Te anhelo desesperadamente, esta alma solo te ansía
a ti.
Este corazón
late porque tú le has dado vida.
Quiero estar
repleta de tu presencia. Respirarte,
sentirte hasta en mis tuétanos.
Fervientemente
deseo ser un instrumento del cual puedan brotar notas armoniosas.
Dios, tú eres
la luz que ilumina todo cuanto me rodea.
¡Es tan grato
percibirte en cada pequeño o gran detalle!
El lenguaje
de mi corazón quiere expresarte este amor infinito que te profeso.
Tú eres mi
Salvador, es exclusiva tu entrada en mi vida.
Es tan claro
para mí que tú eres mi Amado y mi gran verdad.
Estoy
aferrada a tu gracia, sin ti mi existencia no sería igual.
Eres la parte
más bonita y mejor de mi vida.
De mi cielo
eres el lucero más brillante, tu fulgor
chispea con alegría mi vida.
¡Gracias Dios
por ser mi gran pasión!
Autora:
Brendaliz Avilés