Las palmas se mueven mientras el viento las acaricia.
Las aves se posan sobre las hojas descansando de su vuelo.
El sol se oculta un poco para no dar su calor con intensidad,
ni quemar a quien busca por un rato de su candor.
Y yo mientras tanto elevo mi plegaria a Dios,
esperando que pronto envíe la lluvia de sus bendiciones
y que a todos nos salpique de nuevas ilusiones.
Autora: (Brendaliz Avilés)
Escrito Para: www.brendalizaviles.com
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