Y el que
persevere probablemente logrará su objetivo…
El
diccionario práctico escolar Larousse, define la palabra perseverancia y sus
derivados de la siguiente forma: “constancia en la ejecución de las cosas”. Perseverar: “mantenerse firme en una actitud
u opinión”. Persistir: “mantenerse firme
y constante en alguna cosa. Durar largo
tiempo”.
Cualquiera
puede comenzar, pero lo difícil es terminar y prevalecer con éxito. Son muchos los que a diario emprenden e
inician cosas, pero solo un porciento muy pequeño logra en muchas ocasiones
completar eso que tan anhelantemente emprendió.
Tratando de mirar las cosas con perspectiva, pienso que si existe
alguien que desea que nuestro carácter sea modelado, fortalecido y
perfeccionado por medio de la perseverancia, ese es nuestro Dios.
Y como
escribo con mucha sinceridad y le transmito palabras desde mi corazón he de
relatarles que mi batalla personal ha sido luchar con mi sobrepeso. Confieso que he sido muy perseverante y
constante en muchas cosas de mi vida.
Sin importar la presión que tuviera en muchas de ellas, ni los
obstáculos que encontrara en el camino, lograba finalizarlas con éxito. Lastimosamente, no ha sido igual en la
batalla contra mi sobrepeso. Muchos
comienzos, pero aún sin cosechar el éxito que deseo no tanto por mi apariencia,
sino por mi salud y por querer tener una calidad de vida mejor.
Y ahora más
que nunca en mí vida es cuando deseo ser perseverante en este cometido porque
tengo muchos sueños que quiero lograr. Las puertas se me han cerrado en muchas
ocasiones, pero yo no quiero dejar de intentarlo porque debo salir airosa de
esta lucha. Vaya que cada día tengo que
luchar porque necesito bajar de peso.
Seguir la dieta, caminar, no desanimarme cuando pareciera que mis
esfuerzos no rinden frutos, a veces es desgastante y agotador. Sonreír en muchas ocasiones cuando lo que
quisiera es llorar y no refugiarme en hábitos que poco podrían ayudarme, no es
fácil, pero todos los días sigo luchando.
Y mi esperanza es que en unos dos años pueda estar en el peso ideal y
sonriendo a flor de labios satisfecha y orgullosa de mi éxito. Voy a paso lento, pero firme. A veces parece que voy a tambalear, entonces,
respiro y me digo a mi misma porque es importante no rendirme.
Ahora bien,
quizás tu batalla personal no tiene nada que ver con el sobrepeso, pero sea la
que sea, no puedes darte el lujo de rendirte aún cuando muchas veces quisieras
salir corriendo. Me ha pasado que he
buscado empleo en muchos lugares y aunque no me lo han dicho, sé que por mi
sobrepeso me han discriminado o rechazado.
Sigo con mi cabeza en alto, porque aunque ellos no pueden apreciar ni
ver lo bueno que hay en mí, sé que un día les volveré a mirar y ellos serán
avergonzados por sus propios actos, ya que la vida es una ley de siembra y cosecha.
Y es que hay
algo que no puedes permitir que nadie te arrebate, esos son los sueños y los
deseos de superarte y salir adelante.
Nadie con excepción de ti mismo pueden tronchar el presente y el futuro
que tienes por delante. Si se te cierran
puertas, sigue tocando otras, entra por una ventana, pero no dejes de
insistir. Son palabras que me repito a
mi misma continuamente, porque como te digo dejarnos llevar muchas veces por
nuestros estados de ánimo es más fácil, pero hay que buscar con desesperación
el modo de salir adelante. El poeta
español Antonio Machado, decía en uno de sus poemas más conocidos…
”Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar”.
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar”.
Así que no
dejemos de caminar en este transitar por la vida. Pido a Dios con todo mi corazón que me de las
fuerzas para salir siempre adelante y que a través de este mensaje tu recibas
aliento y puedas salir adelante también.
Probablemente, un día no muy lejano pueda escribirles relatándoles que
finalmente logré llegar a mi peso ideal.
Y sé también que es posible que reciba de ustedes historias relatándome
sus propias aventuras. ¡Ánimo, la lucha
sigue!
Autora:
Brendaliz Avilés
Escrito
Para: www.brendalizaviles.com y http://voces.huffingtonpost.
Querida, tierna y delicada amiga, te aliento a seguir adelante, con tu confianza puesta en el Señor, Dios de todas las cosas, para el cual no existe nada imposible, y con la convicción de que no volverás atrás avergonzada. Dios te bendiga grandemente y multiplique sus bendiciones sobre Ti, para que Tu peso descienda paulatinamente, hasta alcanzar tu meta soñada, y cuando seas una hermosa lechuguita,(ya lo eres en tu alma y corazón), pasea tu figura y talento, acompañada con la alegría y admiración de todos los que te queremos ver feliz y dichosa.
ResponderEliminarAsimismo, no te desalientes por causa de la discriminación laboral de unos pocos ciegos y guías de ciegos, porque Dios te doto desde el vientre de tu madre con ese enorme talento y sabiduría, que supera por lejos, las expectativas de muchos, alrededor del mundo. Esta de mas decirlo, pero "Te quiero mucho, te admiro mucho, por tu valentía, coraje, arrojo, y capacidad de superación". Desde Argentina, te mando un hermoso mensaje de sinceridad, con el rico perfume de la amistad internacional, para que llene tu corazón de alegría y de paz.
Besitos gordos Bren. Te quiero mucho
QUERIDO PABLO:
EliminarAMIGO POETA, MIL GRACIAS SIEMPRE POR TUS PALABRAS ADORNADAS DE CARIÑO Y DELICADEZA HACIA MI.
TE ADMIRO Y TAMBIÉN TE QUIERO. ABRAZOS EN LA DISTANCIA. CARIÑOS Y BESOS GORDOS,
BRENDALIZ
Querida hermana, DIOS te bendiga por este "escrito del silencio" que llegó a mi corazón, en relidad como todo lo que leo que escribes, y que gracias a DIOS recibo en mi correo, como un regalo del cielo. Me siento muy identificada con tu lucha con el sobre peso, y también me pasa que, para otras cosas tengo mucha fortaleza, pero no he logrado vencer con este tema. La diferencia con este hermoso testimonio tuyo, de ánimo y esperanza, es que yo ya no tengo fuerzas, y por más que sé y creo que para DIOS no hay nada impoible, he llegado a pensar que ÉL, por alguna razón, no me ayuda. Mi lucha ha sido larga, desde adolescente, con sus triunfos y fracasos, pero ya con sesenta y seis años, me es muy difícil seguir con ella. Te doy las gracias por compartir con nosotros tus dones, por dejarte usar por DIOS como instrumento fiel, porque muchísimas veces, leyéndote ÉL me ha levantado. No te conozco ni me conoces pero te siento mi hermana (a pesar de la diferencia de edsd), y este mensaje lo puse como anónimo porque me pedía mi URL que no sé qué es. Mi nombre es Graciela, le pido a DIOS te siga bendiciendo y tome el control de la vida de nuestro hijo mayor, que no nos permite ver a nuestros dos únicos nietitos. Un oración, por favor, por esa intención, porque es el mayor sufrimiento por el que estamos pasando. Un abrazo CRISTO JESÚS. Amén
ResponderEliminarQuerida Graciela:
Eliminar¡Dios te Bendiga! Recibe un abrazo caluroso de mi parte. Para mí es un privilegio poder de alguna manera servir de inspiración a través de mis escritos. Gracias por tomarte el tiempo de leerme, gracias por dejarme entrar en tu vida a través de mis escritos y por honrarme llamándome hermana.
Me uno a ti en este mismo momento pidiéndole a Dios que intervenga con tu hijo mayor y pronto puedas ver a tus nietos.
En el amor del Señor,
Brendaliz
Querida amiga Brendy!
ResponderEliminarSiempre el Señor me lleva a entrar en tu página en momentos justos. Es increíble la manera que tiene Dios para alertarme cuando algo me quiere decir.
Al igual que vos, nosotras estamos caminando en un desierto muy difícil y por momentos creemos que vamos a desmayar. El amor hacia Dios es más fuerte y por ese mismo amor es que seguimos creyendo y no nos rendiremos hasta llegar a la tierra de bendición, a ese sueño que tenemos y queremos hacer realidad.
Pongo en las manos de Dios ese problema de sobrepeso y declaro en el nombre de Jesús que serás bendecida. Y el poder de nuestro Señor hará que esa mochila cargada que llevas, quede liviana. Amén yo lo creo!!!
Te amamos en el amor del Señor y como siempre queremos recordarte que siempre estaremos dispuestas a escucharte, consolarte y ayudarte.
Un abrazo muy fuerte y cariñoso de tus amigas de Argentina,
M. Florencia y M. Fernanda