Ser líder es un acto de amor, pasión y entrega, pero también es un acto de fe. Confiar en que aquel que te llamó y te reclutó te respaldará. Que él te capacitara, proveerá las herramientas y los recursos para cumplir con la encomienda adecuadamente. Fe de recorrer el camino muchas veces acompañado y otras veces en soledad. Fe para ver más allá de lo que presenta el panorama y visionar que con esfuerzo, empeño y dedicación se logrará. Tener la certeza y confianza de saber que el Gran Invisible, aunque no lo ves, camina contigo. Y aún cuando muchas veces trabaja en silencio, lo utiliza para obrar a tu favor. Ser líder es construir puentes, donde otros construyeron murallas. Ver posibles donde otros vieron imposibles. Materializar el sueño y hacerlo realidad. Ser líder es vivir sujeto a la voz de Dios, aunque muchas veces eso implique cerrar los oídos a las voces del mundo. Contar con la aprobación de Dios aunque eso cause el menosprecio y la desaprobación de muchas personas en la tierra. Ser líder es comprender que Dios te eligió para que sirvieras a otros, porque sirviendo a otros le sirves a él. Ser líder es sentir muy por dentro esa llama ardiendo de pasión por Dios y lo que haces. Y aún cuando muchas veces quieras correr, permaneces fiel, demostrando que él no se equivocó al fijar sus ojos en ti para tal encomienda.
By: Brendaliz Avilés
¡Bienvenidos! Este lugar ha sido diseñado con el propósito de bendecir, dar una palabra que estimule, restaure y aliente tu corazón. Que encuentres un mensaje de ánimo o una palabra de amor para compartir con otros. ¡Dios los Bendiga! Pido al Señor que de alguna manera toque tu corazón a través de esta página.
martes, 25 de octubre de 2016
lunes, 24 de octubre de 2016
Insistir o Desistir
¿Insistir o Desistir?
Son tantas las veces que en nuestro caminar nos hemos preguntado sí debemos abandonar o continuar. Sobre todo porque el transitar hacia el camino de la realización de nuestros sueños no es fácil y muchas veces nos resulta agotador hasta el punto de extenuarnos. ¿Vale la pena seguir insistiendo o es mejor desistir de una vez y por todas?
La biblia relata una historia acerca de Gedeon y los 300 valientes cuando estaban luchando por conquistar. Jueces 8:4 dice: Y vino Gedeon al Jordán, y pasó él y los trescientos hombres que trajo consigo, cansados, más todavía persiguiendo. Me inspira saber que aun cansados estos hombres seguían persiguiendo porque estaban claros y enfocados en su misión y objetivo. Fatigados pero todavía marchando. Hambrientos y sedientos, quizás con algunas heridas de batalla, pero siendo persistentes.
Quizás hoy es uno de esos días en que necesitamos fuerzas para enfrentar nuevos retos y batallas. La buena noticia es que tenemos a Dios con nosotros para auxiliarnos, socorrernos, darnos nuevas fuerzas y re enfocarnos. Contamos con Dios que se hace mayoría y suficiente en nuestras vidas.
Pero acerca de la contestación a nuestras peticiones San Lucas 18:7 dice: ¿y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles?
Esto quiere decir que Dios está atento a cada cosa que le decimos y que en muchas ocasiones anhela que seamos tan insistentes como aquella viuda de la parábola.
Nos toca elegir con sabiduría qué batallas pelear y por qué sueños seguir persiguiendo. Hoy te toca decidir: insistes o desistes. Pido a Dios con todo mi corazón que nos ayude a discernir lo que es mejor para nosotros.
Autora: Brendaliz Avilés
lunes, 17 de octubre de 2016
domingo, 16 de octubre de 2016
Florezco por su gracia
Pareciera que en mi jardín las hojas se han secado.
El sol de la aflicción y la lluvia de las tristezas, han
hecho que mis hojas y pétalos se hayan marchitado.
Tal pareciera que no voy a volver a florecer, que toda
esperanza de ver a mi jardín florecer nuevamente se
ha perdido. Mas cuando creo que todo está muerto
y sin esperanzas de vida...
Llega Dios, el gran jardinero, me inyecta del abono
de su presencia, me rocía con su amor y vuelve mi
jardín a llenarse de colores y a renacer.
La raíz, que está cimentada en su gracia,
comienza a producir flores nuevas.
Germinan nuevas semillas que van decorando
y dando vida al jardín de mi corazón.
En medio de la soledad Dios cambió mi
panorama. Quitó los gusanos de la amargura
y el desánimo. Su agua fresca me revivió.
Mi jardín está nuevamente repleto de flores
gracias al Dios de mi salvación.
By: Brendaliz Avilés
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