sábado, 19 de junio de 2010

EN EL DÍA DE LOS PADRES


EN EL DÍA DE LOS PADRES

Pensar en mi padre me produce ternura y me emociona profundamente. Tal vez porque he recibido buenos ejemplos de él y he sentido su amor incondicional durante toda mi vida. Su ejemplo me ha hablado más que sus palabras. A lo largo de mi vida he recibido su apoyo y su guía. Cuando me he sentido triste o he creído perder la esperanza, él siempre me recuerda las promesas que Dios ha hecho para mi vida y me anima a no rendirme.

Un buen padre ama, protege, cuida, provee, corrige, enseña, disciplina, comunica sus sentimientos sin temor a parecer vulnerable y sabe reconocer y pedir excusas cuando se equivoca. Personalmente de mi padre he aprendido y recibido grandes lecciones. Su compañía en momentos difíciles para mi ha sido un valuarte. La fe que me demuestra todos los días y el amor y la manera que se comunica con Dios me hacen admirarlo.

Amo a mi padre porque anda pendiente de que tanto mi madre como nosotras nos sintamos bien. Porque se preocupa en tratar de proveer conforme a lo que puede. Porque cuando hay una fecha especial o algo que para nosotras es importante, hace lo posible por respaldarnos y estar ahí.

Pero más que todo, como lo he escrito y dicho en muchas ocasiones, es que amo a mi padre porque el me enseñó amar a Dios como lo amo. Porque siempre me dijo que más importante que cualquier cosa en este mundo era reconocer que Dios es soberano y nos ama a cada uno de nosotros. Porque me explicó la importancia de saber que aunque pueda lograr muchas cosas en este mundo si no tengo a Dios en mi vida y corazón, no estaré completa. Y si hoy puedo deleitarme en la presencia de mi Dios, sentirlo y verlo obrar en mi vida cada día y continuamente es porque Dios me ha dado buenos padres.

Pero como hoy festejamos y honramos a esos padres que merecen ser elogiados. Aprovecho el tiempo y el espacio para reconocer y felicitar al mío que me conmueve y me llena de alegría. Le pido a mi Dios que me le de mucha fuerza y muchos años de vida para que pueda presenciar lo que él hará en mi vida y ser testigo de por lo que tantos años ha orado para que suceda en mí. Le pido a mi papito celestial que cada día me ayude a poder ser una mejor hija porque mis padres merecen que yo los respete, los honre y les demuestre mi amor siempre.

A MI PADRE HÉCTOR L. AVILÉS TE AMO CON TODO EL CORAZÓN. NUNCA TENDRÉ LAS PALABRAS SUFICIENTES PARA AGRADECER TODO EL AMOR QUE ME HAS DADO Y TODO LO QUE HAS HECHO POR MI. GRACIAS POR SIEMPRE ANIMARME, RECORDARME LAS PROMESAS DE DIOS PARA MI VIDA Y NO DEJAR QUE MI FE MUERA. DESDE EL FONDO DE MI CORAZÓN VIVO AGRADECIDA DE DIOS POR TI Y TU ERES UNA DE LAS MEJORES Y MAYORES BENDICIONES DE MI VIDA. ¡FELIZ DÍA DE LOS PADRES! ¡TE AMO!

Autora: Brendaliz Avilés

Escrito Para:
www.brendalizaviles.com
www.devocionaldiario.com
www.destellodesugloria.org

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