Querida Mujer:
¿Qué flor podría compararse con tu belleza o superar
tu exquisita fragancia sutil y delicada? ¿Qué joya hay en el mundo que pueda igualarse
con tu brillo y valor? No existe un
astro en el firmamento que pueda asombrar e impresionar de la forma en que solo
puedes hacerlo tú. Eres más delicada y
frágil que el cristal, pero a la vez posees una fortaleza interior difícil de
encontrar.
Cualquier corona se engalanaría de llevarte puesta
sobre tu cabeza porque eres princesa y también eres reina. Eres más dulce que la miel y la azúcar, mucho
más clara que el agua y tienes más calidez en tu alma que los mismos rayos del
sol. Dios te concedió el privilegio de
llevar vida en tu vientre y te ha bendecido otorgándote inteligencia y sabiduría.
Mujer, tú estás en el corazón de tu Creador, pues él
con sus manos te formó. Eres refrescante
como la brisa, arropas y envuelves fuertemente como las olas del mar. Tus ojos son más preciosos que los diamantes y
los luceros del cielo. Eres sencilla,
pero a la vez sofisticada, fascinante y de toda la creación eres armonía y luz.
Eres talentosa y en tu destino la
palabra victoriosa y triunfadora está escrita. No hay tesoro en el mundo con el que puedas
ser pagada, ni comparada, porque tú estima y tu valor sobrepasa a todo lo
existente en este mundo. De los poemas
eres inspiración y de la música eres canción. Con tu alegría inspiras y cautivas, querida
mujer, de Dios eres una obra excelsa y maestra. ¡Feliz Día Internacional de la Mujer !
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Especialmente Para: www.brendalizaviles.com
Fecha: 8 de marzo de 2013.
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