuel, por su parte, vestido con un efod de lino, seguía sirviendo en la presencia del Señor. …Durante este tiempo, Samuel crecía en la presencia del Señor”. (1 Samuel 2:18 y 21 Biblia Nueva Versión Internacional).

Dando un recorrido por las Sagradas Escrituras, volví a releer la historia de Samuel. Su vida fue un milagro desde sus inicios, ya que Ana clamó fervientemente porque era estéril y Dios le concedió tener a Samuel quien fue dedicado al Señor y quien siempre estuvo al servicio en la casa de Dios. Me es interesante detenerme en estos versículos, porque el capítulo 2 comienza detallando la oración de gratitud que Ana ofrece a Dios y el regocijo que siente porque Dios le concedió la petición tan ansiada de ser madre. Luego del versículo 12 en delante de ese capítulo, se comienza a relatar la perversidad de los hijos de Elí y una profecía contra la familia de Elí.

Cuando comenzamos a leer los episodios que nos narra la historia a través de estos capítulos del libro de Samuel, puede uno observar que desde el principio de los tiempos siempre ha habido personas sin ningún tipo de temor hacia Dios. Este era el caso de los hijos de Elí. Hijos de un sacerdote que hacían lo que les daba la gana y que vivían como mejor les parecía. ¿Qué pasó con Elí qué como padre y sacerdote permitió que esto pasara y no los corrigió? Eso es tema para otro escrito, pero lo que sí es cierto, es que había una nube grande de testigos que estaban observando la maldad y la irreverencia de los hijos de Elí. Y más aún lo que más peso tiene es saber que Dios desde los cielos estaba observando cada cosa que ellos hacían, porque al ser humano se puede lograr engañar, pero a Dios jamás. Él no puede ser burlado.

En aquellos tiempos donde escaseaban las personas con visión espiritual, llama mi atención y aquí es donde quiero concentrarme, un joven llamado Samuel. Estos versículos nos resaltan que pese a que los hijos de Elí actuaban de una manera tan contradictoria y con un proceder tan diferente a lo que debe ser una persona que tiene a Dios en el corazón y que le teme, Samuel seguía sirviendo a Dios y ministrando. Había un crecimiento continuo en su vida. Lo que acontecía a su alrededor no lo detenía de hacer aquella misión para la que había sido llamado aún sin él saberlo todavía. Aunque tal vez hubieran dudas, confusión y preguntas en la vida de Samuel por lo que pasaba a su alrededor, eso no fue pretexto ni excusa para que él dejará de hacer lo bueno ante los ojos de Dios. Porque cuando concentramos nuestra mirada en las cosas que pasan alrededor nuestro podremos encontrar muchas veces desánimo, motivos para querer desistir o renunciar y comenzamos a mirar las faltas de los demás. Y el tiempo y las experiencias me han enseñado que cuando esto pasa, estamos a un paso de detenernos en el camino o de estancarnos. Porque tenemos que tener presente que no podemos permitir que nada ni nadie nos aparten del Señor y del propósito que él tiene en nuestras vidas.

Es tan maravilloso notar que cuando Dios da la inspiración al hombre para que escriba muchas de las cosas que sucedieron en la Biblia, hace que resalten algunos detalles sutiles. El autor se toma el tiempo bajo la inspiración divina de relatar lo que estaba aconteciendo y en medio de ello tomarse una pausa para decir que pese a todo lo que pasaba alrededor de Samuel, él seguía viviendo en la presencia del Señor. Y este es un ejemplo que todos debemos imitar. Que todo aquel cristiano que de verdad quiere hacer la diferencia tiene que meditar. Porque yo creo que Dios ve nuestros esfuerzos cuando tratamos de no contaminarnos, cuando nos esforzamos por ser seres integrales, cuando caminamos la milla extra, cuando luchamos por querer dar testimonio aún cuando muchas veces estamos sujetos a pasiones carnales. Aún cuando experimentamos sentimientos como la ira y cuando pasamos por malos ratos en los que quisiéramos actuar de manera precipitada y tratamos de apaciguarnos porque sabemos que tenemos que actuar como hijos de Dios.

Es hermoso cuando podemos percatarnos de que por más oscura que sea la noche, hay parezca que la luz es poquita, se notará. Que la luz se sobrepone a las tinieblas. Que actuamos con sabiduría y no permitimos que las circunstancias nos saquen de carrera y estorben el crecimiento que el Señor quiere darnos en su presencia y en su servicio. Tal vez hoy tú te sientas como tal vez se pudo haber sentido Samuel en medio de aquellos hijos de Elí. Posiblemente te encuentres dolido o indignado al ver como gente que dicen ser de Dios, actúan contrariamente, pero no puedes permitir que eso te saque de carrera. Porque si te vas a estudiar el libro de 1 Samuel y sigues leyendo verás en el capítulo más adelante, la visitación y la revelación tan tremenda que Dios le da a Samuel porque aún en tiempos en que parece que todo es oscuro, Dios envía gente que son como faros en medio de la tormenta, como estrellas en medio del cielo a través de la noche. Dios trató de manera especial con la vida de este joven, Dios depositó de su unción y sabiduría sobre él. Y también tomó justicia contra los hijos de Elí por toda la maldad que cometieron y aún Elí falleció a causa de la noticia de la muerte de sus hijos.

Tomo prestadas las palabras que Pablo dijo en Filipenses 3:13-14 “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”. ¿Qué te quiero decir con esto? Que te olvides de lo que esté pasando (no me malinterpretes porque con esto no quiero decir que ignores o le pases la mano al pecado), quiero decir que no permitas que esas cosas tronchen lo bonito que Dios tiene para ti. Extiéndete hacia adelante, deja que Dios ensanche tu territorio a causa de tu buen proceder. Como dice Hebreos 12:1-3 “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar”. Camina con paciencia esta carrera, no apartes tu mirada de Dios y que nada ni nadie te impidan ser diferente. Sé tú en medio de este mundo que tanto lo necesita, el que ponga la paz, el que lleve la palabra, el que actúe con amor, a quien acudan para encontrar una palabra de consuelo o sabiduría. Sé el instrumento que toque la música conforme a la voluntad de tu buen Director. No te detengas en esta jornada porque como Samuel tú puedes establecer la diferencia donde quiera que vayas.

¿TE GUSTARÍA SER UN SAMUEL EN MEDIO DE ESTOS TIEMPOS?

Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para:
http://escritosdelsilencio.blogspot.com/, www.devocionaldiario.com y www.destellodesugloria.org

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