Señor:
Apacienta mi alma mientras recorro
tus prados y pastos.
Dame el alimento de tu palabra que
es vida y da descanso.
Ayúdame a recordar tus hermosas y
fieles promesas
cuando me toque atravesar por
senderos de peligro y de muerte.
Concédeme la serenidad y la calma de
no importando cuán oscura y tenebrosa parezca la noche permanecer
inquebrantable y confiado en aquellas cosas que me has prometido.
Permíteme anidarme bajo tu cuidado y
dirección.
Anhelo alinearme y centrarme fijando
mi vista en tu cayado que me brinda orientación.
Eres verdadero y tus caminos son
ciertos.
Traes vida y luz, sacias el alma.
Soplas de tu paz e infundes nuevos
alientos.
Das fuerzas al cansado y vigor al
oprimido.
Tu corazón sensible y piadoso
siempre está al alcance de quien de
corazón se humille y te busque.
Si es necesario, moldéame y hazme de
nuevo.
Pero que nunca tu presencia se
ausente de mi vida.
Quiero ser auténtica, real y
obediente.
Completa tu obra, yo aspiro a ser
semejante a ti.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: http://EscritosdelSilencio.blogspot.com