LA DESPEDIDA
Tristemente, hoy me di cuenta que tengo que olvidarte. Veo que el tren de la ausencia está haciendo parada en mi estación y no puedo dejarlo pasar porque entonces me perderé de un viaje que puede darme una nueva oportunidad. Si tú no supiste valorar el amor que yo te daba, no puedo esperar por ti. Tengo que dar vuelta a la hoja y cerrar este capítulo de mi vida.
¡No puedo negar que me duele! Mi corazón está desecho ahora, pero sé que mañana solo serás un recuerdo. Me duele porque tú me importabas, porque había construido un castillo de sueños y esperanzas sobre arenas movedizas. Despertar del sueño a veces no es fácil, pero yo me haré inmune a tu ignorancia. Renunciaré a la idea de lo que nunca fue ni será. Aterrizaré de la nube en que andaba y me haré de nuevas alas para remontarme tan alto que nunca más me puedas encontrar.
Solo quiero desearte bienestar, pero para mí deseo libertad. Fragancia de aires nuevos. Flores con colores brillantes en el camino, nuevos senderos y sueños. Y también voy a desear una persona que me ame y que me comprenda. Que tenga algo que brindarme y lo haga porque de verdad este convencido de que nuestro mundo, juntos es mejor que viviendo separados.
Te digo adiós sin mirar atrás. Voy encaminándome adelante, siempre al frente, triunfante. Secaré mis lágrimas y jamás sabrás ni conocerás lo mucho que tenía para ofrecerte. Finalmente me despido, no hay marcha atrás. Voy a ser feliz y tú no formarás parte de esta nueva vida, de esta nueva felicidad.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: www.brendalizaviles.com
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Se dice que había una linda Doncella, que cada mañana habría su ventana para ver llegar a un pajarito, el cual apenas asentaba sus patitas en el marco de la ventana, comenzaba a cantar y lo hacía de una manera tan dulce, que la Doncella se dejaba caer sobre su cama, envuelta en un mar de ilusiones y sueños por compartir, soñando con el amado, con aquel que un día la haría suspirar de alegría y de felicidad. Pero sucedió que pasaron los días y ese pajarito se ausentó por unos días, y el silencio fue progresando en el cuarto de la Doncella, hasta que ella cansada de esperar y esperar, la llegada del pajarito, decidió cerrar su ventana y darlo por olvidado, sin embargo, en el otro extremo, el pajarito seguía luchando intensamente por escapar de la jaula que lo mantenía cautivo, lejos de su Doncella, aquella que le había abierto su ventana y la puerta de su corazón,aquella que cada día lo esperaba con la misma alegría y solicitud. Finalmente cuando pudo escapar y fue a buscarla, ella ya había cerrado su corazón a la espera y a su canción. El pajarito pensó," para que me salí de la jaula", si los días sin verla y sin cantarle serán los días mas largos y tristes de toda mi carrera.
ResponderEliminarNunca le des tu libro a quien no sabe leer,
Nunca le des tu corazón a quien no te sabe querer,
Porque nunca se olvida, lo que llorando se deja,
Aunque hayas cerrado del todo tu puerta.
Dios les Bendiga Gracias por este mensaje asi me siento en dos dias mas estare en corte para fializar un ciclo de mi vida el Senor a sido muy Bueno conmigo y esta trabajando en mi es muy duro pero yo se que El Cuida de mi pase lo que pase seguire enfocada en El nuevamente Mil Gracias y que el Senor los siga Bendiciendo.
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