Vas a
volver a brillar…
Hay nubes
negras y días grises. A veces el
panorama por donde transitamos es opaco y la neblina impide que podamos
apreciar lo que está más adelante.
También existen días nublados, algunos lluviosos y otros que más que
lluviosos son tormentosos. Cuando llueve
sobre nuestras vidas parece que el aguacero nunca terminará. Hasta llegamos a
pensar que se inundará nuestro corazón y moriremos ahogados.
Pero cuando
eso sucede, llega un momento silencioso en el que la lluvia pasa y sale un arco
iris que con sus colores nos proyecta la belleza de la esperanza. Y la esperanza nos invita a cobrar fuerzas,
tomar aliento y seguir hacia delante porque adelante hay un horizonte que trae
consigo nuevas oportunidades.
Luego de la
lluvia y de los días grises podemos descubrir y apreciar un detalle muy
importante: el sol siempre vuelve a salir para brillar no importa qué. Amanece cada día, puede que no siempre brille
con el mismo fulgor, pero siempre está ahí cumpliendo la misión de aclararnos
el día. Las nubes a veces lo opacan,
pero nunca son más persistentes que el brillo y el resplandor que esconde la
esencia pura del sol. Porque su misión
es alumbrar, dar luz y tarde o temprano él cumple su misión pues nunca deja de
emitir su luz.
Nosotros
que somos seres humanos llenos de complicaciones, dudas, tristezas y
cuestionamientos olvidamos a veces detalles sencillos, pero importantes. Por ejemplo, que Dios siempre nos cubre con
su paraguas divino cuando llueve sobre nuestras vidas. Que si nos cubre con ese paraguas celestial
es porque va caminando con nosotros. Y
que si la naturaleza con sus lecciones nos muestra y nos enseña grandes cosas,
no es menos importante saber que no importa lo que pase el sol siempre
volverá a brillar, dentro de nosotros existe la posibilidad de sobreponernos a
los malos momentos y temporadas y volver a brillar.
Puede que
sientas y pienses que no volverás a brillar porque el agua que ha caído sobre
tu vida es mucha, pero brillarás. No
habrá nube tan fuerte que con la ayuda de Dios no puedas despejar. Dios es tu sol de justicia, la luz que opaca
y aleja toda oscuridad por fuerte que parezca.
Entonces debes recordar que así como el sol, no importa qué, vas a
volver a brillar.
Autora:
Brendaliz Avilés
Escrito Para: http://EscritosdelSilencio.blogspot.com