Sin Ti a Ninguna Parte…
¿Hacia dónde podría ir yo sin ti?
No existe lugar más seguro que tú.
A veces quisiera esconderme lejos de todo y de todos.
Pero sé que eso no es posible.
No se puede esconder la cabeza bajo tierra;
hay que dar frente a cada situación con entereza.
Dios quiere que seamos soldados valientes,
dispuestos a darlo todo en el campo de batalla.
Los verdaderos soldados resisten,
no se rinden aunque su batalla sea intensa.
No dejan su lugar y aguantan presión porque ellos saben
el motivo y la causa por la cual están luchando.
Somos militantes del ejército de Dios
y nuestro capitán es Jesucristo.
Por eso si llega un momento en el que por alguna razón,
quisiéramos abandonar, debemos hacerlo en sus brazos.
Si nuestra mirada y nuestros pies se quiere apartar de la senda,
es entonces cuando debemos mirar y caminar enfocados en la meta.
Separados de Dios podremos intentar hacer muchas cosas,
pero realmente lo que le da el toque especial y victoria a tus desafíos,
es que cuentes con la presencia de Dios en tu vida.
Él es nuestro Rey y Señor, gobernador de nuestras vidas.
El lugar seguro se encuentra siempre justamente
en la morada de su corazón.
Solo en él podemos encontrar paz, refugio y vida abundante.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: www.brendalizaviles.com
www.devocionaldiario.com
www.destellodesugloria.org
¿Hacia dónde podría ir yo sin ti?
No existe lugar más seguro que tú.
A veces quisiera esconderme lejos de todo y de todos.
Pero sé que eso no es posible.
No se puede esconder la cabeza bajo tierra;
hay que dar frente a cada situación con entereza.
Dios quiere que seamos soldados valientes,
dispuestos a darlo todo en el campo de batalla.
Los verdaderos soldados resisten,
no se rinden aunque su batalla sea intensa.
No dejan su lugar y aguantan presión porque ellos saben
el motivo y la causa por la cual están luchando.
Somos militantes del ejército de Dios
y nuestro capitán es Jesucristo.
Por eso si llega un momento en el que por alguna razón,
quisiéramos abandonar, debemos hacerlo en sus brazos.
Si nuestra mirada y nuestros pies se quiere apartar de la senda,
es entonces cuando debemos mirar y caminar enfocados en la meta.
Separados de Dios podremos intentar hacer muchas cosas,
pero realmente lo que le da el toque especial y victoria a tus desafíos,
es que cuentes con la presencia de Dios en tu vida.
Él es nuestro Rey y Señor, gobernador de nuestras vidas.
El lugar seguro se encuentra siempre justamente
en la morada de su corazón.
Solo en él podemos encontrar paz, refugio y vida abundante.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: www.brendalizaviles.com
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