Deja que mi voz te cante, deja que mi voz te arulle. Permíteme interpretar tu silencio, y darle respuestas a tu corazón. Deja que quite de tus ojos la venda que no te permite mirar lo que tienes al frente. Deja que te entregue la llave que abrirá la puerta que tanto deseas. Hay un regalo especial, una bendición reservada solamente para ti. Confía y espera que muy pronto llegará. Tu Padre Dios.
(Brendaliz Avilés)
Y él inclinándose , dijo: ¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo? 2 Samuel 9:1,13
ResponderEliminar"Siempre que leo esta escritura preciosa me pongo a llorar", porque me llega al corazón, y me llena de gozo, ver la misericordia tan grande del Señor,al punto de invitar a sus hijos, para comer siempre de su mesa, y dejando debajo de la misma, todos los defectos y falencias de cada uno de ellos. Dios te bendiga querida Hermana amiga y poeta, Princesa de Dios, por haber publicado este mensaje corto que llegó a mi corazón, acompañado con lágrimas de gozo. Apenas lo leí, vino esta escritura a mi corazón, ¿será porque alguna vez sentí que estuve como Mefi-boset, en silencio, en lo de Maquir, en Lodebar? Bendito sea el Dios de Pactos, que cumples tus promesas......