miércoles, 29 de febrero de 2012

Vida Nueva: Espíritu Libre



Vida Nueva con un Espíritu Libre

 “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra”.  (Ezequiel 36:26-27 Versión Reina Valera 1960)

En el capítulo 36 el profeta Ezequiel habla de la restauración futura de Israel.  Estos dos versículos que estoy utilizando al escribir esta reflexión son especiales y hermosos.  Son muchas las personas que desearían tener en su vida la oportunidad de un nuevo comienzo.  Algunos piensan que necesitarían nacer de nuevo para poder tener una vida totalmente diferente.  Pero, creo que hay una forma en la que puedes ser transformado(a), sin necesidad de volver a nacer.

Para un nuevo comienzo, necesitas un nuevo espíritu y una mente renovada.  Si necesitas una vida renovada, debes acudir a la fuente correcta quien es Dios.  El lugar donde tu transformación puede iniciar es yendo a la presencia de Dios quien fue el que te creó.  Buscar la presencia de Dios es ir en oración y reconocer que él fue el que te dio forma, puso cada célula, hueso y cada cosa que hay en ti.  Que es él quien sopla sobre tu vida aliento para que puedas seguir adelante.  Y aceptar que tu vida será mucho mejor contando con su intervención en tu vida.

Lo que te separa de su comunión es el pecado, la desobediencia, el querer vivir y ver las cosas a tu manera, no a la de él.  Mirar las cosas bajo el cristal y la perspectiva de Dios hace una gran diferencia.  Sentir cuando tu corazón está lleno de él te hace comprender cosas que de otra manera no podrías entender.  Porque como su esencia es el amor, él te sensibiliza.  Como él es el más sabio, te otorga de su sabiduría.

El paso inicial para una transformación genuina y total comienza desde adentro.  Los cambios más grandes y verdaderos ocurren en el interior de las personas, esto es dentro de sus corazones.  Ese corazón nuevo lo puedes tener a través de una vida que busca intimidad con Dios.  Cuando lo buscas en oración, estableces una comunicación que te permite conocerlo.  Cuanto más amigo te haces de Dios, más vas a conocer sus pensamientos y sentimientos y por ende también te parecerás a él porque el modelará tu vida.  Porque así como los amigos tienen gustos similares y muchas veces hasta parecen familia, así mismo sucede cuando te haces hijo y amigo de Dios, el parentesco no se podrá ocultar.  Tu vida, tus palabras y tus actos lo reflejarán. 

El hará que tu corazón se sensibilice, pero que también sea más fuerte ante las adversidades.  Al haber cambios en tu ser, ocurrirán cambios en tu mente.  Y cuando una mente es transformada, obviamente las cosas se ven de manera diferente.  Tal vez necesites liberarte de miedos, complejos, cargas, ansiedades, malos recuerdos, heridas que hasta el momento no te han permitido levantarte del suelo.  Quizás necesites dejar ir de tu vida cosas que hasta el momento te han impedido avanzar como lo son la ira, el odio, el resentimiento, la falta de perdón, la depresión y tantas cosas más.

Pero si en verdad tú lo deseas, créeme que Dios lo puede hacer posible.  La gente recuerda muchas cosas, pero Dios no se acordará de tus errores, él hará borrón y cuenta nueva.  Él te ayudará a tener esa vida nueva que tanto deseas y sentirás libertad.  Y la libertad es algo que no tiene precio.  Sentirse a salvo da una seguridad y una confianza tremenda.

Que conste que no te estoy diciendo que vas a tener una vida sin problemas ni dificultades, porque si te digo una cosa como esa te estaría mintiendo.  Pero te estoy diciendo que tener a Cristo en tu vida hace una diferencia increíble.  No es lo mismo caminar la oscuridad y el desierto a solas, que tenerlo a él caminando contigo.  Porque será tu luz, tu compañía fiel, tu Salvador Eterno.  Tu puente, tu enlace, tu todo.

Autora: Brendaliz Avilés
Autorizado a Publicar en: www.brendalizaviles.com

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