jueves, 11 de junio de 2015

Permanece en mí




Permanece en mí…

“Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí”.  
(San Juan 15:4)


Existen muchas cosas en la vida que no deben depender ni de personas, cosas o circunstancias, sino más bien que para salir adelante y resurgir aún de las cenizas, es necesario que reconozcamos nuestra dependencia de Dios.  Una vida realmente exitosa, no es aquella que simplemente tiene el éxito que otros puedan ver de forma superficial.  El principio del éxito y de la sabiduría proviene del temor y la búsqueda de Jehová.  Si tú decides depender de Dios, estás dando paso a una vida de bendición a tu vida.  Dios desea que nosotros mantengamos una comunión íntima con él no solo en ocasiones especiales o cuando confrontamos situaciones difíciles, sino siempre.  Su amor para con nosotros es eterno.  Cuando permanecemos apegados a su amor, damos frutos que reflejan que el habita en nuestras vidas.  

Autora: Brendaliz Avilés

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