Caminando
entre la niebla…
Querido
Dios:
Te
sigo entre la niebla porque te creo pero no veo nada. El camino se ha tornado oscuro y difícil, hay
muchas trampas que intentan confundirme y hacer que tropiece. Pero siempre de alguna manera tú colocas un
faro de luz que me guía por la senda dónde debo caminar. Creo que tu luz siempre prevalece aunque
parezca que la oscuridad es cruel y abrumadora.
Ante tu resplandor nada puede resistirse.
Es fácil
creer para aquellos que todo lo ven, racionalizan y piden evidencias. Pero tener fe cuando parece que no hay nada,
cuando las cosas comienzan a mostrarse en tu contra, cuando nada parece tener
sentido, eso es fe. Subir la montaña
empinada aún cuando te resbalas mil veces y sientes que vas a caer desde lo
alto, es fortaleza y convicción. Luchar
por llegar a la meta aún con los tobillos lastimados y el alma desgarrada, eso
es perseverancia y enfoque.
Por eso amado Dios sigo tras tus huellas cada día. Porque tú eres el camino, la verdad y también
la vida. Porque a ti siempre puedo
acudir sabiendo que no fallarás. Aún en
las tinieblas más densas, puedo descansar que cual faro me iluminarás para que
yo al lugar de mi destino pueda llegar. Pero
quiero pedirte que por favor, que seas mi brújula perpetuamente, porque sin ti
seguramente podría perderme. Pero tú
eres mi norte, mi castillo y mi confianza.
Sí, es cierto que ahora no puedo ver claro el camino. Pero aún así estoy convencida que tu luz
predominará en mi vida y que la oscuridad cambiará porque vendrá un nuevo día.
Autora:
Brendaliz Avilés
Escrito Para:
www.brendalizaviles.com
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