Tema: Es tiempo de que tú confíes.
Eclesiastés 3:1 “Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo
del cielo tiene su hora.”.
A.
Tu mayor posesión:
1.
Realmente
cuando en nuestras vidas nos ponemos a pensar todo lo que tuvimos que esperar
de pequeños: regalos de cumpleaños, que llegara la navidad o el verano para no
tener clases o portarnos bien y sacar buenas notas, todo esto ¿para qué? para
esperar una recompensa. Sabíamos haciendo las cosas correctamente llegaríamos
al cometido esperado. Y esa forma de pensar aun de grandes no ha cambiado solo
ha variado. Ahora no pedimos lo mismo que antes porque hemos madurado y
razonamos en distinta forma.
2.
Pero
cuando analizamos más allá es igual que antes, estamos esperando por algo que
queremos. Y como iglesia y pueblo de Dios se nos hace difícil esperar, aun
cuando queremos que sea Dios quien tome la decisión de nuestra petición porque
“él sabe lo que yo quiero, pero también sabe lo que me conviene”. Siempre vemos
esto como lo correcto porque sabemos que es preferible no salirnos del marco de
su dirección. No obstante, es difícil esperar, reconocemos que tiene el control
de las cosas pero nos desesperamos al pensar que el reloj sigue corriendo y lo que
pido todavía no llega. Pero lo que nadie te puede quitar, tu posesión mas
preciada, a pesar de la adversidad es tu confianza. Esa es la fuerza en
nosotros mientras el reloj marca la hora de nuestra bendición. (Proverbios
3:5,6 ) “Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio
entendimiento.…”
B.
Un
Dios que escucha
1.
Si
nos ponemos a recordar la cantidad de promesas que Dios hizo son en la biblia
son sorprendentes pero es extraordinario cuando las hizo cumplir y de la forma
en que ocurrieron. En (I Samuel: 11) podemos ver la aflicción de Ana al no
tener hijos y el clamor que ella levanta a Jehová por tener un hijo varón. Y su
petición fue contestada. Así también, podemos ver contestada la petición del pueblo
de Israel cuando clamaban porque Dios los librara de la esclavitud en Egipto
(Éxodo 3), después de 400 años de esclavitud llego su respuesta. Por medio de
estas historias confirmamos que Dios escucha nuestra oración. Las emociones nos
abarcan fuertemente pero nuestra afirmación esta en Jehová.
2.
“Todo
lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin
que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio
hasta el fin.” (Eclesiastés 3:11). Nosotros no conocemos los planes de Dios para
nuestras vidas y dudamos de él en muchas ocasiones y su misericordia es tan grande
que nos perdona, pero nunca pongas en duda que tu Dios escucha. Recuerdo que en
una ocasión escuche un testimonio que impacto mi vida, unos jóvenes que
oraban a Dios por la anulación o confirmación de su noviazgo, desde el comienzo
de su relación se separaban ambos en ayuno y oración más no recibían respuesta.
Cierto día estando en la banca en un culto la joven dijo en su mente “Señor
¿será que tu no me escuchas?” y la persona que llevaba el mensaje la miro desde
el altar y le dijo “¡PORQUE YO SOY UN DIOS DE OIDOS TE ESTOY ESCUCHANDO, Y SE
LO QUE ME ESTAS PIDIENDO!”, esto les reafirmó que Dios estaba en el asunto. Y 1
año y 3 meses después su respuesta llego, hoy día están casados.
C.
Ahora
te toca a ti
1.
Es
nuestras manos esta hacer que el enemigo no ponga pensamientos de derrota y
duda de la veracidad de las promesas de Cristo. “Fíate
de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo
en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.” (Proverbios 3:5,6). Debemos
ponernos como propósito, cada día declarar lo que aun nuestros ojos no pueden
ver, pongamos a trabajar la fe. Declaremos las promesas de Dios: que nuestros
hijos llegaran a los pies del maestro, sanidad en la enfermedad, provisión en
el hogar, restauración en el matrimonio, fortaleza en medio de la prueba etc.
Porque Dios conoce y sabe que podemos
resistir y permanecer firme ante la espera. El tiempo es controlado por Dios,
así que tenemos la convicción, que a pesar de la angustia, nadie nos puede
robar la confianza en el creador.
2.
Así
que, cuando nos levantemos en las mañanas cambiemos la perspectiva, no hay cosa
que más moleste a Satanás que vernos declarando confianza en nuestro Dios en
medio de los procesos. Recordemos siempre que debemos confiar con todas
nuestras fuerzas, que Dios nos escucha y está atento a cada uno de nosotros, y
que nos toca a nosotros no dudar caminando en fe y declarando lo que no vemos
como si fuera. Amén.
Autora: Diana I. Hernández
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