Escucha
Escucha esa voz que habla a tu corazón.
Busca las cosas espirituales, desecha los
pensamientos y las cosas que te hacen daño.
Deja que el Señor sane cada herida profunda
y dolorosa que sientes en tu interior.
Permite que él penetre y llene de claridad
toda tu vida, que te ilumine con la luz
de su amor y su verdad.
¡No basta con entregarle solo una parte,
dale al Señor todo de ti!
Acepta con humildad cuando Dios te
corrija; pues el padre que madruga
a corregir a sus hijos es el que
realmente lo ama y procura su bienestar.
Atiende a su voz y verás lo lejos que llegarás.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: www.brendalizaviles.com
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