Todavía hay un corazón que palpita
confiado en Dios y que espera pacientemente
su intervención. Todavía hay un alma que
cree con el corazón que existen los milagros
y que pronto recibirá el suyo. Todavía hay
una voz enronquecida que se levanta
pregonando lo que harás aunque no vea.
Aún hay unas rodillas inclinadas ante tu
Majestad y adorándote más allá de lo que
puedas darme, amándote por saber quién eres.
Autora: Brendaliz Avilés
Escrito Para: http://EscritosdelSilencio.blogspot.com
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