martes, 15 de diciembre de 2020

Más allá de todo

 Las circunstancias NO cambiaron su adoración, porque su adoración revelaba lo que había en sus corazones. Y en sus corazones por sobre toda circunstancia, prueba o adversidad había una fe y un amor profundo hacia DIOS. El amor genuino no es circunstancial, el amor verdadero se refleja y se manifiesta aún más, cuando pasamos por el cedazo de las aflicciones.  Demostramos nuestra fidelidad a Dios cuando a pesar de no comprender algunos de sus designios, le seguimos sirviendo y adorando. Cuando a pesar de enfrentar las perdidas reconocemos que él sigue siendo todo en nuestras vidas. Porque él es suficiente para llenarnos, inundarnos y saturar nos de su presencia. 

Aquellos héroes de la fe que encontramos en la Biblia, eran tan humanos como lo somos tú y yo. También como lo han sido muchos en la historia, pero habían descubierto que el secreto estaba escondido en habitar en contacto con Dios. Dios habitaba en sus corazones, pero ellos habitaban el corazón de Dios para escucharle y obedecerle más allá del dolor o de lo que pudieran estar experimentando en sus vidas. Ellos reconocían que en medio de sus debilidades, Jehová era la fortaleza de sus vidas.

Nosotros los que actualmente le seguimos, le amamos y tratamos de honrarlo tenemos que reconocer que solos no podemos lograrlo. Sin él careceríamos de lo esencial, de lo vital, de lo óptimo. Tenemos que comprender que nuestro amor por Dios debe ir más allá de todo, por encima de lo que podamos sentir y vivir en el plano físico. Aún cuando Esteban estaba siendo apedreado por causa de su amor a Dios, por procesarlo, predicarlo y confesarlo, pudo ver al final de su vida, en sus últimos suspiros los cielos abiertos y la gloria de Dios. Quiera Dios que en medio de nuestras tribulaciones podamos permanecer estoicos, indelebles y que su gloria se manifieste en nuestras vidas de tal forma que el brillo que cubría a Moisés después de haber estado hablando con Dios, nos cubra a nosotros también y otros pueda  identificar Su gloria a través de nuestras vidas.
Autora: Brendaliz Avilés 
Escrito para: https://EscritosdelSilencio.blogspot.com
Ministerio Haz de Sabiduría y
Ministerio La Roca

martes, 8 de diciembre de 2020

He aprendido

 

He aprendido…

“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.  (Filipenses 4:13)

He aprendido a callar, a no dar tantas explicaciones, porque el camino me enseñó que las personas interpretarán lo que ellos deseen.

He llorado en silencio, porque si muchas veces muestras tus sentimientos, piensan que te quieres victimizar o llamar la atención.

Aún sin sentir fuerzas he luchado por seguir caminando. Quizás no haya dado grandes pasos, y me han juzgado y criticado porque según sus criterios y estándares no es mucho lo que he avanzado.  Más en lo profundo de mi ser yo sé que mis raíces se han reforzado.

He mordido el polvo y he querido que me trague la tierra, he sentido la vergüenza sonrojar mi rostro y calentar mi cuerpo, pero la gracia de Dios me ha cobijado y sostenido.

¡Sí!  He tenido muchas noches largas, oscuras y difíciles en que el insomnio me ha arropado por completo y me he preguntado desde mis adentros, si volveré a ver la nueva luz del día.

He caminado en fe, completamente a ciegas, pero sabiendo que Dios sigue a mi lado cuando parece que estoy sola, porque él es mi amparo, refugio, abrigo y fortaleza.

Incontables son las veces que he caído, que he sentido la fragilidad de mi corazón, cual cristal romperse.  Entonces, hecha pedazos y sintiendo que nada podrá arreglarse, el supremo Alfarero me ha hecho completamente nueva y he vuelto a resurgir de mis cenizas.

A veces en mi vuelo, he tenido malos despegues o pésimos aterrizajes, pero mis alas no se han cortado, pues he aprendido a volar por encima de la tempestad y de las circunstancias.

Más de mil veces me he hecho la sorda, pues la crítica, aunque duela, no me inmuta, porque desde mi interior yo sé muy bien quién soy.

Sintiéndome devastada he podido comprender que cuando más débil pueda sentirme es cuando más fuerte realmente soy, porque recurro a mi amigo Dios y él se perfecciona y se glorifica en medio de mis debilidades.

En ocasiones he subido muy alto y en otras ocasiones he bajado al profundo abismo, pero en medio de todo he podido percibir y comprobar cuán grande en su fidelidad.  Pues aquel que me estima, el que por mí dio su vida, jamás me ha desamparado, él nunca me ha dejado sola.

Así que amigo querido, ¿puedes pensar por un momento que estás rodeado?  Rodeado por su amor, envuelto y cubierto en sus brazos, escondido en la palma de su mano, siendo estimado y nunca pero nunca desamparado.  Saldrás adelante no importa cuán grande y sin sentido parezca lo que puedas estar atravesando.  Aférrate a él con toda certeza, pues quienes confían en él siempre serán ayudados.  Recuerda que todo lo puedes en Dios, porque él te fortalece.

Autora: Brendaliz Avilés

Escrito para: http://EscritosdelSilencio.blogspot.com

La Roca Ministerio y Haz de Sabiduría

Yo sé que me responderás

 ¡Dios mío alzo mis ojos a los cielos!  Solo a ti que eres el único que tiene misericordia de mí y puede ayudarme. A ti que ves aún en lo se...