Un Adorador...
Es un adorador aquel que su alma, vida, cuerpo, mente y corazón rinde a Dios sin reservas. Quien le entrega todo a Dios con sinceridad y pureza en su ser. Aquel que camina aún cuando muchas veces quisiera rendirse. Quien no se limita y entrega lo mejor de sí con humildad y excelencia haciendo cada tarea como si fuera para Dios, aún cuando no se le reconozca. Un adorador es aquel que puede cantar y alabar sin importar los tiempos. Quien no se resigna ni aprisiona lo que lleva dentro, quien puede sonreír aún cuando por dentro muchas veces llora el alma. El que espera pacientemente la intervención de Dios y sigue creyendo aún cuando no vea claro el panorama. Es también adorador el que con pasión desesperada le busca y lo encuentra. Un adorador se conoce por su testimonio y por sus actos, refleja a Dios en su vida, cuida de los dones y talentos que sabe que Dios le ha entregado. Un adorador toma su cruz y se niega a sí mismo. Permite que la voluntad del Padre se imponga aún cuando se le haga difícil renunciar a sus propios planes y deseos. Los que le adoran le buscan y le exaltan, viven sedientos de su presencia, no se conforman con menos, porque saben que Dios siempre tiene más para ellos. Un adorador, me preguntaste qué era y yo te digo aquel que lo persigue y cuando lo encuentra jamás lo deja.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: www.brendalizaviles.com
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